VALÈNCIA. La portería no puede ser intocable. Llevo varios meses pensando que la prioridad del Valencia en este mercado de invierno era la de reforzar al equipo bajo palos. La lesión de Cillessen ha dejado a Jaume como primer espada, pero no creo que deba ser el único e indiscutible por el mero hecho de que a Cristian Rivero le falte experiencia. De hecho, tengo que reconocer que las actuaciones del canterano en la Copa del Rey, más allá de lo que pase en el Sánchez Pizjuán, me han parecido más que correctas. Mientras tanto, el Valencia sigue sufriendo en esa faceta en LaLiga.
Jaume es uno de los capitanes y pesos pesados del vestuario, pero la realidad es que no atraviesa su mejor momento y como mínimo merece que en la portería se analice seriamente un cambio de piezas, porque los datos defensivos son preocupantes. Es evidente que no todo la culpa es Jaume, ni mucho menos. Pero sí que ha tenido una cuota de responsabilidad importante en algunos partidos.
Y ante la situación con la que tiene que lidiar Javi Gracia, lo más sensato en busca de mejorar los registros, es dar la alternativa a Cristian Rivero ya que a Jasper Cillessen todavía le quedan semanas para volver. Me explico. El Valencia ha pasado de querer firmar 3-4 jugadores, a un central y un mediocentro. Ahora, se conforma con el último. Es decir, pase lo que pase en el mercado el técnico no va a tener herramientas diferentes a las que ha tenido durante toda la temporada para introducir nuevas variaciones en la retaguardia.
Por tanto, teniendo en cuenta que cambiar el sistema es más que complicado ya que solo cuentas con dos mediocentros con fiabilidad como Racic y Carlos Soler, que en el carril diestro está Correia, la incógnita de Piccini o utilizar a Wass perdiendo un efectivo en el centro del campo y que Gayà es fijo, el movimiento menos brusco y que más puede influir para cambiar el sistema defensivo es el de realizar una permuta de guardameta.
Además, un cambio que tampoco debería ser traumático ni suponer un problema en el vestuario. Jaume Doménech es uno de los capitanes y por tanto, uno de los jugadores comprometidos con el club sobre el papel. Entonces, un variación en la portería no debería generar tensión cuando él también ha estado en la otra cara de la moneda y sabe lo que es conseguir una oportunidad como cancerbero del Valencia por deméritos del compañero. Con 29 goles encajados en 20 partidos, en la portería también tiene que existir el debate. Sin miedo.