VALÈNCIA. La ‘barrancada’ que provocó la dana que el pasado 29 de octubre azotó varias comarcas de Valencia provocó 223 muertos y aún tres desaparecidos y enormes daños materiales que incluyeron decenas de instalaciones de deporte base y el Circuit de Ricardo Tormo pero también generó un importante movimiento solidario que ha llegado hasta el final de 2024, un año que deja paso a 2025 en el que el reto será gestionar las ayudas publicas y privadas a la reconstrucción.
El impacto directo de la ‘ola’ que tras las intensísimas lluvias en comarcas del noroeste de la provincia de Valencia descendió por diferentes barrancos incluyó los accesos al circuito de Cheste, una instalación que apenas dos semanas después debía acoger el último Gran Premio de motociclismo de la temporada y que finalmente tuvo que celebrarse en Montmeló (Barcelona).
El traslado de una de las grandes citas anuales del deporte en la Comunitat Valenciana, por su impacto deportivo, social y económico, fue uno de los grandes daños directos al deporte de la dana.
El otro fue el destrozo de numerosos polideportivos y campos de fútbol o su ‘forzada’ reconversión en insalubres vertederos. Miles de deportistas, de los más jóvenes a semiprofesionales, se quedaron sin sitio donde entrenarse y jugar y sin material.
Los clubes buscaron alternativas para seguir su actividad en localidades cercanas pero esa deslocalización, agravada por los problemas en las comunicaciones, acabó con la temporada de muchos equipos y cortó la progresión deportiva y educativa de cientos de jóvenes.
En las últimas semanas, han empezado a concretarse las primeras iniciativas públicas, como los dos millones iniciales del Consejo Superior de Deportes, el anuncio por parte del Ayuntamiento de València de la construcción de un nuevo campo en La Torre o los cuatro millones del empresario Juan Roig a través de la iniciativa ‘Alcem-se Esport’, a la que el Villarreal CF ha aportado dos millones más.
También en este tiempo fueron muchos los clubes profesionales que anunciaron donaciones para ayudar a equipos o localidades afectadas. El Real Madrid aportó un millón de euros, el Valencia los 325 mil euros que el Valencia ingresó por taquilla contra el Betis y esa misma cantidad que ha puesto su máximo accionista Peter Lim.
Igualmente clubes como Osasuna, cuyo entrenador Vicente Moreno es de Massanassa, una de las localidades arrolladas, o el Athletic Club se multiplicaron para conseguir dinero y medios para ayudar en la reconstrucción.
Aún así un primer análisis de la Generalitat cifró en 100 millones las necesidades para reconstruir infraestructuras y clubes en las zonas afectadas por la dana.
En estas últimas semanas del año, los clubes valencianos de todas las categorías y deportes pusieron al día de los partidos aplazados en su momento.
El día 30 de octubre empezaron a anunciarse suspensiones de partidos y muchos clubes y deportistas se centraron en tratar de prestar ayudas directas a los afectados, tanto en la limpieza de calles y casas como en la captación de ayudas y en la organización de su distribución.
El Valencia Basket abrió la ayuda del mundo del deporte al acoger ya esa madrugada del 30 de octubre en L'Alqueria del Basket a cientos de desplazados. El club 'taronja' convirtió su instalación de cantera primero en un albergue, después en un centro logístico de recepción de ayuda y aún ahora en la sede de unidades militares.
El Valencia y el Levante pronto se unieron y Mestalla y el Ciutat de València fueron puntos de recogida de alimentos y material y en el caso del estadio 'granota' también de cocinas de campaña. Cientos de clubes, grandes y pequeños, valencianos o de otras partes de España pusieron en marcha iniciativas.
El emotivo acto de recuerdo a las víctimas que brindó el Real Madrid en su partido contra el Milán del 5 de noviembre inició una serie de emotivos homenajes que tuvieron sus momentos álgidos en los primeros encuentros ante su público del Valencia Basket, Levante y Valencia pero también en el Maratón Valencia Trinidad Alfonso del pasado 1 de diciembre.
El himno regional, la 'senyera' y elementos tradicionales como el ‘tabalet i la dolçaina’ fueron denominadores comunes de esos actos seguidos por los miles de asistentes y que dejaron algunas de las imágenes más emocionantes del año en el mundo del deporte.