La rueda de los entrenadores y Ayestarán

VALENCIA. Una de las leyes no escritas en esto del mundo del fútbol es aquello de 'estar en la rueda'. La rueda existe en todas las categorías, desde las élites hasta el fútbol regional y se aplica a jugadores, pero mucho más a entrenadores. Consiste en permanecer activo, o en los lugares de salida, para que, cuando a alguien le cortan la cabeza, tu nombre esté en los primeros lugares de las libretas de los directores deportivos. 

En la élite eso se consigue teniendo un buen representante y fichando, si se puede, por algún medio para analizar las disposiciones tácticas de los colegas. Que son a la vez competencia y, depende de la calidad humana, puedes echar leña al fuego si quieres optar al puesto o actuar como un profesional en el medio que te paga y que sea el agente el que haga el trabajo sucio desde dentro, los despachos y los palcos, cual caballo de Troya.

Luego existen situaciones rocambolescas, como la hoja de ruta que ha seguido Pako para llegar a ser uno de los veinte que estarán el año que viene en la rueda de entrenadores de élite en España. Rescatado de su casa por Neville, Gary, tras comprobar el head coach que no llegaba a todos lados ni la lengua le permitía transmitir. Esto, según la versión oficial. La de las bambalinas, supongo que en las memorias de alguien, o en la cuarta copa en la barra del Clandestino.

Y resulta curioso que el asistente usurpe el trono del rey, así en plan Juego de Tronos. Vengo a ayudarte, pero cuando el dedo va hacía abajo, en vez de irme contigo, me quedo con el puesto. El caso es que el que iba a estar de paso para ocho partidos, firmó el martes una renovación para dos años, con la tranquilidad que eso conlleva. Tenemos lo que queríamos, que el entrenador lo elija el director deportivo, por encima de Jorge y los posibles caprichos de Gestifute. Tal vez nuestros nombres eran diferentes, el mío Pellegrini, pero el hecho es el deseado. Un director con mando en plaza y plena capacidad para hacer y deshacer con el fin de reconducir al Valencia en las domésticas, sin fútbol entre semana y con tiempo para plasmar ideas, conceptos y filosofía. Vamos, como hace dos años con Nuno, pero con dos cabezas, la del campo y la del despacho.

Curioso esto de la rueda. Y caprichosa. Miren si lo es que, si no sucede algún cataclismo, la temporada que viene arriba de la rueda estará Pako y su equipo técnico y debajo todo un campeón de Europa como es Benítez, con Cathro a su vera, que lamerá sus heridas en la Premiership inglesa y que, casi seguro, dará guerra en la FA Cup.

La rueda, el invento de la humanidad, trasladado al fútbol. Y esa rueda nos va a hacer rodar la temporada que viene. Y no tendremos, parece, ninguna satisfacción en forma de rutilante cromo nuevo. Vendrán jugadores de un perfil distinto al que todos esperamos. Usan mucho la palabra 'hambre'. Cuando el hambre, la mayoría de las veces la despierta, o adormece, el propio entrenador.

Esperemos que eso, el hambre, sepa hacerlo Pako, último campeón de todo en Israel, país caliente en su pasión y en su presión. 

Esperemos que el pulso no le tiemble a la hora de tomar decisiones. Y que estas sean justas. Fundamental para conseguir el respeto del vestuario, ahora falso pero lleno de palabras porque conviene no empezar torcido la relación con el nuevo y renovado mister.

La suerte de Pako será nuestra suerte. Nuestras lágrimas de alegría. Ya sabe que es Mestalla. El entorno no le vendrá de nuevas. Así que, con ciertas cartas marcadas y sabedor de lo que es capaz una afición comuniada con el equipo, comencemos a construir la nueva temporada.