VALÈNCIA. Javi Calleja cumplió el pasado lunes un año como entrenador del Levante. Con victoria ante el Racing de Ferrol y en un momento dulce por la marcha de su elenco. Desde que el pasado 16 de octubre de 2022 Felipe Miñambres tirara del madrileño para 'arreglar' la apuesta fallida de Mehdi Nafti, Calleja ha vivido de casi todo en Orriols. Desde sus mejores momentos como técnico -como el que actualmente atraviesa- hasta coyunturas con más dudas, cuando el equipo granota fue tropezando en la recta final de su camino hacia el ascenso directo. Todo ello, pasando por la racha de 18 partidos consecutivos sin conocer la derrota en Liga que llevaron al club a conseguir su mejor dato a este efecto, contando con los dos encuentros anteriores a su llegada que dirigió el propio Miñambres de forma interina.
Lo que no consiguió el actual preparador levantinista fue el gran objetivo del ascenso. Sin embargo, el club siempre ha defendido en el plano público, después del fatídico penalti de Róber Pier, que Calleja es "la mejor opción posible" para el banquillo del Levante. Que si hubiere que escoger hoy un entrenador y el madrileño estuviese en el mercado, probablemente volvería a ser él el elegido para levantar la situación que en su día ya volteó al recoger el proyecto de Nafti. Aquel partido en Ibiza, en una jornada 11 de campeonato -la misma que encarará este sábado en un duelo por todo lo alto en Tenerife- y en la que Calleja hubo de gestionar con mano de hierro la situación adversa de una expulsión en la primera parte, fue la mejor carta de presentación de un entrenador con el que Miñambres ya había contactado meses antes como parte de su particular casting de técnicos una vez el ejecutivo astorgano trasladó a Alessio Lisci su negativa a mantenerle en el puesto en mayo de 2022.
Victoria muy trabajada ayer ante el Racing de Ferrol. Agradecido por lo difícil que me lo pone cada jugador semana tras semana con su gran rendimiento.
— Javier Calleja (@javiercalleja_) October 17, 2023
Esperemos que los problemas de Fabri y Álex sean lo menos posible.
Gracias, afición ???????? pic.twitter.com/vTUBMXuxGf
Aquel inicio de verano ya tuvo conversaciones entre cúpula granota y Calleja, pero no se dio "por diferentes siutaciones", tal y como el propio entrenador dijo en su presentación. Entonces pesó el descenso a Segunda a la hora de contratar a un técnico que, si bien en ese momento prácticamente no albergaba opciones en la élite para coger un proyecto desde el inicio, sí pudo tenerlas tras los primeros despidos del campeonato. No obstante, en la segunda acometida Miñambres convenció a Calleja con un 1+1 supeditado a ese ascenso que tampoco se dio. No obstante, el director deportivo ratificó a Calleja en el puesto a pesar de fracasar en el intento del regreso inmediato a la élite y lo mantuvo con contrato en vigor hasta 2024. Tras aquello, también fue el de Alcalá de Henares quien aceptó seguir en el barco, pues se abría un escenario en que ambos podían resolver el contrato, tal y como reveló Miñambres.
Y es que tras la contundente derrota en Huesca (3-0) se torció el camino casi inmaculado en cuanto a resultados del equipo de Calleja. De los últimos doce partidos de Liga tras el tropiezo de El Alcoraz, el Levante solo ganó cuatro. Eso le costó la clasificación para el playoff y despedirse del ascenso directo por la diferencia de goles con Las Palmas. Dejaron dudas las versiones del equipo en momentos decisivos, especialmente el empate a nada ante el mismo Ibiza, ya descendido a Primera RFEF, en el Ciutat. Todo cuando, pese a haber perdido en otro choque para olvidar en el Heliodoro Rodríguez López, el conjunto blaugrana todavía mantenía opciones de depender de sí mismo para acabar clasificando entre los dos primeros de la categoría de plata. Son esos dos meses de abril y mayo los que representan la cara amarga y dubitativa del año de Calleja en Valencia.
Aún así, los titubeos mantuvieron el mismo discurso público que hoy emana de la entidad, con las buenas sensaciones que transmite el renovadísimo vestuario granota: "No hay dudas sobre Calleja". Así lo comunicó el propio Felipe Miñambres a este diario en medio de la irregular carrera final del pasado curso. Sea como fuere, el mes de junio pasó como el plomo por Orriols y Calleja, mantenido a los mandos del equipo, ha llegado hasta otro momento dulce. Son seis partidos consecutivos sin perder tras el correctivo del Espanyol en casa y los brotes verdes de la plantilla los que dan alas al madrileño, que ha construido un nuevo pilar: de los Cárdenas, Pepelu y Montiel, a los Andrés Fernández, Oriol Rey y Lozano, pasando por un Bouldini que, este año sí, parece alcanzar el nivel que Calleja demandó de él durante la pasada campaña.