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Jovi Carrascosa: "Pasé de los 30 grados de Malasia a los 25 bajo cero de Noruega"

7/03/2024 - 

VALÈNCIA. "Llevo en trineo a Pablo, mi hijo de tres años, al cole", relata el entrenador valenciano José Vicente Carrascosa Requena (Torrent, 31/03/1988) en conversación con PlazaDeportiva desde Oslo, impresionado por el manto de nieve que cubre la ciudad y el país, con especial virulencia en diciembre, enero y febrero. "Cuando está todo cubierto de nieve es superbonito, pero luego aparece el hielo, pisas, pierdes el control y el equilibrio, y te caes. Aquí caerse es natural. La gente no se alarma cuando uno resbala y se cae, porque lo ven como algo normal. Los jugadores están acostumbrados. Cuando sale un balón del campo, pisan fuera con sus tacos de goma y no se caen. Se deslizan. Es increíble. Tienen la habilidad de reequilibrarse en superficies inestables", detalla, todavía con asombro, una año después de su llegada a la ciudad.

Jovi Carrascosa es el director de metodología del Valerenga Fotball Elite. Aprendió el oficio de entrenador y de la gestión grupal en el CD Monte-Sión de su localidad natal, Torrent, y se formó en la Academia del Valencia CF en Paterna. "Fue la mejor situación de mi vida. Iba a Mestalla desde los cinco o seis años, mi equipo era el Valencia, y, de repente, aparcaba en el mismo parking que los jugadores del primer equipo. Imagínate lo que suponía trabajar en mi club", explica el técnico, que desde 2017 hasta 2023 cambió Paterna por Malasia y luego aterrizó en Noruega. "Pasé de los 30 grados de Malasia a los 25 bajo cero de Noruega. No podía haber elegido lugares más diferentes. Son polos opuestos, sociedades antagonistas, climas diferentes", comenta Jovi, que vive en Oslo a un kilómetro del cole de su hijo formando entrenadores y jugadores en el Valerenga, donde ejerce su trabajo con celo y responsabilidad. "Creo que el peso, la importancia y la responsabilidad del entrenador en la educación de los jugadores es tremenda. Pasamos dos o tres horas al día con ellos y somos una figura que debe ser importante y clave en su formación", dice.

- ¿Recuerdas cuándo llegaste a Oslo?

- Sí, el 7 de enero de 2023. Y lo recuerdo perfectamente porque aterricé con todo el equipaje, cogí un autobús y cuando llegué dónde me estaban esperando no podía arrastrar la maleta por el hielo y el manto de nieve que había. El director deportivo del club se río bastante. No había manera.

- Bueno es normal que haya nieve, estás en Noruega

- Aquí la gente dice que ha sido el invierno más frío de los últimos 30 años. En enero estuvimos a menos 25 grados de temporada. Ya estaba aquí mi familia, mi mujer Lorena y mi hijo Pablo. Ellos llegaron en mayo del año pasado. El primer invierno lo pasé solo. Quería adaptarme, solucionar toda la burocracia que lleva un cambio de país y establecerme, para que cuando ellos llegasen la situación fuese normal y ya estuviese adaptado para poder explicarles cómo es este país.

- El contraste entre tu anterior destino, Malasia, y Noruega es importante. ¿El cambio debió ser radical?

- No podía haber elegido lugares más diferentes. Son polos opuestos, sociedades antagonistas, climas diferentes. En Malasia está todo basado en el control social a través de la religión del islam, el clima es tropical, hay desigualdades sociales, la sociedad es jerárquica y todos los trabajadores del Johor Darul Takzim FC eran españoles y argentinos por la afinidad del rey Tunku Ismail con personas de España y Argentina, que forman su círculo de confianza en el club. De Malasia tengo amigos y experiencias. Cada país te forma como entrenador y como persona.

- ¿Cuándo llegas a Malasia?

- Llego en enero de 2017 y me voy en diciembre de 2021 porque acabó mi ciclo allí. Inicio mi trabajo como director de la Academia y entrenador del equipo sub-15; pasan tres años y el club me ofrece el sub-21, donde paso dos años. Antes también había dirigido el sub-17. Acabó mi ciclo y estaba preparado para empezar otro proyecto deportivo en mi vida. No renové y volví a Valencia. Empecé a trabajar en buscar opciones y a los siete u ocho meses me llegó la llamada de Noruega. Pasé de los 30 grados de Malasia y de una buena temperatura en València a encontrarme a 25 bajo cero en Oslo.

- ¿Qué te has encontrado en Noruega?

- Un país diferente a Malasia. Noruega es una democracia en excelencia. Hay numerosos derechos para los trabajadores, igualdad social, fomentan la autonomía, la sociedad es horizontal. El país es muy cosmopolita. Hay mucha inmigración y poca densidad de población. Descubrieron yacimientos de petróleo en 1966 y pasaron de ser un país pobre a uno rico.

