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13 de noviembre / OPINIÓN

La leyenda de Paco López

15/06/2020 - 

VALÈNCIA. Seguro que Paco López hubiera preferido prolongar su condición de entrenador del Levante con más partidos en Primera División en el Ciutat. Será en el Camilo Cano, en La Nucía, y ante un Sevilla que ganó su derbi frente al Betis (2-0), que fue una de las víctimas de la explosión granota desde la llegada del de Silla al banquillo (2-1, goles de Roger y Morales), pero también la bestia negra de la temporada pasada con esas dos derrotas aplastantes en Orriols (2-6) y en el Sánchez Pizjuán (5-0). Con un sentimiento de orgullo, honor y responsabilidad, hoy seguirá mirando al frente, fiel a su ideario, con una sonrisa de satisfacción por el camino recorrido y, sobre todo, consciente de que el pasado ya no vuelve y que aún hay camino por recorrer para seguir un año más entre los 20 mejores. En Mestalla se deshicieron las tablas y Juan Ignacio Martínez, el técnico del liderato y la clasificación para la Europa League, cedió el testigo. Ambos sumaban 76 encuentros antes de la reanudación de la competición. Ya en solitario en lo más alto, y con la confianza total desde la cúpula para seguir agrandando su historia, Paco dirigirá en el destierro su partido 78 en la máxima categoría.

El último triunfo ante el Real Madrid (22 de febrero de 2020) le convirtió en el preparador con más victorias en la élite (29), superando al propio JIM, con esas dos temporadas completas (2011-2012 y 2012-2013) que Paco está a punto de alcanzar. Es el único que en 110 años de historia se ha sentado en el banquillo granota en tres campañas distintas estando el equipo en LaLiga Santander. Y a medio plazo derribará también un registro de Luis García, que encadenó tres cursos de principio a fin (dos en Segunda y una en Primera). Entre Liga (77) y Copa del Rey (7) es el séptimo entrenador como más partidos oficiales por detrás del propio Luis García (128), Pepe Balaguer (122), Pachín (113), Juan Ignacio (98), Juan Puig (93) y Álvaro Pérez (88). Paco López luce un porcentaje de victorias del 37,66%; el mejor de todos los técnicos en las 14 temporadas en el primer escalón.

El 4 de marzo de 2018 le llegó la oportunidad de su vida cuando estaba subido en un autocar camino a Elda para otra reválida al frente del Atlético Levante. El director deportivo por aquel entonces, Tito, le telefoneó para anunciarle que era el escogido para sustituir a Muñiz, al que un gol de Leo Baptistao, por aquel entonces en el Espanyol, prácticamente con el tiempo cumplido, además de 15 partidos sin ganar (6 puntos de 45) le sentenciaron. Con una trayectoria fuera de los focos más imponentes, Paco, sin dudarlo, aceptó llevar las riendas de un equipo en la UVI, claro candidato al descenso —aunque nunca estuviera entre los tres últimos —, y lo sacó de las catacumbas con unos números de Liga de Campeones, con esas ocho victorias en 11 jornadas, curiosamente las mismas que ahora tras la pandemia. De inicio tenía algo ganado, ya que conocía a la plantilla desde la perspectiva del filial y sabía qué teclas tocar para revertir la situación.

Paco empezó a escribir su historia el 10 de marzo de 2018, en el Coliseum Alfonso Pérez, con ese 0-1 con la firma de Coke. Fueron cayendo una alegría tras otra. Eibar, Las Palmas, Málaga, Athletic, Sevilla, Leganés y Barcelona también mordieron el polvo como el Getafe. Su primer Levante solamente cedió dos derrotas en tres meses (el 3-0 en el Wanda Metropolitano y el 4-2 para acabar la temporada en Balaídos) y un único empate en la visita a Girona (1-1). Un ciclo final de 2017-2018 que dejó momentos pletóricos. La guinda fue la visita del Barcelona, que llegaba con la posibilidad de firmar una temporada sin derrotas y acabó cayendo 5-4. Aquel 13 de abril de 2018 fue manteado por unos jugadores que desde el primer minuto creyeron en él y lo demostraron en el campo. Aquella sonrisa mientras volaba era la de un granota de corazón que como futbolista había vivido en primera persona el ‘Ecijazo’, uno de los momentos deportivos más dramáticos e incomprensibles que se recuerdan de la historia del club.

Esa sensación de desenfreno, de idas y venidas, de picos de plenitud y frustración, marcó la temporada 2018-2019, con una permanencia agónica, a cara o cruz, en la penúltima jornada del campeonato. Una salvación que costó sangre, sudor y lágrimas de liberación tras la ‘batalla’ de Montilivi. «Ni en los momentos más jodidos, que los hemos tenido, Paco López ha estado cuestionado, absolutamente nunca. La confianza es plena y estoy no convencido, sino lo siguiente, de que Paco va a seguir siendo nuestro entrenador». Con estas palabras, el presidente Quico Catalán confirmó tras el 1-2 en Girona que ni el míster ni el club ejecutarían la cláusula de escape a la que podían acogerse en su contrato, un paso previo a la continuidad hasta 2022 que se oficializó el 16 de noviembre de 2019. En su lugar se sentaron las bases de su continuidad. Su figura está por encima de rachas y dinámicas por muy adversas que sean. Y lo que le queda.

