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La desconexión que cuesta Europa

12/02/2024 - 

VALÈNCIA. Rubén Baraja estaba contrariado en la sala de prensa del Gran Canaria. El técnico, muy transparente cuando se encuentra molesto, afrontó las preguntas sobre el desarrollo del partido con el ceño fruncido, especialmente aquella que incidió en la aportación de los cambios que había introducido en el tramo final. El entrenador de Valladolid rumió la derrota porque era consciente de que la inconsistencia de su equipo para cerrar centros laterales había abortado una opción importante para acercarse a pisar Europa, un objetivo impensable cuando acabó el curso pasado, pero real en este momento de la temporada si el equipo sigue compitiendo.

Sumar en el Gran Canaria habría impulsado al equipo hacia Europa y lo habría acercado a pegarse a la sombra de Real Sociedad y Real Betis y, al mismo, tiempo, habría mantenido la distancia ante la Unión Deportiva Las Palmas.

Baraja estaba apenado porque el punto que se volatilizó en los minutos finales de partido no es el primero que se le escapa al Valencia en ese tramo peligroso, que este curso se alarga más por la nueva normativa respecto al tiempo de descuento. La causa es la misma, desconexión por falta de atención o de tensión competitiva cuando el equipo tiene que estar más vivo ante la cercanía del final para conservar el marcador. Además, la sentencia siempre ha llegado tras centro lateral del rival, uno de los puntos vulnerables del equipo.

Con el punto que se le cayó al equipo en el Gran Canaria, Rubén Baraja ha descontado hasta un total de ocho dígitos en la clasificación. Sin esa desconexión de su equipo, desde el minuto 80 hacia el final de partido que determina el descuento, el Valencia totalizaría 43 puntos y ocuparía la sexta posición de la clasificación.

La primera vez que el Valencia se vio privado de un punto fue en septiembre, en Mestalla, jornada 3 de LaLiga ante Osasuna. El partido iba 1-1, goles de Hugo Duro y Aimar, hasta que Nacho Vidal en el 95 marcó de remate al saque de un córner.

En octubre, jornada 11, el Valencia se llevó una gran decepción, dejándose dos puntos en San Mamés tras un estupenda segunda mitad. Fran Pérez y Hugo Duro habían volteado el 1-0 inicial de Óscar De Marcos, pero en el 97 un centro desde la derecha, que no cerró Sergi Canós, fue rematado por Berenguer.

Cruel fue también lo sucedido en el Montilivi ante el Girona en diciembre donde el once de Baraja vio esfumarse tres puntos más. Hugo Duro había avanzado al Valencia en una contragolpe, aprovechando un error de David López, y Foulquier fallaba el que hubiera sido el 0-2 en el tramo final del partido. La entrada en el campo de Yan Couto, Portu y Stuani dinamizó al conjunto catalán que empezó a centrar al corazón del área, y el delantero centro uruguayo empató en el 82 y ganó el partido en el 88.

El séptimo punto se lo dejó el Valencia en Getafe. Cuando todo indicaba que iba a conservar un sufrido empate, los cambios de Bordalás surtieron efecto y a base de bombardear el área de Mamardashvili el Geta sentenció a los de Baraja. Borja Mayoral, en el 87, privó a los de Mestalla de un punto con el ya contaban.

El octavo punto se evaporó en pleno Carnaval de Las Palmas. El once de García Pimienta le guindó un punto al Valencia con dos zarpazos en los minutos 89 y 95. 

Son ocho puntos perdidos, producto de siete goles encajados en los minutos finales de partido. Una peligrosa constante en 24 jornadas de liga que impide que el rendimiento del grupo de Baraja sea superior pisando zona europea. Es la desconexión que, de momento, cuesta Europa.

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