VALÈNCIA. Eso es. La foto. Porque las imágenes, muchas veces, hablan sin necesidad de pie de foto que las acompañe. Es el caso de la que nos ocupa. Es una foto sencilla para el magnífico grupo de redactores gráficos que tiene el Valencia CF. Una protocolaria, con tres protagonistas posando de pie en el Palco Vip de Mestalla y sujetando una camiseta que hace alusión a una renovación, en este caso a la del entrenador Rubén Baraja hasta 2026. No voy a entrar en el outfit de Javier Solís o en lo encantados que están de conocerse el propio portavoz y el director deportivo Miguel Ángel Corona. Tampoco en la cara de "no me gustan las fotografías" que parece poner el técnico.
La foto habla de lo abandonado que está el club. Porque no voy a preguntar por el paradero del máximo accionista que, por supuesto, en un club normal, estaría presente en un acto de estas características para respaldar al entrenador. A nadie le extraña ya una ausencia, una desidia como la que muestra Lim con su juguete roto, que ya se ha asumido en la entidad, como tantos otros atropellos se han normalizado desde que Singapur gobierna en Mestalla.
Pero... ¿dónde está la presidenta? ¿Era la fotógrafa? Efectivamente, supongo que de vacaciones. Porque el año pasado también pegó la espantada nada más finalizar la temporada. Como los futbolistas, Layhoon Chan se ha marchado a desconectar.
Baraja estaba sólo. Como lo estará si la 2024-25 se tuerce. Por cierto, el calendario intimida bastante si las cosas no se hacen bien durante el mercado.
Pero, ningún miembro de la realeza de Singapur asomó por Mestalla para acompañar al entrenador, al que tampoco es que le importe mucho que los Lim no le presten demasiada atención. Él se centra en lo suyo.
Ni Peter Lim, ni Kiat Lim, un tipo que prometió que iba a involucrarse en la historia y en la realidad del club hace año y medio, dan señales de vida. Ni siquiera Layhoon Chan, a la que gusta desaparecer de escena a la mínima ocasión porque no quiere estar aquí, tal y como rebela su lenguaje corporal.
En el acto, Baraja estaba con el director deportivo y con el director corporativo y portavoz, representantes ambos de lo que la presidenta bautizó en su momento como el Local Management. Dos mayordomos de alto standing, eso sí. Y suficiente. ¿Hubo rueda de prensa del entrenador y de ambos ejecutivos para valorar la renovación del Pipo? Negativo.
Habló Corona, claro, para los medios oficiales. Baño y masaje. Sales de baño. Y mirad, en su verborrea hueca de portavoz de Singapur, dijo una verdad. "Baraja es el entrenador ideal, el idóneo". También dijo que es una decisión estratégica, pero no explicó cuál es esa estrategia, ni reveló cuál es el plan... porque no hay plan.
Pero, efectivamente, Baraja es el técnico perfecto. Ha decidido renovar antes de conocer qué plantilla le pone Meriton entre las manos. Y lo ha hecho convencido de que su gesto de confianza tendrá un retorno positivo en el mercado de este verano. "Llamadme loco", pensará.