La alcaldesa vivió la época dorada del Valencia CF con la celebración de títulos en el Ayuntamiento, colaboró en la celebración del Valencia Open 500 de tenis y el deporte femenino siempre le ofreció mayores satisfacciones con los éxitos del Ros Casares y del Valencia Terra y Mar
VALENCIA. La celebración en Valencia de dos ediciones de la Copa del América de vela, la de cinco grandes premios de Fórmula Uno y el acuerdo para la construcción del nuevo estadio del Valencia CF marcaron a nivel deportivo la trayectoria de Rita Barberá como alcaldesa de la ciudad durante veinticuatro años.
Barberá, alcaldesa de la ciudad desde 1991 a 2015, falleció hoy a los 68 años como consecuencia de un infarto de miocardio sufrido en un hotel de Madrid.
Durante su etapa al frente del Ayuntamiento valenciano, su política se centro en la actividad deportiva de elite con la organización de grandes acontecimientos en los que la intervención de los poderes públicos resultaba imprescindible.
El consistorio fue una de las instituciones que los potenció y sus decisiones fueron en muchos casos criticadas por las elevadas inversiones que requerían.
Con la estrecha colaboración de la Generalitat, Valencia acogió dos ediciones de la Copa del América en aguas de la ciudad, las correspondientes a 2007 y 2010, la primera de las cuales tuvo mucha más proyección que la segunda.
De la misma forma, la ciudad fue escenario en el circuito que se ubicó junto al puerto y la Marina Real de cinco grandes premios de Fórmula Uno entre 2008 y 2012, los dos primeros en agosto y los tres últimos en junio.
Con ambos acontecimientos, el objetivo era impulsar económicamente a Valencia con la atracción de deportistas y, sobre todo, de visitantes, algo que se produjo en mayor medida con las carreras de Fórmula Uno que con las regatas de vela.
El papel de Barberá también fue importante en otras actuaciones que requerían participación municipal, tal y como ocurrió con el proyecto del nuevo estadio del Valencia CF, iniciado sobre suelo municipal y en cuya presentación Barberá participó activamente, al igual que había hecho con el automovilismo y la vela.
Las obras del estadio se iniciaron en 2007, se paralizaron en 2009 y todavía no han sido reanudadas por el club, pero la parte del estadio ya edificada ha modificado el paisaje urbano de la ciudad en los barrios de Campanar y Benimaclet.
Barberá nunca fue una gran aficionada al deporte, pero fue consciente de la importancia que éste tenía para sus ciudadanos y de su repercusión tanto económica como políticamente.
En este capítulo, el fútbol centró buena parte de su atención. Siempre se sumó a la celebración de los éxitos deportivos de los clubes de la ciudad y acompañó al Valencia a las finales que disputó bajo su mandato, tanto en España como en Europa.
Vivió, pues, una época de esplendor con los títulos del club al comienzo del siglo XXI, aunque el último, la Copa del Rey de 2008, le dejó un sabor agridulce pues la plantilla del Valencia no lo quiso ofrecer a los valencianistas desde el balcón del Ayuntamiento, como era habitual, al atravesar un delicado momento deportivo.
También disfrutó de tres ascensos a Primera División del Levante UD y participó en algunos de los contactos que se mantuvieron para que Valencia y Levante compartieran estadio, proyecto que no llegó a cuajar.
Además, en los años en los que permaneció como alcaldesa, la ciudad se convirtió en seis ocasiones en la capital del fútbol nacional (1993, 1998, 2000. 2009, 2011 y 2014), al acoger la final de la Copa del Rey en Mestalla, acontecimientos que Barberá también impulsó.
Por lo que respecta al baloncesto, la línea ascendente del Valencia Basket en las últimas décadas se fraguó en una pista de propiedad municipal como es el pabellón de la Fuente de San Luis y Barberá también se sumó a las celebraciones del equipo.
Durante la etapa final de su mandato, el Ayuntamiento de Valencia también colaboró en la celebración del Open de Valencia de tenis, que en 2009 dio el salto a la categoría de 500 y pasó a celebrarse en la ciudad de las Artes y las Ciencias.
El deporte femenino le ofreció las mayores satisfacciones con los éxitos nacionales e internacionales del Ros Casares y en los últimos años de su mandato, el acontecimiento que más creció fue el maratón de la ciudad.
Disputado inicialmente en febrero y con mucha modestia, en los últimos años pasó al mes de noviembre y se convirtió en una de las referencias a nivel mundial en esta distancia deportiva.