VALÈNCIA. La nueva baja de Algobia -nueva, porque es otra lesión la que ahora priva al madrileño de regresar a los terrenos de juego una vez se había recuperado de la anterior, sin llegar a entrar en una convocatoria- continúa haciendo estragos en el Levante. Julián Calero volverá a ver reducidas sus opciones de once inicial, sobre todo en el centro del campo, este jueves ante el Deportivo de La Coruña. De nuevo, el preparador de Parla contará con solo 13 fichas de primer equipo, si ningún otro contratiempo exprime más sus ya limitadas alternativas. Las bajas de Pampín -que inicia la recta final de su recuperación-, Cabello, Iborra y Brugui dejan ese reducido número de hombres de primera plantilla para recibir a los gallegos.
Ocurrió lo mismo, este pasado sábado, en Castellón. El equipo respondió en el primer acto y pudo marcharse por delante al descanso, pero sucumbió por completo en la segunda mitad. Los cambios de Calero mostraron la falta de piezas en su armario: Óscar Clemente, que llevaba solo dos minutos oficiales disputados este curso, saltó como revulsivo en el último cuarto de hora. No había más. Y, de entre los canteranos, solo Espí, uno de los jóvenes con mejor aportación en minutos postreros, tuvo oportunidad desde el banco -más allá de la titularidad, prácticamente por causa de fuerza mayor, de Marcos Navarro-.
Y es que la plantilla corta que Felipe Miñambres planificó sin remedio este verano está empezando a presentar las evidentes costuras que el director deportivo tampoco eludió en su análisis posterior al mercado. El astorgano, eso sí, puso en valor a los futbolistas con 'ficha B', a su juicio preparados para aportar en Segunda División, pero que todavía no han explotado a las órdenes de Calero. Los primeros contratiempos en la enfermería, que parecía resistir sin demasiados problemas en el inicio del curso, complican la vida de un equipo que necesitará beber de Orriols este jueves si quiere frenar la mala racha.