VALÈNCIA. La magnífica actuación de Diego López y Fran Pérez con la selección española Sub 21 ante Kazajistán, unida a la presencia en el equipo de Javi Guerra, habla bien a las claras de que en Paterna hay muy buena materia prima. A esos tres jugadores, que ya son una realidad, podríamos añadir nombres de futuro como los de Jesús Vazquez, Alberto Marí, o habituales en las convocatorias del primer equipo como los de Mosquera, Gozálbez, Tárrega, Hugo González, Diego Domínguez, Iranzo o Yarek, por citar algunos ejemplos. Todos ellos evidencian que la propuesta deportiva del club pasa por la proyección del talento joven. A eso aspira el Valencia.
Tirar de la cantera es el recurso habitual de los clubes que atraviesan una delicada crisis económica. En el Valencia, ya ha sucedido a lo largo de su historia. No hay más que mirar atrás y contar el gran número de futbolistas del filial que pasó a formar parte de la primera plantilla tras el descenso a Segunda. Esa temporada, una magnífica generación de jugadores de la casa pudo disfrutar de una oportunidad que en otras circunstancias se le hubiera negado. Y los chicos cumplieron con creces. Su rendimiento fue espectacular. En un par de años se proclamaron subcampeones de Liga por detrás del intratable Real Madrid de la Quinta del Buitre.
Jamás criticaría la política de contar con chavales de la Academia para nutrir al primer equipo si no hubiera otra alternativa. Pero no es el caso. Porque el club cuenta con un acaudalado propietario, Peter Lim, que llegó al Valencia "para ganar la Champions" (Aurelio Martínez, dixit). ¡Vaya farsa! Nueve años después, Europa está cada día más lejos. Aquí, la única verdad es que Lim se ha negado de forma sistemática a fichar futbolistas para reforzar el equipo, teniendo dinero en su bolsillo y Fair Play Financiero para poder hacerlo. Sin embargo, Meriton se ha dedicado a vender jugadores sin orden ni concierto.
En el Valencia no ha habido una estrategia ni una planificación deportiva meticulosamente estudiada por los técnicos del club. Se va a salto de mata. La presencia masiva de canteranos en la plantilla responde a la ausencia de refuerzos y al nulo rendimiento futbolístico de lo poco y malo que firmaste. Así de claro. Mucha suerte tuvo el equipo que los chavales ofrecieran ese inesperado rendimiento inmediato el año pasado. Como también la de contar con un entrenador como Baraja que tuvo la valentía necesaria para darles la alternativa. Ellos nos salvaron del descenso y pelean por volver a hacerlo. Esta es la verdadera realidad de Mestalla.
En esta situación, a Baraja no le queda otra que insistir con los futbolistas de la Escuela para exigirles una mejora. Pero como digo, tiene la suerte de contar con buena materia prima. Por este motivo, no estaría de más pensar en aprovechar la ventana de invierno para fichar algún futbolista con el que poder dar un salto cualitativo, a la vez que trabajar a medio-largo plazo porque estos chavales pueden ser la piedra angular de un futuro proyecto. Ahora que disfrutas de la suerte de contar con una base de canteranos de un nivel más que aceptable, ésta sería una magnífica oportunidad para conformar una plantilla de garantías que durara muchos años.