Joserra en la operación 'Opositor Ideal'

VALÈNCIA. La corajuda y unánime protesta del fútbol español contra el racismo ocultó, hace ahora algunos días, el momento de gloria de Joserra García Fuster. Se hizo una foto con Layhoon y por hacerse una foto con Layhoon, layhoonista le llamaron. A favor del prócer Joserra habrá que reconocer que su posado hizo las veces de periódico del día con el que certificar que la presidenta de todos continúa ejerciendo. Layhoon vive, la lucha sigue. 

La foto de Joserra con Layhoon se circunscribe dentro de una operación de falsa bandera -posiblemente ideada, de manera genial, por el camarlengo Solís- con el fin de encontrar al Opositor Ideal. Algunas primeras informaciones apuntaron a que Vicente Vallés habría presentado su candidatura argumentando que, si se pone, también él puede aparentar ser crítico. Evidentemente no dio el pego como opositor. Tampoco lo daría en un concurso para elegir al doble de Vicente Vallés. Joserra se convierte así en el primero en cruzar la pasarela.

Reúne toda clase de virtudes. Pedigrí, experiencia, y ese je ne sais quoi que lo convierten en opositor pero sin pasarse; una oposición de terciopelo, elegante, constructiva. La típica oposición de orden que queda a tomar solomillo Wellington con los representantes del régimen para decirles que se marchen, pero sin prisas, que ya se sabe: las revueltas las carga el diablo. Además, ahora no es buen momento para temblores: ¡si casi, casi, casi, casi se acaba de lograr la salvación! 

Es fácil darle mandobles al sufriente opositor, década tras década tratando de tender puentes, muñidor palaciego. Pero lo grave es lo otro: el holding, sabedor de que no puede reprimir las protestas ni tan siquiera segundos después de lograr la casi, casi, casi, casi salvación, quiere ordenarlas eligiendo a su propia oposición. Señor opositor, antes de escribir su comunicado de protesta, ¿sería tan amable de enviárnoslo para que Layhoon pueda validarlo? Y Joserra dijo sí.

Con todo, no debería confiarse el Doctor García Fuster. Todavía puede tener contrincantes a Opositor Ideal. Liderar una oposición de balneario no es sencillo. Requiere la sabiduría justa para llegar sin pasarse. Y poner más empeño en ser que en hacer.

Tampoco habría que descartar que el holding, ya puestos, quiera también tener su tertulia opositora favorita una vez certificada la casi, casi, casi, casi salvación. Quizá Aurelio, agente libre, pueda hacer de intermediario.