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análisis | la cantina

La violencia suave de Gidey

29/10/2021 - 

VALÈNCIA. El domingo fue un día radiante, una de esas mañanas de València tan luminosas que duelen los ojos. Ya hacía semanas que había entrado el otoño, pero el día resplandeció en el cielo y a ras de suelo, donde Letesenbet Gidey, una chica tímida y elegante de 23 años, nacida en Endameskel, un pueblecito de agricultores del norte de Etiopía, llevó el atletismo a una nueva dimensión. Ella, azuzando durante todo el recorrido a sus dos libres, se convirtió en la primera mujer de la historia que ha sido capaz de correr 21 kilómetros a un ritmo de menos de tres minutos cada uno (2.59). Una cadencia tan imponente que le llevó a batir el récord del mundo de medio maratón por setenta segundos: 1h02:52. Una proeza.

Gidey no solo reventó dos barreras de una tacada (la primera mujer en bajar de los 64 minutos y de los 63) sino que, además, lo hizo con una sutileza y una belleza en sus movimientos que dejó a los espectadores con la boca abierta. Porque se puede ser salvaje y hermosa. O, como lo definió Juan Botella, el alma de las carreras de larga distancia en esta ciudad, con “una violencia suave”.

La atleta del NN Running Team tiene una técnica de carrera sublime que se vuelve hipnótica incluso para los que no saben, pero esa armonía moviéndose a unos ritmos desenfrenados, con un parcial del kilómetro 5 al 15 que pone los pelos de punta (29:29), es imponente. En ese tramo alcanzó a dos atletas españoles, Javi Guerra, que ha corrido en maratón en 2h07, y Andreu Blanes, que batió el récord de la Comunitat Valenciana de Paquito Ribera -lo logró hace 27 años en Canals, en una carrera que puso un premio de un millón de pesetas para el vencedor-.

Su triunfo fue tan devastador que liquidó todo lo que sucedió esa mañana. Como que la segunda clasificada, la también etíope Yalemzerf Yehualaw, una atleta que solo tiene 22 años y que este año ya ha corrido tres veces en menos 1h05, entrara en la meta del Medio Maratón Valencia Trinidad Alfonso EDP también por debajo de la anterior plusmarca. O que, por primera vez en la historia, siete hombres acabaran un medio maratón en menos de 59 minutos.

Gidey es la fondista del momento y, muy probablemente, de los próximos años. Su marca en medio maratón parece anunciar, según las tablas que utiliza World Athletics para equiparar diferentes distancias, un tiempo de 2h11:17 en maratón (el récord del mundo está en 2h14:04). Aunque, antes que de estas tablas, yo me fío de mi amigo Gerardo Cebrián, que es una enciclopedia del atletismo y que asegura que es capaz de bajar de las dos horas y once minutos.

La distancia de medio maratón es más frecuente ahora que hace unas pocas décadas, pero Gidey ha corrido los 21 kilómetros más rápido que algunos de los grandes referentes del atletismo español, como Abel Antón (el bicampeón del mundo de maratón se quedó en 1h03), José Ríos, Diego García, Pablo Villalobos o Jesús España.

Gidey, que procede de la región de Tigray, inmersa en una dramática guerra civil contra el gobierno de Etiopía, una crisis humanitaria que se ha cobrado miles de vidas y que ha obligado a que se desplacen más de millón y medio de personas, le dedicó el triunfo a los tigrayos, uno de los 80 grupos étnicos que hay en Etiopía. Ella se siente muy identificada con su tierra chica y eso le ha causado muchos problemas, como que el año pasado no pudiera salir del país y debutar ya en la distancia en València. O que en febrero decidiera dejar Mekele, la capital de Tigray, donde vivía desde los 15 años, para irse con su entrenador, Haile Eyasu y su liebre a Addis Abeba, una ciudad de más de tres millones de habitantes que es mucho más antipática para alguien que tiene que tirarse dos horas en coche para salir de la ciudad y hacer esas tiradas largas que, para preparar este récord del mundo, este año han llegado a los 30 kilómetros.

Es una atleta asombrosa, una mujer que, cuatro años más tarde de ser expulsada de la escuela porque no le gustaba correr, se proclamó campeona del mundo júnior de cross solo ocho días después de cumplir los 17 años, un título que revalidaría en Uganda dos temporadas más tarde. Sus gestas -posee los récords mundiales de 5.000, 10.000, 15K y medio maratón- han hecho que surjan las primeras comparaciones: una con la noruega Ingrid Kristiansen, la última que tuvo a la vez las plusmarcas de 5.000, 10.000 y medio maratón -en 1989 corrió en 1h08:31-, y la otra, por el impacto de sus marcas, con la británica Paula Radcliffe, quien, en 2003, dejó el récord de maratón en 2h15:25, un tope que duró dieciséis años.

Las nuevas zapatillas, con una reactiva placa de carbono y una espuma que disminuye y retrasa la fatiga, han ayudado a revolucionar las tablas de los récords. Las siete mejores marcas de la historia en medio maratón son de este año o del anterior. Pero es indudable que Gidey, a quien todavía la falta una medalla de oro en unos Juegos Olímpicos o en un Mundial en pista, es una súper atleta. Lleva dos años consecutivos viniendo en octubre a València a batir un récord del mundo -el año pasado se llevó el de 5.000 en la pista del Estadio del Turia-, una costumbre que me encantaría fantasear con que pudiera tener continuación, pero espero que esta chica de mirada huidiza logre muchos más hitos pero, al mismo tiempo, encuentre la paz de su región y de su familia.


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