VALÈNCIA (EFE). La media de puntos alcanzada por el Villarreal desde la llegada de Marcelino García Toral hace menos de mes y medio serviría para alcanzar la salvación del equipo castellonense tras haber completado un tercio de competición con un rendimiento muy inferior al esperado.
Después de los proyectos fallidos de Quique Setién, que arrancó la temporada, y de su sustituto, José Rojo 'Pacheta', el Villarreal recurrió a un 'viejo conocido' y con buenos recuerdos en cuanto a rendimiento deportivo se refiere en el club castellonense como Marcelino, que firmó el 14 de noviembre por la entidad de La Cerámica.
Tras la temprana destitución de Setién, el pasado 5 de septiembre, Pacheta asumió las riendas de un equipo que no logró enderezar su rumbo y que vio como también dejaba el cargo justo dos meses después de llegar al banquillo.
Dada la complicada situación, el Villarreal recurrió a Marcelino, libre en ese momento tras dejar a mediados de septiembre el Olympique de Marsella, con el objetivo de asegurar la salvación del equipo por una parte, en un momento en el que los castellonenses estaban con muchas dudas, y por otra empezar un nuevo proyecto con el técnico asturiano.
Superado su primer mes al frente del equipo, periodo en el que ha dirigido en cinco partidos del campeonato de Liga, el Villarreal ha logrado siete de los quince puntos en litigio, una media de puntos que de mantenerla le otorgarían una salvación holgada y tranquila a final de temporada.
Esos puntos conseguidos en los cinco partidos suponen el 46% de los puntos disputados y de mantener esa media haría que el Villarreal sumase cerca de la mitad de los 60 puntos que restan por jugarse.
Así, hasta la incorporación de Marcelino, el Villarreal había sumado doce puntos de los 39 puntos disputados en las trece jornadas anteriores, tan solo el 30% de los puntos disputados, por lo que con Marcelino se ha alcanzado un 15 % más.