VALÈNCIA. Desde su llegada a la presidencia de la RFEF Luis Manuel Rubiales ha dinamitado el inmovilismo que imperaba tras los 30 años de presidencia de Angel María Villar. Ya se pudo ver este verano con su rápida actuación en el "affaire Lopetegui", que la nueva cúpula federativa distaba bastante de ser un convidado de piedra dispuesto a que pasaran los días sin pena ni gloria. Para bien o para mal, Rubiales llegaba para tomar decisiones.
Las decisiones continuaron al sacar el verano pasado la Supercopa de España y llevar la final a Marruecos o con el ofrecimiento del Santiago Bernabeu como sede de la polémica final de la Copa Libertadores entre River y Boca.
Hace pocos días Luis Manuel Rubiales informó en una comparecencia pública de los cambios de formato que se iban a producir tanto en la Copa de SM el Rey de la próxima temporada como en la Supercopa. En lo referente a la Supercopa vinieron los cambios más destacados al desvelar que pasaba a jugarse en formato de final a cuatro con los campeones y subcampeones de liga y Copa, y que el torneo pasaría a disputarse fuera de España.
No ha pasado ni siquiera un mes de aquel anuncio (19 de febrero) y la RFEF ya maneja tres importantes ofertas que optan a convertirse en la sede la mencionada final a cuatro del nuevo formato del torneo.
La que cuenta con menos opciones es la que proviene desde Japón. Si bien es cierto que los nipones han mostrado mucho interés en llevar hasta tierras asiáticas la Supercopa, la RFEF mira con recelo la distancia para el desplazamiento y los horarios de la disputa de los encuentros. Por tanto, sin llegar a estar desechada la oferta del país del sol naciente, no parece a día de hoy una opción sólida para ser contemplada por el organismo federativo.
La segunda oferta proviene de Oriente Medio. Sin que esta redacción tenga concretado el país, lo bien cierto es que en una buena parte de los mismos no hay mucho respeto por los derechos humanos y actuar en connivencia con algunos gobiernos de Oriente Medio podría acabar convirtiéndose en una mala publicidad. Recordemos el ruinoso negocio a nivel de imagen que supusieron los acuerdos de la LFP con Arabia Saudi, alquilando fichas en las plantillas de algunos equipos para dar cabida a futbolistas en sus filas sin la calidad mínima exigible, o los amistosos que algunos equipos fueron a jugar a aquellas tierras (sin ir más lejos, el Valencia CF, uno de ellos). La oferta es también importante, pero tiene algunos matices a estudiar detenidamente.
Así que la oferta que, a priori, parece aglutinar más posibilidades de convertirse en la definitiva es la que viene de Estados Unidos. La RFEF entiende que el país norteamericano supondría un importante vehículo difusor para la promoción del fútbol español y de una competición con nuevo formato. Además no olvidemos la mala relación existente entre RFEF y LFP. La liga intentó esta temporada llevar un partido de su competición con la negativa de RFEF la que se sumó FIFA de manera oficial. De esta manera, la RFEF se adelantaría al organismo que preside Javier Tebas a la hora de exportar con éxito el fútbol español en tierras estadounidenses con el correspondiente golpe de efecto para la gestión del presidente de la RFEF por delante de la del máximo mandatario de la patronal de los clubes.
Sea como sea, si usted tiene fechas disponibles en verano y le apetece ir a ver al Valencia CF disputar la Supercopa, vaya también ahorrando y poniendo en regla su pasaporte porque parece que muy cerca no se disputará este torneo en su nuevo formato.