VALÈNCIA. “Como Federación es un orgullo absoluto porque, igual que esta plantilla es pionera a nivel mundial en haberse convertido en profesional, este segundo paso de que a final de temporada estén certificadas con el VAR es muy importante también. Ya no sólo para España por si la Liga F decide implementar su competición con VAR, sino porque a nivel internacional van a ir pidiendo, cada vez más, árbitras certificadas”. Yolanda Parga, responsable de arbitraje femenino en la RFEF, lleva 31 años en el mundo del arbitraje y transmite a la perfección la pasión con la que la Real Federación Española de Fútbol está elevando el nivel de profesionalidad de las árbitras al máximo posible.
Durante este primer semestre de 2023, las 21 árbitras y 32 asistentes de Primera División están realizando el curso de certificación de VAR que exige FIFA para poder manejar esta herramienta que se está instalando en cada vez más rincones del fútbol profesional, ya sea masculino o femenino. No hay ninguna otra federación en el mundo que haya realizado esta inversión en sus árbitras y la decisión, que nació de la propia directiva de la RFEF, va encaminada a mejorar el nivel como colectivo arbitral y para que, individualmente, cada una de ellas tenga más posibilidades laborales, tanto dentro de España (en Primera y Segunda masculina es obligatorio dicho certificado) como fuera, para competiciones internacionales.
La Eurocopa femenina del pasado verano ya fue con VAR, como así va a ser el Mundial de Australia y Nueva Zelanda de este verano, cita a la que irán Marta Huerta de Aza (que ya pitó el partido inaugural en la Euro de Inglaterra) y Guadalupe Porras Ayuso (habitual como asistente en Primera División masculina). Además de ellas dos, en España ya tienen su correspondiente certificado VAR Eliana Fernández González (asistente de Primera División masculina), Judit Romano (asistente de Segunda División masculina) y Rita Cabañero Mompó (asistente que participó en la reciente Copa América femenina). Cuando empiece el verano serán muchas más quienes las acompañen en este novedoso camino.
Tres fases: teórica, offline y ‘live’
Para obtener este Certificado VAR, las árbitras deberán pasar por tres periodos: fase teórica, fase práctica offline en la sala VOR y la fase ‘live’, en el campo. Clos Gómez, responsable del VAR en el Comité Técnico de Árbitros de la RFEF, explica que “en la fase teórica se consolidan conceptos de VAR, el rol del árbitro con esta herramienta, el del árbitro asistente, protocolo de final del partido, fase de ataque previa a un caso de intervención de VAR y, en definitiva, todo aquello que cambia el fútbol con el VAR. Esta fase comenzó en enero y se ha finalizado con éxito”.
A partir de aquí, comienza la primera parte de la fase offline (nunca hay conexión real con el árbitro), en la que se les provee exactamente de las mismas herramientas que se encontrarán en un partido en el futuro y se les pone cortes aislados de partidos reales de ligas propias o extranjeras en el que se han dado casos de tarjetas, de posibles penaltis, confusión de identidad… y se establece un feedback para la toma de decisiones.
La segunda parte de esta fase offline tiene lugar en una ‘mirror station’ de la sala VOR, anexa a una en la que se está videoarbitrando un partido en directo. De esta manera, sin comunicación con sus compañeros, las árbitras hacen el partido en paralelo y al mismo tiempo. “Es una manera de ponerse en situación. Van cambiando cada 15 minutos de posición entre ellas realizando un feedaback por parte del instructor arbitral al final de cada periodo”, señala Clos Gómez. Esta fase dura tres fines de semana en total y los ejercicios anteriormente comentados se complementan con otros en los que se realiza una audición de la sala VAR en vivo y se comenta cada decisión entre las árbitras y los responsables del curso.
Por último, la fase ‘live’, tendrá lugar en partidos reales, durante la Madcup con 20 partidos diarios de unos 50 minutos de duración y para los que se contará con dos sistemas VAR. “En cinco días, a 20 partidos diarios, se darán un total de 100 encuentros para que todas las árbitras finalicen de la mejor manera posible esta formación y obtengan su certificado VAR”, indica Clos Gómez, quien apunta que a esta última fase se le unen árbitros de Primera RFEF que ascienden a Segunda División, categoría donde es obligatorio dicho certificado.
“Es una manera más de crecer como árbitras”
“Es muy satisfactorio ver de primera mano cómo disfrutan de este aprendizaje. El feedback que nos dan es todo positivo. Ya, simplemente, como aficionada al fútbol, cualquier persona que pueda ver un partido en la sala VOR es… como entrar en otro mundo. Es una maravilla como experiencia personal, además de ser un conocimiento muy valioso y positivo para el día a día en el campo. Al final, es una manera más de crecer como árbitras”, sentencia Yolanda Parga.
La responsable de las árbitras del CTA de la Federación, además de ver las caras de satisfacción de las árbitras, también recibe el reconocimiento por parte de las responsables del colectivo arbitral femenino tanto de UEFA -Dagmar Damkova- como de FIFA -Kary Seitz-. “Ellas siempre están abiertas a ayudarnos y a colaborar con la RFEF y lo que hemos hecho lo están viendo como un paso muy grande en el arbitraje femenino”.
Para este Mundial femenino de Australia y Nueva Zelanda, al que irá la árbitra Marta Huerta y la asistente Guadalupe Porras, la sala del VAR estará compuesto por un mixto de árbitros (por cierto, dos de ellos españoles) y árbitras, aunque la intención es que en el futuro pueda ser un equipo de árbitras. Si dependiera de la RFEF, para la siguiente gran cita del fútbol femenino ya dispondrá de un ‘ejército’ de árbitras con certificado VAR por si hiciera falta. “Al final, como en otros aspectos, nuestro objetivo es aplicar todo lo que está en nuestras manos para ofrecer la mayor profesionalización y desarrollo posible a nuestras árbitras”, subraya Yolanda. Este es el camino y, seguramente, la Federación española sea la primera de más entidades que imiten su estrategia.