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VALÈNCIA. El golfista español Jon Rahm, número uno del mundo, pidió este sábado al nuevo año 2022 "mantener" el liderato en esa clasificación y ganar el Abierto Británico, justo cuando se cumplirá la edición 150 de un torneo que volverá a disputarse en el 'Old Course' de Saint Andrews, 'La Catedral' del golf mundial.
Rahm anunció esas intenciones de cara al próximo año en su tierra, en el campo de Meaztegi, ubicado en las localidades vizcaínas de Ortuella, Trapagaran y Abanto-Zierbena, durante el cierre del curso de su proyecto 'Jon Rahm Golf4Kids'.
'Golf4Kids' es una iniciativa apadrinada por Rahm que tiene como objetivo contribuir al aprendizaje de niños y niñas, de entre 8 y 14 años, utilizando como herramienta el golf y los valores que este deporte promueve.
Con ella, el genio de Barrika trata, además, de devolver a la sociedad parte de lo que él ha recibido del golf.
Sobre su victoria en uno los cuatro grandes torneos de la temporada, el Abierto de Estados Unidos, señaló: "La alegría me duró 5 horas y la sensación más profunda que sentí fue la de quitarme un peso de encima, porque a partir de entonces ya no iba a ser más un gran golfista que no había ganado un 'major'".
El acto de este sábado, enmarcado dentro de las fechas navideñas, que es cuando Rahm, residente en Estados Unidos, vuelve a casa a visitar a su familia, se desarrolló entre restricciones por la nueva ola de COVID-19.
Aún así, con mascarilla incluida, el vasco jugó con los jóvenes e incluso se enfrentó al jugador invidente Marc Oller, para lo que se puso una venda en los ojos y tuvo que contar con la ayuda de su padre, Edorta, como guía.
Por las restricciones, apenas pudieron acudieron a la cita unas 150 personas, 50 de ellas niños que realizaron "una serie de actividades que les ayudan a entender y adquirir valores positivos por medio del golf y la diversión", según destacó el director del proyecto, Ramón Barrenechea.