VALÈNCIA. El Valencia paga sus errores con una derrota contra la Real Sociedad. Los de Baraja penalizaron su buen inicio en la primera parte con un despiste que acabó en gol de Carlos Fernández y la posterior expulsión de Amallah al borde del descanso.
El Valencia tiró por tierra todo el trabajo de la primera parte con dos fallos evitables. Los del ‘Pipo’ Baraja arrancaron con un plan de partido que poco a poco iba haciendo mella en la Real Sociedad. Una presión bien coordinada que complicaba a los vascos, sin apenas profundidad. Salvo alguna internada de Cho por el costado de Thierry, los de Imanol no encontraban el camino. El Valencia por su parte, se sentía cada vez más cómodo e incluso pudo marcar con un cabezazo de Amallah.
Sin embargo, esa labor aplicada del Valencia se fue por el desagüe pasada la media. La Real Sociedad aprovechó un despiste de los locales e hizo el 0-1. Tierny sacó rápido una falta para Carlos Fernández y pilló desconcentrado a Diakhaby. Primera llegada visitante y 0-1 en el marcador. Un error que provocó el enfado de Baraja en el banquillo. Además, ese fallo desató las dudas en el Valencia que poco a poco iba diluyendo su presión. Para colmo, Selim Amallah cometió una irresponsabilidad al ver dos cartulinas amarillas en apenas tres minutos. El marroquí y dejó al Valencia con uno menos y la obligación de buscar el empate en el segundo tiempo. Antes, Pepelu amenazó con un libre directo al lateral de la red.
Ya en la segunda parte, Baraja movió ficha con la entrada de Mosquera por Thierry Rendall. La Real Sociedad estuvo más cómoda sobre el terreno de juego con el nuevo contexto de partido. Movía con facilidad el balón ante un Valencia con problemas para robar y esperó con paciencia su momento para pegar otro zarpazo en Mestalla. Mientras tanto, Gayà también cayó lesionado y el ‘Pipo’ tuvo que colocar una defensa de circunstancia con cuatro centrales y forzar el retorno de Paulista.
El Valencia no se rindió y llegó al tramo final con posibilidad de empatar. Baraja hizo debutar a Yaremchuk, que amenazó con un cabezazo que se marchó alto. Finalmente, el empuje valencianista no encontró el premio del empate y afronta físicamente al límite el partido del Benito Villamarín.