- ¿Es un país caro?

- Noruega es de los sitios más caros del mundo. Pago 1.300 euros de alquiler al mes. Una cerveza cuesta nueve euros y un café, tres o cuatro euros. La vida es cara, los salarios son buenos, pero no desorbitados. Se pagan muchos impuestos y, a cambio, la gente tiene servicios sociales, sanidad, transporte público... Las condiciones cuando estás en paro son muy buenas y el sistema de pensiones es muy sólido. Como entrenador tengo que ser flexible y adaptarme a cada país. Es lo que siempre intento.

- Un entrenador tiene que tener siempre la maleta preparada, pero su familia también, y eso a veces genera alguna que otra crisis familiar

- Si la familia está contigo ese es un riesgo que corremos todos los entrenadores porque vas arriba y abajo. Pero ya que los movemos tanto y eso, a veces, genera discrepancias con tu pareja, a cambio les proporcionamos acceso a una educación diferente, a hablar otro tipo de idiomas y a contar con nuevas experiencias de vida que no se pueden dar si realizas siempre tu trabajo en el mismo sitio.

- Hablando de idiomas, ¿sabes hablar el noruego?

- Habló en inglés; todo el mundo habla aquí en inglés. Pero la gente noruega aprecia al que aprende su idioma y lo empieza a hablar, y estoy en ello. No me he puesto en serio todavía. La primera etapa de un entrenador en un club nuevo es de descubrimiento, de preguntar, de estar en el campo muchas horas. Las 24 horas son de conocimiento del club, de sus particularidades, de su gente, pero me gustaría aprenderlo.

- ¿Tiene pinta de ser complicado?

- Es muy difícil. Tiene cosas del alemán, algo de inglés. La gramática es diferente a la inglesa o a la española. Se hace más difícil, es complejo. Mi mujer, en cambio, se ha puesto en serio con el idioma y ya está en cuarto curso de noruego; me da envidia porque yo sigo verde.

- ¿Tu mujer está estudiando noruego y tu hijo cómo lleva lo de vivir entre tanta nieve?

- Pablo tiene tres años. Está en la guardería desde agosto. Entiende el noruego y ya lo chapurrea. Lo llevo en trineo al cole. Vivimos a un kilómetro del cole y me lo llevo en trineo. Nunca lo hubiese imaginado. Tiro de la cuerda y como hay nieve resbala y se desliza bien. Tenemos un carro nórdico para niños con las ruedas más gruesas, pero el trineo es mejor.

- ¿Alguna anécdota más en tu adaptación al país?

- Mira, aquí las familias con bebés cuando salen a tomar algo a una cafetería y en la calle hay una temperatura de -15 o -20 grados dejan los carritos con el niño fuera para que se acostumbren al frío. Por supuesto que los bebés van abrigados y están protegidos dentro de su carro, pero mientras los padres están tomando algo dentro del recinto, los niños están fuera dentro del carrito. Lo hace todo el mundo. Es una cuestión de adaptación. La primera vez que lo vi pensé que estaban locos.

- ¿Está claro que el clima marca la vida social y también el fútbol?

- La liga comienza el primer fin de semana de abril y se extiende hasta noviembre. Desde diciembre y hasta la primera semana de enero los jugadores tienen vacaciones. Los meses de diciembre, enero y febrero no se puede entrenar en el exterior porque los campos están cubiertos de nieve. Todos los clubes tienen un estadio indoor, pero la prioridad para su utilización es del primer y el segundo equipo. Se suspenden entrenamientos para los equipos de la base por falta de instalaciones porque la nieve no se puede quitar. Improvisamos sesiones en salas interiores, pero tenemos que suspender algún día.

- ¿Y así hasta cuándo?

- En marzo la nieve cesa bastante y las máquinas quitanieves ya funcionan. En abril la primavera es como tal. El primer equipo y el filial se van entre enero y febrero a España, Turquía o Chipre para realizar la pretemporada. El año pasado estuvieron en Chipre y este año en Turquía. Es necesario.

- ¿Cuál es su función en el Valerenga Fotball?

- Soy el director de metodología. Me encargo de toda la implementación del modelo de juego y del modelo de entrenamiento. Soy responsable desde el equipo sub-12 hasta el filial, que es un sub-23 y que vendría a jugar, si lo comparamos con España, en una categoría similar a la Primera RFEF. En la academia tenemos seis equipos desde el sub-12 hasta el filial. En esos seis equipos tenemos hasta 100 jugadores y, a día de hoy, controlo, además, a 12 formadores, entre entrenadores, preparadores físicos o entrenadores de porteros. Mi rol de director de metodología lleva sólo 5 años instaurado en las academias. En Noruega invierten en fútbol y en la educación de entrenadores a través de las academias. Trabajo conjuntamente con un equipo de trabajo con todos los directores de metodología de primera y segunda división. Aquí no quieren competitividad, quieren compartir conocimiento para que el fútbol del país crezca y sea una gran potencia.

