VALENCIA. El regreso de Jupp Heynckes al Bayern invita a evocar momentos claves de tres décadas de historia del club bávaro en la que el entrenador -que ahora tiene 72 años- ocupará por cuarta vez el banquillo para tratar de reconducir la situación en una temporada que había empezado a torcerse.
En cierta medida, la historia de Heynckes y el Bayern se parece a la parábola del eterno retorno. Tras su primera etapa en el club, entre 1987 y 1991, Heynckes había vuelto ya dos veces, siempre en momentos difíciles para el club.
Heynckes, tras una primera vacilación, dijo que regresaba al Bayern como un acto de amistad -su relación con el presidente Uli Hoeness es muy estrecha- y por lo que le debía al club.
Algo parecido había dicho en la primera etapa, en 2009, cuando Jürgen Klinsmann fue destituido tras caer goleado por 4-0 ante el Barcelona y por 5-1 ante el Wolfsburgo.
Klinsmann representaba un ansia de modernización del club lo que en ese momento empezó a verse como un callejón sin salida, en vista de que el club estaba a punto de no clasificarse para la Liga de Campeones.
El regreso de Heynckes era el fin de los experimentos y el retorno a las raíces. Hoeness dijo entonces que para preparar los partidos Heynckes sólo necesitaba unos rotuladores y una pizarra donde escribía la alineación de los rivales antes de hacer unas apreciaciones que ayudaban luego a ganar los compromisos.
Heynckes, a quien habían sacado de la jubilación, cumplió su misión y llevó al equipo a la Liga de Campeones. En el proceso, recomendó a Louis van Gaal como su sucesor y el club fichó al holandés.
Al final de temporada, sin embargo, Heynckes llegó a la conclusión de que se había sentido bien volviendo al banquillo y asumió las riendas el Bayer Leverkusen.
Tras una primera campaña excelente -con doblete y final de Liga de Campeones- Van Gaal se complicó la vida en la segunda.
Su primer problema es que no logró descifrar al Borussia Dortmund de Jürgen Klopp que ganó la Bundesliga con total autoridad y se impuso al Bayern en los dos enfrentamientos directos. Los otros rivales de la Bundesliga también encontraron la fórmula para enfrentarse al Bayern y en la recta final hasta el tercer lugar estaba en peligro.
Van Gaal agravó las cosas con un enfrentamiento con el entonces capitán Philipp Lahm.
El club volvió a pensar en Heynckes pero estaba en el Leverkusen, optó entonces por Andries Jonker como interino, antes de que, para la siguiente temporada, se produjera el segundo retorno.
La primera misión de Heynckes era lograr la calma en el vestuario y en eso se parece a lo que tendrá que hacer ahora. La primera temporada, pese a que el Bayern llegó a la final de la Liga de Campeones -para perderla en Múnich ante el Chelsea- fue difícil.
La maldición del Dortmund estaba viva: le ganó al Bayern los dos enfrentamientos en la Bundesliga y remató la faena con una goleada por 5-2 en la final de la Copa de Alemania.
Pese a todo, la confianza en Heynceks era absoluta. El presidente del consejo directivo, Karlheinz Rummenigge, dijo que había que admitir que había un equipo en Alemania superior al Bayern, lo que había que corregir a la mayor brevedad posible.
Heynckes, a la hora de planificar la siguiente temporada, sólo expresó un deseo: el fichaje de Javi Martínez que para él era la pieza que faltaba. EL Bayern desembolsó 40 millones por el navarro y lo demás es historia.
La segunda temporada de Heynckes fue la del triplete de Bundesliga, Copa de Alemania y Liga de Campeones. En la final de la Liga de Campeones puso fin a la maldición de las dos campañas anteriores, y derrotó justamente al Dortmund.
Con ello empezó una racha de cinco Bundesligas seguidas que ahora se ve amenazada con el Dortmund como líder con cinco puntos de ventaja.
Esta vez Heynckes tiene menos tiempo. La principal esperanza es que logre la cohesión del vestuario. Buena parte del equipo ya lo conoce.
El que hable perfectamente español ayuda bastante debido a los muchos jugadores hispanoparlantes que hay en el equipo. Su antecesor, Carlo Ancelotti, hablaba también español pero uno de sus problemas fue que nunca terminó de aprender alemán.
Serán meses de transición. No está planeado que Heynckes siga después del fin de temporada, ni por él ni por el club. Pero puede ayudar a sentar las bases para quien lo suceda. Y acaso haya tiempo para salvar la temporada pese a los muchos problemas que hay.