VALÈNCIA. Para mí, hablar de Juan Cruz Sol es hacerlo de un referente futbolístico pero, sobre todo, humano que nos deja una huella indeleble a todos los que hemos tenido el placer de conocerle y admirarle. Cuando esta mañana me he enterado de su fallecimiento, no me lo podía creer porque, a pesar de sus últimos problemas físicos, nunca pensaba que este fatal desenlace pudiera llegar tan pronto.
Jugamos juntos en la Selección Juvenil Valenciana que se proclamó, gracias en gran parte a él, Campeona de España en 1966 y fue un honor, sin exageraciones, compartir vestuario con él. Esa misma temporada, Sol debutaba con el Valencia C.F. en Primera División. En esa época, Juanito Sol era un auténtico referente para todos nosotros, como siguió siéndolo a lo largo de su trayectoria deportiva, plagada de éxitos y sin que ello mermara un ápice su admirable sencillez.
Vasco de nacimiento y valenciano de adopción, Sol era un portento físico que, además de su garra en el juego, añadía una inteligencia intuitiva que le hacía conocedor de lo que interesaba al equipo en cada momento del partido; su juego se caracterizaba por una honradez y entrega encomiables. Era además noble, duro, fuerte… pero nunca violento y destacó tanto jugando como lateral como haciéndolo de defensa central.
De trato amable, cariñoso, educado, respetuoso, era una de esas personas privilegiadas que caía bien a todo el mundo y que siempre tenía una sonrisa y la mejor actitud para con todos, y eso a pesar de su deficiente salud y de sus múltiples operaciones de los últimos años que, lejos de agriar su carácter, lo hacían más cercano y cariñoso con todos.
Desde juveniles y después su paso por el Valencia C.F., la Selección Española, el Real Madrid y su vuelta al Valencia C.F. seguro que será recordada por todos los que lo frecuentaron, amigos, compañeros, técnicos, empleados y afición, con todo el cariño que sin duda merecía.
Hay una anécdota que habla muy a las claras de la honestidad y caballerosidad de Juan Cruz Sol y que probablemente no es conocida por la afición y que demuestra su amor al Valencia C.F. No recuerdo la temporada pero ocurrió que, por un error administrativo, Sol, con otros dos compañeros, quedaba libre para haber podido fichar por cualquier otro equipo, con las mejoras económicas que ello implicaba. Sólo cabe recordar que en esa época cualquier equipo hubiese querido hacerse con los servicios de un jugador que estaba en la cresta de la ola y en su máximo apogeo. Lejos de aprovecharse de esta circunstancia, Sol se presentó en las oficinas del Club para comunicar que bajo ningún concepto iba a beneficiarse de ese error y que continuaba en el equipo de sus amores. Así era y actuaba Juan Cruz Sol Oria.
Descanse en paz.