VALÈNCIA. El Valencia CF pertenece, junto al Barça, Real Madrid y Atlético, al exclusivo y privilegiado grupo de clubes que todavía siguen vivos en cuatro competiciones: Liga, Champions, Supercopa y Copa del Rey. Hace dos meses y medio, la temporada se antojaba perdida. La tormentosa salida de Marcelino y Mateu Alemany con el balón ya rodando, hacía pensar que éste sería un año de transición. Sin embargo, en este corto período de tiempo Albert Celades ha vuelto a plantar la falla y ha logrado que, a día de hoy, el futuro se presente ilusionante.
Las navidades están siendo blancas. Hay buen rollo en el ambiente. Los últimos resultados invitan al optimismo. Hay confianza. Diría que fe ciega en volver a lograr los objetivos. Las sensaciones en lo futbolístico son buenas. Muy positivas. Los últimos encuentros evidencian el gen competitivo del vestuario y la ambición de sus futbolistas. Hay un compromiso generalizado en Paterna. Y de ese “fundamentalismo” deportivo de la plantilla puede volver a salir algo grande.
El Valencia CF ha dado muestras de ser un equipo que nunca deja de creer. Ningún rival le puede dar por muerto. Ni el Ajax, el Madrid, el Levante o el Valladolid. Es un grupo sólido que, pese a las numerosas bajas, se sobrepone. Eso es un síntoma de madurez. Incluso pese a que en el grupo hay una hornada de jugadores jóvenes que disfrutan este año de sus primeros minutos en la máxima categoría. Los valencianos Gayà, Jaume, Carlos Soler, Ferran Torres y Jaume Costa añaden además ese plus que es el sentido de pertenenciadel que hace unos días hablaba una voz autorizada como es David Albelda.
Todo apunta a que 2020 puede darnos muchas alegrías. La recuperación de los lesionados Kondogbia y Guedes, dos futbolistas llamados a ser protagonistas esta temporada, se antoja necesaria para afrontar un calendario exigente. Aunque hay profundidad de banquillo suficiente, como se ha visto cuando ha sido necesario cubrir las bajas, contar con dos jugadores titulares sería una magnífica noticia para el colectivo.
El fichaje de un lateral derecho en este mercado de invierno completaría más, si cabe, una plantilla de mucho nivel. Firmar a Joao Cancelo o Alessandro Florenzi no es una urgencia, pero sí que mejoraría la plantilla. Aunque reforzar el equipo siempre es visto con buenos ojos por el entrenador o los aficionados, en este caso considero que tampoco habría que rasgarse las vestiduras si finalmente no se concreta la operación. Porque tanto Wass como Jaume Costa o incluso Coquelin pueden cubrir con suficientes garantías una posición que no es tan determinante en un equipo. Recuerdo, por ejemplo, que el Valencia CF ganó una Liga y una Copa de la UEFA (año 2004) con Javi Garrido jugando de lateral a pierna cambiada. Ahora bien, tampoco seré yo quien niegue la mayor. Si Cancelo vuelve a Mestalla, mejor que mejor. Bienvenido sea.
Mi única duda para este próximo año radica en saber en qué competición centrará sus esfuerzos el equipo y en quien marcará la hoja de ruta futbolística del Valencia CF. Si Celades, los jugadores o la propiedad. Porque tras la experiencia de la Copadel Rey del curso pasado, Peter Lim se molestó porque Marcelino diversificó los objetivos, no se hasta que punto se priorizará LaLiga, la Supercopa, la Champions o la Copa del Rey.
Aunque en la Liga de Campeones el Valencia CF no consigue estar entre los ocho mejores de Europa desde el año 2007, y que clasificarse para la próxima Champions es una exigencia de obligado cumplimiento debido a la delicada salud financiera del club, la idea de levantar copas es demasiado golosa para todos. Yo me incluyo. Tan solo dos partidos separan al Valencia CF de conquistar un nuevo trofeo, la Supercopa, que se celebrará del 8 al 12 de enero en Arabia. Y, por otro lado, ganar 6 encuentros permitirían al equipo volver a levantar la Copa del Rey. Porque el Valencia CF, que defiende su título, entrará en el bombo en unos octavos de final, que se jugarán a partido único (solo las semifinales se juegan este año a doble partido) a partir del próximo 14 de enero. ¿Quién se anima?.