Una de las características de Paco López es su condición de 'matagigantes'. Desde que asumió el reto ha sido capaz de vencer hasta en dos ocasiones en LaLiga al Barcelona (ambas en Orriols) y al Real Madrid (la primera en el Bernabéu y la más reciente de las cuatro machadas en el Ciutat). Le falta conquistar un derbi, ya que todavía no ha ganado al Valencia en los cuatro partidos que ha disputado (dos empates y dos derrotas). El del viernes fue un cara a cara de detalles: el error de Roger exponiéndose con amarilla; la pérdida de Radoja, el centro de Gayá y la anticipación de Rodrigo a Vezo (su único borrón en una magnífica actuación) en el 1-0; y la torpeza de Diakhaby cometiendo un derribo claro y estúpido dentro del área. Sin el ‘Pistolero’ ni Morales, los lanzadores habituales, Melero cogió la responsabilidad y no falló. Sangre fría, precisión y segundo gol del madrileño tras el que anotó en el Bernabéu. Menudo subidón de adrenalina en el minuto 97. Muy buenos minutos del exfutbolista del Huesca por el que Paco insistió muchísimo para su fichaje, pero que no ha acabado de plasmar su potencial con continuidad.

El empate fue justo. Un punto menos para lograr la permanencia. Menos mal que apareció el VAR y corrigió la decisión inicial de Alberola Rojas en la acción del penalti sobre Vezo. La lista de rectificaciones desde que se instaló la tecnología en la temporada 2018/2019 asciende ya a 17. El Levante encontró recompensa porque nunca renunció a sumar, acabó físicamente mejor y en el área de Cillessen pese a estar en inferioridad y dejó de nuevo al vecino con las ganas de sumar los seis puntos de una tacada, aunque siga resistiéndose ese primer triunfo.

Hasta que le aguantó el depósito, Campaña brilló con y sin balón en territorio comanche. Todos buscaron al ‘24’. El andaluz, que igualó los 98 encuentros en Primera de Iborra y Ballesteros, acaparará hoy de nuevo los focos porque delante estará el que fue su equipo y suspira por poder traérselo de vuelta a casa para convertirse en el recambio de Banega, que tiene un acuerdo de tres temporadas con el Al Shabab de Luis García. Un Sevilla que ha salido reforzado en la reanudación y que está metido de lleno en la pelea por ser equipo de Champions. Una combinación explosiva en un escenario de estreno que se ha acondicionado para la ocasión. Al margen de los cinco cambios que introdujo Paco en Mestalla (varió todo el sistema ofensivo), otra vez es primordial la respuesta de la teórica segunda unidad porque entre partido a partido no hay ni 70 horas de respiro. El discurso no cambia por mucho que la clasificación diga que el Levante aglutina 34 puntos, nueve de margen sobre el descenso que sigue marcando el Mallorca (25), que fue goleado por el Barça. Las cuentas pasan por sumar otros ocho cuanto antes para dejarse de conjeturas. El Espanyol (23) se aferra a la vida tras ganar al Alavés (32), el Leganés (23) perdió en el duelo directo ante el Valladolid (32), el Celta (26) se ha enredado todavía más después de su derrota frente al Villarreal y el Eibar (27) también se marchó de vacío del Alfredo Di Stéfano del Real Madrid,

Habrá nuevas piezas de inicio y no solamente la obligada por la roja de Roger. De su acción, y como muchas veces he escrito, el fuego interno del ‘9’ ha dado muchos puntos y los que seguro seguirá brindando, pero su vehemencia en cada jugada puede propiciar también errores que cabrean. Es tontería seguir haciendo sangre más allá del calentón del momento. La intensidad no se negocia en el delantero de Torrent. Me quedo con sus revoluciones, con su hiperactividad pese a esos peajes esporádicos. Lo que no perdono es la indolencia y en él jamás se ha representado. Es el primero que sabe que se equivocó. El camino es claro: resetear, aprender y cargar pilas para la siguiente cita en la que podrá estar a disposición de Paco López en Cornellà-El Prat. Ahí seguirá apercibido de sanción ya que la primera amarilla que vio ya acarreaba ciclo. Fue su segunda expulsión como profesional; la primera la sufrió en la temporada del ascenso con Muñiz, en el 1-1 en casa del Sevilla Atlético (26/02/2017), 55 minutos después de haber anotado el provisional 0-1. 

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