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La inteligencia de Murthy

7/09/2021 - 

VALÈNCIA. Después de la cremà las calles valencianas vuelven a su normalidad, casi como si hubiese sido un sueño todo lo vivido en cinco días de intensa celebración. Las cenizas ahí están, anunciando un renacer y dejando indicios de lo que había levantado hace solo unas horas y daba tanto color… y tanto de qué hablar. 

Murthy hizo su cremà propia: salió ante los medios (que él controla, claro) y dio su versión edulcorada de este renacer valencianista, impulsado por él mismo y por la magnánima mano de su amo y señor Lim, bajo la consigna de un término que nunca les ha venido bien: consenso. Me resulta raro que con un modus operandi basado en lo dictatorial se hable tanto de diálogo, puntos en común y en decisiones valoradas por muchas partes. Visto así, parece claro que Bordalás es un escudo estupendo para todo.

Pero el monumento que Anil ha levantado de sí mismo se lo llevará el viento y no el fuego, porque son palabras llenas de incongruencias y contradicciones evidentes y no anuncian un nuevo renacer, ni nadie ya compra ese discurso. Por ejemplo, sacar pecho avisando de que esta vez el club ha decidido reforzar la plantilla con incorporaciones parece un tanto ventajista: sin el fondo CVC no habría inversión alguna que hubiese valido, ni movimiento de mercado, ni cambio de política. Además, el año pasado llegaron tres cedidos ¿lo recuerdan? Pues este año han llegado dos contrataciones y todo lo demás son cedidos igualmente (el portero georgiano, Alderete, Hélder y Hugo Duro). El equipo sigue descompensado y con varios parches, ya que falta un mediocentro y un central, como mínimo. Aquí no hay 'ninot indultat' que valga.

Del mismo modo, anuncia Anil que un gran logro es mantener a los futbolistas importantes, pero esto es decir una verdad a medias: de nuevo, sin el fondo CVC las ventas estaban aseguradas y lo único que ha pasado es que no ha llegado ni una sola oferta económica que permitiese mejorar realmente los números del club. Ofertas a la baja que poco o nada iban a aliviar la carga económica. Quizá lo peor de este mercado, más allá del perfil realmente bajo de las incorporaciones (otra cosa será el rendimiento que el técnico saque de ellos y del crecimiento individual que tengan), sea el tema de las salidas: la nefasta gestión de los tiempos con el fichaje de Marcos André llevó al Valencia a perder el control de una futura venta de su niño bonito, Kang In. Darlo a coste cero, sin ningún tipo de beneficio es una de las peores gestiones que recuerdo en este club: baste pensar que hace dos años Ferrán Torres fue nominado mejor jugador del Europeo sub 19 y que Kang In lo fue del Mundial sub 20 y el primero se fue por menos de la mitad de su valor de mercado y el segundo se ha ido gratis. Como política de cantera me parece raro, la verdad. Y como política de club ya me parece catastrófica.

Pero la cosa no se queda ahí: por fin nos pudimos sacar a Sobrino (uno de los peores futbolistas que jamás he visto ponerse este equipaje, a la altura de Sabin Illie o el escorpión Aristizábal o Aderlán Santos), pero igualmente fuimos incapaces de sacar nada por él. No fueron capaces de colocar a Jason y a tantos otros que realmente han ofrecido muy bajo rendimiento y vacían las arcas valencianistas a cuentagotas: jugadores que resultan lesivos para la economía si valoramos su rendimiento con respecto al salario, aunque ellos no tienen culpa ninguna. Tampoco olvidemos que tenemos cuatro porteros en el primer equipo y hasta cinco futbolistas que podrían jugar por banda derecha… ¿Esto está bien hecho?, ¿es brillante esta gestión del mercado?

Supongo que Corona, desde la dirección de fútbol, habrá hecho todo lo que estaba en su mano para traer a ¿Hélder Costa? No lo creo, pues esto es peaje Mendes. Sí creo que han tenido mucho ojo (y del bueno) con Mamardashvili, aunque lo trajeran para el filial en un principio. Cada día que pasa me creo más eso de que su venida para el filial fue una treta para traerlo más barato: ¡bien por la operación!

Lo que me llama la atención es que el año pasado el Valencia se matase por traer a Yangel Herrera y este año se lo llevara el Español, sin mucho esfuerzo. Creo que Corona lo quería. También me llama la atención la burrada de dinero que han pagado por Marcos André, donde Ronaldo (el de toda la vida) troleó todo lo que quiso y más al avispado Murthy, ese señor que dice que la gente de fútbol no es muy inteligente: pues para no serlo a ti te han vacilado una cosa bárbara y te han sacado casi siete millones más de lo que tú ofrecías por un jugador que tiene números muy bajos de anotación, que viene de estar casi un año parado por lesión y que jugaba en segunda división principalmente. No sé Anil qué entiende por inteligencia, pero muy aplicado no ha estado aquí.

Me extraña que el Valencia no le pregunte a un angustiado Barcelona por Pjianic, o que Musacchio, que está aún libre, no pueda venir esta temporada con una ficha muy baja, sobre todo porque puede jugar de central o de mediocentro defensivo; del mismo modo, me sorprende que Sarabia tampoco pudiera barajarse para una cesión, etc. Eso sí, era bastante más fácil traer cedido al mítico Hugo Duro y aquí lo tenemos, directo del Castilla en su segunda cesión.

Me sorprenden demasiadas cosas como para que Murthy saque su probada inteligencia a pasear y caiga en sus trampas sin que nada pase: pues eso, tras la cremà que el propio Anil hizo de sí mismo como gestor anunciando cambios metodológicos, llega ese vacío de las calles, esa indiferencia que provoca en la gente sus palabras. Aunque salga muy bien lo de Bordalás (y así lo esperamos todos) la gente no quiere ya a estos malabaristas de las palabras: que guarden su inteligencia para momentos más íntimos, con o sin ayuda de fluidos varios, porque a la vista está que para gestionar y hacerse valer en el mercado futbolístico les viene justito, son lentitos de pensamiento, perezosos en el ingenio, en su obra y gracia. 

Por cierto, Corona, ve pensando también tú si no pudiste hacer algo más, aunque solo fuera en tu papel de comparsa. Y si tu opinión pesó poco ¿qué papel juegas en el consenso? Y si tu idea de fútbol es la que se ha impuesto ¿por qué no asumir las cosas dando la cara? ¡Qué bien se vive al amparo de otros!

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