VALÈNCIA. La Copa de la UEFA, que el Valencia levantó en 2004, al final de la mejor temporada de su historia centenaria, cumple este martes dieciséis años, ya que el trofeo lo ganó en la final disputada en Gotemburgo (Suecia) ante el Olympique de Marsella el día 19 de mayo.
En aquel encuentro el Valencia se impuso por 2-0 con un gol de Vicente Rodríguez de penalti al filo del descanso y otro de Miguel Ángel Ferrer "Mista" mediado el segundo periodo.
La acción clave del partido, al margen del marcaje de Ayala sobre la figura del rival, Didier Drogba, estuvo en el penalti que supuso el 1-0, ya que el derribo de Fabien Barthez a Mista conllevó la expulsión del meta internacional francés al ver la roja directa mostrada por el italiano Pierluigi Collina.
El choque, de alternativas en la primera mitad, estuvo controlado en la segunda por un Valencia en superioridad, sobre todo tras el segundo tanto, que llegó en el minuto 57.
Aquel fue el último encuentro en el que Rafa Benítez se sentó en el banquillo el Valencia, tras haber ganado la Liga de 2002, y tan solo diez días antes de la final, la de ese mismo 2004.
Ese día, Benítez decidió alinear a Cañizares, Curro Torres, Ayala, Marchena (Pellegrino, m.85), Carboni, Albelda, Baraja, Rufete (Aimar, m.63), Angulo (Sissoko, m.82), Vicente y Mista.
Junto a ellos, también integraban la plantilla de esa temporada, Palop, Rangel, Fabio Aurelio, Ricardo Oliveira, Juan Sánchez, David Navarro, Garrido, Canobbio, Xisco, Soriano, Jorge López y Albiol.
Muchos de los poco habituales en la Liga tuvieron opciones de jugar con regularidad en Europa en una campaña en la que el Valencia no disputó la Liga de Campeones y arrancó en el segundo torneo continental desde el principio, por lo que superó seis eliminatorias para alcanzar la final.
Disputó un total de trece partidos. Para levantar la copa, el Valencia debió superar al AIK Solna (Suecia), Maccabi Haifa (Israel), Besiktas y Genclerbirligi (Turquía), Girondins (Francia) y Villarreal en el duelo de semifinales entre equipos españoles.
El camino tuvo algunas eliminatorias accidentas, aunque no la primera ante el AIk al que el Valencia ganó por un doble 1-0, antes del primer revés: un empate sin goles en Mestalla en la ida de la siguiente ronda contra el Maccabi.
La vuelta no se pudo jugar en Israel tras una decisión de la UEFA como consecuencia de la situación política que atravesaba aquel país. Se debió jugar en Estambul, aunque unos atentados en la ciudad turca, derivaron el partido a Rotterdam (Hilanda).
Allí el Valencia fue muy superior al Maccabi (0-4), lo que le dio opción en la tercera ronda a viajar, esta vez sí, a Estambul. Lo hizo para medirse al Besiktas, tras haber ganado por un ajustado 3-2. Allí venció por 0-2.
En octavos de final, nuevo viaje a Turquía para medirse, ahora en Ankara, al Genclerbirligi en un partido que nunca se debió disputar pero que la UEFA obligó a celebrar a pesar de que aquel día habían tenido lugar los atentados del 11-M en Madrid, que costaron la vida a 192 personas.
En la capital turca, un Valencia desorientado por lo ocurrido sufrió la única derrota del torneo (1-0), lo que le obligó a remontar en casa (2-0). Lo hizo con un gol de plata, fórmula utilizada entonces por la UEFA para resolver las prórrogas.
El partido se acababa si la igualdad se había resuelto antes del descanso del tiempo añadido. Vicente hizo el segundo gol del Valencia antes del minuto 105 y el equipo pasó, sin que fuera necesaria la segunda mitad de la prórroga, a cuartos de final, en los que eliminó al Girondins por un doble 2-1.
En semifinales, a pesar de que el Olympique y el Newcastle inglés estaban en el bombo, el azar enfrentó a los dos equipos españoles.
Tras el 0-0 en La Cerámica, un riguroso penalti de Belletti sobre Mista al cuarto de hora de juego que este futbolista transformó ante Pepe Reina puso en el marcador un 1-0 que fue definitivo y envió al Valencia a la final.