Podrán cambiar de entrenador. Es deporte y los resultados mandan. Y, realmente, en Euroliga, el equipo no está encontrando soluciones. Pero la única solución para por la paciencia...
VALÈNCIA. Podrán cambiar de entrenador. Es deporte y los resultados mandan. Y, realmente, en Euroliga, el equipo no está encontrando soluciones. Pero la única solución pasa por la paciencia. Y tengo que echar la vista atrás hasta llegar al cuarto partido de la final del año pasado. Ahí estaba yo, rodeado de personalidades en el palco y procurando hablar sólo con gente de baloncesto.
Me vio, me abrazó y hablamos durante 15 minutos aproximadamente en el dintel que separa la zona vip del pabellón de la zona de asientos, viendo calentar al Real Madrid. Aún estaban en obras en L’Alquería del Basket. Y la opción de ganar la Liga era real pero se antojaba complicado. Sin embargo, Chechu Mulero se mostró, como siempre, prudente, paciente y sereno. Por dentro, claro, los demonios seguro que llevaban días haciéndoselo pasar fatal.
De entre las muchas cosas que me dijo, me gustó mucho una. No teníamos nadie ni idea de que dos horas más tarde el VBC sería campeón de Liga Endesa. Me dijo, con esa donosura en la voz que tiene, que el club había cambiado desde que dejé de narrar partidos (5 años antes). Ahora, el club tenía perspectiva y paciencia. Y eso iba a tener resultados. Se había decidido apostar por el medio largo plazo en lugar del cortoplacismo reinante durante años de prisas. 30 años. La edad en la que la madurez empieza a aparecer. El club se había hecho mayor, y lo había hecho bien en mi ausencia. Celebré sus palabras.
Mulero entiende el deporte pero, mucho más importante, entiende el negocio. Y sabe que el trabajo duro, incansable y sordo, tiene resultados. Recupero unas palabras del discurso que Kobe Bryant les dedicaba a sus hijas en la ceremonia de retirada de sus dos camisetas (los Lakers, siempre excesivos hasta el vómito). “Los días en que madrugáis y no queréis hacerlo, los días que entrenáis y no queréis hacerlo, los días que tenéis ganas de rendiros y no lo hacéis… Esto os demuestra que si trabajáis duro, pueden pasar cosas maravillosas”. Fueron las palabras de un padre a unas hijas. Pero, posiblemente, también palabras de uno de los mayores trabajadores que ha dado este deporte. Se aplican al actual momento del Valencia Basket.
Juan puede haberse equivocado. Sí, claro. Pero el último error que le recuerdo fue no renovar a Toni Muedra, pero poner a Mulero en su lugar era un tiro a largo plazo. El pucelano, además de una excelentísima persona, es un hombre de sonrisa cordial y codos pelados de currar. Y que, además, conoce el club. Sólo haber tenido que aguantar al griego y al croata y todo lo que pasó en los despachos con ellos le dan experiencia en cómo comportarse en los despachos de este particular club.
Es por eso que el club podrá tomar decisiones deportivas atendiendo a resultados. Hoy, mañana y siempre. Pero la filosofía de la construcción y el esfuerzo a largo plazo ha calado. Desde la cultura del esfuerzo hasta el manejo de las RRSS, todo tiene un objetivo a largo. Hay estrategia y táctica. Y la hay donde la tiene que haber. En las cabezas de quienes toman las decisiones. No duden de Mulero. Ni de quien él elija. Aunque se equivoque, y seguro que lo hará, pero en esos momentos, recordemos al maestro Jose Antonio Marina y uno de sus magníficos libros: “La prudencia es una virtud”.
El club ha encontrado la serenidad y la prudencia que se necesitan para conseguir éxitos. Y el trabajo traerá, seguro, resultados. Y los resultados no se miden sólo en títulos. Y Mulero lo sabe. Confíen en él a ciegas.