Con Pau Donés ha muerto un cachito de nuestras vidas. Sí, su música pervive, pero ya siempre arrastrará un halo de tristeza. El cantante nos deja 'La Flaca', que para la mayoría es solo una canción pero que para unos pocos, entre los que estamos mis amigos y yo, fue también un garito del Carmen sucio, roquero y dinamitero, con dos barras, dos plantas y dos baños unisex. El suelo estaba siempre pegajoso porque las copas iban tan cargadas que antes de añadir el refresco convenía aligerarlas abiertamente si no querías morir esa misma noche y al día siguiente. Al final de la sesión, encendían las luces, alguien empezaba a gritar "¡vayan saliendo!" y Javi El Coletas pinchaba 'La Flaca' (a veces metía una versión). Y con la canción, ebrios y felices, salíamos cantando "...cien libras de piel y hueso..." y preguntando: "¿Vamos a Calcatta o a la Bounty?
La añoranza, cuando pega, pega duro.
Víctor Luengo, el histórico jugador del Valencia Basket, con su número 15 colgado de la Fonteta, también tiene su morriña de vez en cuando. Teledeporte ha aprovechado el parón para programar una parrilla 'remember'. Y, claro, quien más y quien menos ha vuelto a ver la final de la Copa del Rey de Valladolid, la final de la ULEB, la de la Liga ACB...
Uno de los primeros fue la Copa del 98. "Joder, si hice un partidazo", se ríe el siempre jovial Luengo. Le pregunto cuánto hacía que no veía aquel partido que dio el primer título de su historia al entonces Pamesa. Y el valenciano, el 'capi', me sorprende con la respuesta: "No lo había visto nunca".
Es verdad que jugó un partidazo. Y es verdad que nadie se acordaba. Ni él. Porque todos recordábamos a Nacho Rodilla, que fue el MVP, y a las estrellas, que no eran muchas. Pero en ese partido, como en tantos y tantos otros que vendrían después, Luengo siempre acababa siendo más determinante de lo que se le presuponía. "Escribisteis tantas veces que era un jugador de defender y correr que hasta yo me lo acabé creyendo. Y luego ves que hago penetraciones, tiro de fuera, cojo rebotes, robo balones importantes...". No fue el único sorprendido. Sus hijos, Pablo y Martina, de 16 y 14 años, también alucinaron con la actuación de su padre.
Ese partido y todos los demás también fueron muy comentados en Twitter, y eso animó al club a tirar también de 'remember'. "Hablamos de hacer entrevistas a jugadores de los que no se sepa mucho. Nos pareció buena idea y entonces preguntamos: ¿y quién lo hace? Pues lo hace Luengo. Y Luengo lo ha hecho".
Y así fue como el responsable de Marketing y Relaciones Externas acabó, para mofa de todos sus amigos, convertido en 'youtuber' a sus 46 años.
Luengo siempre fue un tipo extrovertido, dicharachero y humilde, así que no ha tenido problema alguno en conectar y comprometer a los exjugadores. Howard Wood, Jerry Herranz, Leles, Flo Pietrus... A mí me tocaron más a fondo Berni Álvarez, Sandro Abbio y, sobre todo, Fabri Oberto, uno de los mejores pívots de la historia del club y un personaje muy singular. En Valencia hizo un programa de radio, acudía a conciertos y a doblarse copas en el Radio City -los jugadores de fútbol y baloncesto jamás iban a garitos de ese estilo- y hasta se atrevió a montar una infame banda de rock con Fede Kammerichs, otro verso libre, a la guitarra y Luengo a la batería.
Kammerichs merecería otra entrevista. No solo por ser el loco que acabó la final de la ULEB subido de pie sobre el aro jaleando a la afición, sino porque también tenía un carácter diferente. Hoy es el presidente del club de su ciudad, Goya, y ha heredado el taller de motos de su padre.
Luengo lleva mejor que yo lo de la añoranza. Ayuda seguir en el club, viviendo muy de cerca los partidos y con un rol dentro de la entidad. Eso evita la fractura que sacude con tanta frecuencia a los deportistas. Y encima, que yo sepa, no estuvo nunca en La Flaca...