VALÈNCIA. Jorge Sáenz, defensa central del Valencia cedido al Celta de Vigo, está apartado en Balaídos a la espera de que se solucione su futuro. El defensa tinerfeño y su entorno confían en regresar al Valencia en las próximas semanas si el club de Mestalla no encuentra alternativas económicas para cerrar su línea defensiva antes del cierre del mercado.
El Valencia, que se mueve en muchos frentes pero en un mercado muy reducido de jugadores cedidos o libres de contrato con una ficha baja, volverá antes del 5 de octubre a por Jorge Sáenz si no es capaz de fichar un central de más jerarquía. Para que ese escenario sea factible, el Celta tendría que dejar marchar al canario sin recurrir a la penalización. El Valencia no quiere pagar para repescar a Sáenz.
A Jorge Sáenz le ha sucedido algo similar a lo que recientemente ha ocurrido con Jeison Murillo. En la primera semana de agosto el secretario técnico, Miguel Ángel Corona, de acuerdo con el entrenador, Javi Gracia, decidió que Jorge Sáenz regresará a la ciudad deportiva de Paterna el lunes 10 para ponerse a trabajar a los órdenes del técnico navarro. El Valencia admitía que su vuelta era bastante factible.
El Valencia y el Celta empezaron entonces a conversar para anular el contrato de cesión que cerraron un año atrás con el joven central como moneda de cambio, en aquella costosa operación entre ambos clubes por Santi Mina y Maxi Gómez. Anil Murthy intentó romper el acuerdo de cesión sin pagar el peaje de abonar la cláusula que penalizaba al Valencia si decidía recuperar al jugador antes de que finalizase la cesión en junio 2021.
La decisión respondía a la falta de liquidez para afrontar fichajes en el mercado estival. El club pretendía reforzar sin coste alguno la parcela central de la defensa, debilitada tras la no renovación de Ezequiel Garay. Y Gracia quería testar al jugador.
La respuesta del Celta de Vigo no fue la esperada. Los celestes le pidieron a Murthy 1'5 millones de euros, importe que figuraba en el contrato si se rompía el segundo año de cesión. Pese a no contar con el jugador, el Celta se negó a soltar al futbolista al que le paga su salario. Y Sáenz, con los billetes en la mano para volver, se quedó en el Celta sabedor que no iba a jugar con Óscar García.
El Valencia tropezaba de nuevo con la negativa del Celta, ya que el anterior secretario técnico, César Sánchez, intentó en enero repescar a Sáenz para suplir la lesión de Garay. En aquel momento, el cuadro celeste, lo remitió a la cláusula de penalización, argumentando que tras la salida de David Costas se había quedado con cuatro centrales en el equipo. La cláusula en el primer año de cesión era de 3 millones.
Sáenz estaba de acuerdo en volver a Mestalla después de apenas jugar en Balaídos, primero con Fran Escribá y luego con Óscar García. El canario sólo participó en siete partidos de LaLiga 2019-20, cinco de ellos como titular y tres después del parón por la pandemia, y en dos encuentros de Copa del Rey. En Vigo no ha tenido suerte. El día de su debut ante el Granada, en la primera vuelta, fue expulsado con roja directa por un pisotón en el talón de Aquiles a Roberto Soldado.
El fin de semana pasado, en la primera jornada de LaLiga entró en la lista de 23 pero no saltó al campo. Lo grave es que en el último amistoso de pretemporada ante el Sporting de Gijón fue el único futbolista de la plantilla que no jugó ni un minuto.