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Los últimos entrenadores del equipo inciden en lo fácil que es hacerle goles al valencia cf

La fragilidad que no cesa

25/01/2023 - 

VALÈNCIA. "Si encajamos 65 goles no podemos aspirar a estar arriba" fueron las palabras de Marcelino García Toral el 23 de mayo de 2017 en su presentación oficial como técnico del club valencianista. El equipo venía de dos temporadas aciagas en la liga quedando en el duodécimo lugar al final de ambas campañas (la 2015/16 y la 2016/17) y encajando 48 y 65 tantos respectivamente. Encajar pocos goles era la base para ser competitivos según la manera de ver el fútbol del técnico asturiano, y el tiempo le dio la razón. En sus dos campañas como técnico -con dos cuartos puestos- se encajaron 38 goles en la 2017/18 y 35 en la 2018/19. 

En su rueda de prensa de presentación en Mestalla, y preguntado por este particular, Gennaro Gattuso tenía otra visión del asunto:" Si yo hago 85 goles pero encajo 50 en una temporada no es un problema, sigo teniendo una buena ventaja. Si hago 50 y encajo 50, estamos igualados. No hay una norma inamovible, depende de cómo vea una el fútbol. A mi me gusta un fútbol en el que mi equipo comande el juego y tenga la pelota, y para ello siempre intento hacer un 30-35% de goles de diferencia entre los encajados y los conseguidos". Meses después, el lamento sobre la fragilidad defensiva volvía al primer plano de la actualidad en la boca del entrenador calabrés: "Nos hacen daño con poco, me preocupa la fragilidad", manifestó tras el empate ante el Almería en lunes en Mestalla. Y no es para menos, los problemas del sistema defensivo del equipo se traducen en 20 goles encajados en 17 jornadas (una media de 1.17 por encuentro). Si bien es muy posible que el problema estribe en los 25 goles conseguidos.

Este aspecto, el de la fragilidad, tampoco es nuevo en un Valencia CF en decadencia desde la destrucción en 2019 del proyecto campeón de Copa. Que el equipo tiene muchos problemas en el sistema defensivo -entre otras causas por falta de jugadores que doten de equilibrio al once- es un problema que martillea sin cesar al equipo y del que sus últimos entrenadores -al igual que hizo Gattuso- han venido exponiendo de manera pública. Los números tras 17 jornadas han mejorado algo, pero son insuficientes. Con Gracia a estas alturas el Valencia llevaba 25 goles (media de 1.47 por encuentro) en contra y con Bordalás fueron 23 (media de 1.35) las dianas concedidas a los rivales.

Por ejemplo, Javi Gracia avisaba de ello ya tras la primera derrota en liga ante el Celta en Balaídos: "En el primer gol nos ha faltado contundencia, no la ha tenido ni uno, ni dos ni tres jugadores en esa arrancada, debemos de mejorar a nivel individual esa faceta defensiva y a nivel colectivo trataremos de mejorar. Tenemos que mejorar defensivamente porque los datos, no solo de goles encajados, también de ocasiones concedidas, nuestra puesta en escena a nivel defensivo es muy mejorable". No fue la única ocasión en la que el navarro puso el acento en la obligación de mejorar las prestaciones a la hora de incrementar la eficacia defensiva: "Se ha visto un dominio para haber generado más goles pero no hemos sido capaces, hemos estado cerca pero no hemos podido hacer el segundo y luego en una jugada que hemos mostrado una fragilidad defensiva, con un centro lateral, que es una de sus virtudes, nos han hecho el segundo. A pesar de estar avisados, nos han hecho los dos goles así. Me molesta que en estos partidos que hacemos más que el rival no ganemos", dijo el navarro en la rueda de prensa posterior a la derrota 2-1 en Cádiz ante el equipo local en la tarde del famoso incidente entre Diakhaby y Cala. 

Tampoco es un discurso que resultara desconocido en la etapa de Bordalás. El 4 de enero y en plena tormenta por la inacción del club en los fichajes el técnico alicantino hablaba del déficit de porterías a cero: "Es nuestra asignatura pendiente, hay partidos que el equipo demuestra gran fragilidad y no lo podemos permitir, hay que ser un equipo fiable y sólido. Cuándo encajas goles siempre se tiene la responsabilidad en la portería y en la línea defensiva y no es siempre así. No llegar bien a la presión, no recuperar, no coger segundas jugadas... si llegan de mediocampo con facilidad tienes dificultades en defensa. Los delanteros hoy en día no pueden estar parados, tienen que hacer muchas cosas al defender, y al atacar lo mismo, lo inician los porteros, es todo una responsabilidad colectiva". Y tras perder 1-4 en Mestalla ante el Barcelona y en el mes de febrero fue más extenso a la hora de incidir en el citado problema: "Cuando uno encaja tantos goles, podemos pensar en cualquier posibilidad. Hemos probado casi todo y somos el segundo equipo más goleado del campeonato. Hay que hacer una reflexión enorme de que no nos da. Habíamos preparado muy bien el partido, sabíamos las virtudes del Barça. Tenemos que despertar porque no podemos dar tantas facilidades. Seguimos cometiendo los mismos errores que desde el primer día. El primer gol del Barça nos ha pasado varias veces. Si no corriges los errores es complicado cerrar la sangría de goles. Somos el segundo equipo más goleado y no pensaba que esto podía ocurrir. Tenemos que apretar y ser conscientes de la realidadEs algo a nivel conjunto. Yo soy el máximo responsable, pero la realidad es que llevamos trabajando desde el primer día para mejorar esos números. No lo hemos conseguido. Hacemos mucho trabajo todas las semanas". 

Al final hay muchos argumentos miméticos en los últimos inquilinos que han pasado por el banquillo de Mestalla. El de los goles encajados es uno de ellos, y el de la falta de herramientas para mejorar pese al trabajo diario, igualmente. De momento, las palabras siguen cayendo en saco roto, mientras el equipo se va hundiendo lentamente en la clasificación ante la desesperación de un Gattuso que trata de buscar desesperadamente soluciones.

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