- Pero antes de Noruega y de Malasia estuvo en el Valencia CF y el CD Monte-Sión.

Empecé a entrenar fútbol base en el Monte-Sión de Torrent a los 17 años. Jugaba en el amateur y entrenaba en la escuela, y descubrí que me encantaba ejercer la función de entrenador; lo pasaba bien, lo disfrutaba y me sentía realizado. Era feliz y ya no podía dejar de entrenar. Estuve jugando en categoría amateur hasta los 21 años. Luego apareció el Valencia CF en el camino. Fue en 2013 coincidiendo con la llegada de Rufete a la dirección deportiva. Rufete creó el departamento de metodología y puso a José Bargues como director. Fue Bargues el que me ofreció trabajar en el departamento de metodología. Fue la mejor situación de mi vida. Iba a Mestalla desde los cinco o seis años, mi equipo era el Valencia, y de repente aparcaba en el mismo parking que los jugadores del primer equipo. Imagínate lo que suponía trabajar en mi club.

- ¿Con qué franja de edad trabajan las academias de fútbol en Noruega?

- A partir de los 12 años y cada club capta futbolistas en su zona. Nosotros sólo captamos jugadores en Oslo. Nunca se va a ir a por un jugador que esté en la academia de un club rival. Es un código ético muy marcado respeto a otros países. Noruega, entre otras cosas, es un país basado en el respeto y eso lo llevan también al fútbol.

- ¿Antes de esas edades cómo está organizado el fútbol en el país?

- Juegan desde los cinco años, pero el gobierno limita o prohíbe que los niños estén en academias de alto rendimiento. No se puede seleccionar jugadores por nivel hasta los 12 años. A partir de los 12 años ya hay entrenadores titulados. A los niños de entre 6 a 11 años los entrena algún padre en un modelo denominado parent coaching. En el club tenemos un apartado para el fútbol social. Pero está prohibida la competición oficial, hay partidos amistosos nada más. El gobierno promueve el multideporte en esas edades. La especialización en fútbol es un poco más tardía para potenciar otras habilidades, de forma que no sólo se trabaja la coordinación óculo-pédica si no también la óculo-manual. Se busca que el que ha hecho otros deportes, con otras situaciones motrices, tenga más repertorio de resoluciones en el fútbol.

-Adaptarse a pisar el hielo y la nieve también tendrá alguna ventaja en el juego

- Cuando está todo cubierto de nieve es superbonito, pero luego aparece el hielo y pisas y pierdes el control y el equilibrio, y te caes. Aquí caerse es natural. A mí me suele pasar. Te caes y te levantas. La gente no se alarma cuando uno resbala y se cae porque lo ven como algo normal. Los jugadores están acostumbrados. Cuando sale un balón del campo, pisan fuera con sus tacos de goma y no se caen. Se deslizan. Es increíble. Tienen la habilidad de reequilibrarse en superficies inestables. Nacen con patines y esquís, y tienen el control de su cuerpo.

- ¿Qué perfil de futbolista es el noruego?

- Está el clásico jugador noruego de 1’95 metros, fuerte físicamente, alto, rápido, muy disciplinado. Pero, a consecuencia de la inmigración, también se encuentra en el país el perfil suramericano, africano, o de Europa del este que es un futbolista más creativo y de mayor calidad técnica. A la hora de captar jugadores se pueden captar diferentes perfiles de jugador.

- ¿Haaland y Odegaard han abierto la puerta de Europa al futbolista noruego?

- Están Haaland y Odegaard, pero también Sorloth, Strand Larsen, Oscar Bobb o Antonio Nusa. Están saliendo futbolistas del país y cada vez van a salir más. Noruega vende actualmente jugadores jóvenes a ligas de segundo nivel. La idea es venderlos más tarde y a equipos más potentes para que el nivel de la Eliteserien, la primera liga del país, suba y los clubes aumenten sus ingresos por ventas. En Noruega hay talento.

- ¿Qué importancia le das a tu trabajo por su incidencia en la juventud?

- Por la experiencia de haber estado en diferentes países, creo que el peso, la importancia y la responsabilidad del entrenador en la educación de los jugadores es tremenda. Pasamos dos o tres horas al día con ellos y somos una figura que debe ser importante y clave. Le doy mucha importancia a la figura del entrenador. Compartes espacio y tiempo con el joven futbolista y lo educas en valores. El peso es muy alto. La gente que se dedica a escoger a entrenadores formadores tiene una toma de decisión muy importante.

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