Quienes buscan adherirse a una trinchera especulan sobre si se apoya más a Jaume o a Ryan, sobre si debe jugar Jaume en lugar de Alves. Me preocupa poco. Son tres buenos porteros. Por justicia histórica se lo merece Alves, por inmediatez Jaume, por adaptación Ryan. Un lujo.
VALENCIA. Jaume es una bombonera de mensajes positivos para los que ejercen de aprendices de futbolistas del Valencia. Y entre ellos también una enseñanza algo negativa: hubo de ocurrir un cataclismo, que se lesionaran casi todos, para que un portero con grandes credenciales (como tantos) acabara jugando en su equipo, superando por el camino al enchufado del jefe, un buen chico gallego con toda la pinta de acabar aquí por un intercambio de favores.
Se pregunta el entorno (cada vez que alguien escribe la palabra ‘entorno’ muere un gatito) cómo el equipo teniendo tantas y tantas carencias es en cambio una factoría maravillosa de porteros, tanto que igual Lim podía olvidar Portugal y fijar el nicho de negocio en la compraventa de porteros. Dejas uno caer sobre la superficie de Valenciastán y será difícil que no acabe siendo bueno. Hasta Ryan, superando la petición de Manolo Mas para que enseñara sus abdominales, ha acabado luciendo como un meta de confianza.
Qué ocurre con los porteros, cómo ocurre. Es quien les prepara, Ochotorena, alquimista de metas. O es un contexto favorable a los porteros porque al Valencia se le dispara mucho y tienen mucha oportunidad de lucirse. O es solo casualidad, porque en situaciones parecidas el equipo fue un tragaporteros, desechados a pares por temporada.
Hablaba de Jaume, que además de ser de los pocos que puede comunicarse con Phil Neville en valencià, ha lanzado un mensaje impactante al resto de cachorros: más importante que deslumbrar, es resistir; mejor que exigir es demostrar. Recuerdo a Cartabia, una estrellita cantamañanas con la obsesión de tener que jugar por su cara bonita. Promesas de las que no.
En realidad solo se trata de tomar al vuelo un momento aleatorio… y estar preparado. Jaume lo estaba. En lugar de achantarse se creció. Sorprende gratamente ver que un aprendiz como él es capaz de asumir liderazgos, algo tan poco común en este vestuario tranquilo repleto de candidatos a Nobel de la paz pero sin vocación de tirar del carro. Jaume cuando habla dice, y no se limita a parecer un futbolista sin fondo.
Quienes buscan adherirse a una trinchera especulan sobre si se apoya más a Jaume o a Ryan, sobre si debe jugar Jaume en lugar de Alves. Me preocupa poco. Son tres buenos porteros. Por justicia histórica se lo merece Alves, por inmediatez Jaume, por adaptación Ryan. Un lujo.
Con el tiempo se ha hecho lugar común sospechar de lo complicado que lo tienen los canteranos para hacerse sitio en el equipo, de los muchos obstáculos a los que se enfrentan. Se ha antepuesto a cualquiera antes que a los de aquí, evidente, pero tanto como que Alcácer, Gayà y Jaume han sabido hacerse con un puesto y demostrar que pueden ser miembros de esta plantilla.
Poco tenía a favor Jaume, predestinado a pirarse bien pronto a cualquier destino, pero en la única rendija por la que podía colarse, se coló. Solo un instante, solo un momento. Ya es jugador del Valencia. Ahora empieza todo lo demás. Aprended de él.