VALÈNCIA. La Liga F podrá arrancar este próximo fin de semana después de que se haya alcanzado un acuerdo para la profesionalización de las colegiadas, que reclamaban la mejora de sus condiciones laborales y que ya habían hecho un parón que impidió la disputa de la primera jornada de la competición.
Según indicó la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), durante este miércoles se produjeron "una sucesión de conversaciones" con el Consejo Superior de Deportes (CSD), que ayudaron a desbloquear la situación y que fructificaron "en un acuerdo histórico para la profesionalización del estamento arbitral en el fútbol femenino".
Así, tanto el organismo que preside José Manuel Franco como la federación firmaron "un pacto pionero" tras acordar destinar unas partidas presupuestarias en un acuerdo para seis temporadas, en las que el CSD aportará durante las tres primeras "una cantidad de 350.000 euros extras por año que irá destinado a un fondo mutual individualizado del que las árbitras podrán disponer una vez finalizada su carrera profesional".
"Además, la RFEF aportará la misma cantidad durante los tres primeros años a la LPFF mediante el Convenio de Coordinación para ser destinados íntegramente a los clubes para hacer frente de los arbitrajes de la competición", detalló el ente federativo.
Por su parte, la Liga Profesional de Fútbol Femenino (LPFF) celebró que el colectivo arbitral haya "aceptado" la propuesta que le habían planteado desde la patronal y que permite así que se reanude la competición "tras el vergonzante episodio de la primera jornada y que jamás debió haberse permitido".
El organismo que preside Beatriz Álvarez Mesa recalcó que, "desde el primer momento, y especialmente tras las reuniones del lunes y martes", quedó patente, "con el Gobierno de testigo, que la Liga F ha demostrado con hechos, no con palabras, su voluntad de llegar a un acuerdo".
La LPFF recordó que ya había mejorado en la última reunión la oferta para las árbitros asistentes y que aunque no se había movido de los 25.000 euros para las principales, "la propuesta de la RFEF y de las árbitras, comenzaba, no terminaba, por un recibo arbitral de 21.000 euros por partido", una cantidad que se asemejaba a los que cobraban los colegiados de LaLiga Smartbank, "una competición que genera en torno a 150 millones de euros anuales por derechos de televisión".
"Ello hubiera supuesto para la Liga F y sus clubes un gasto arbitral de 5 millones de euros por temporada, esto es, el 70 por ciento de los ingresos audiovisuales que genera la competición irían destinados a gasto arbitral. Ante esta postura muy alejada no sólo de la realidad del fútbol femenino, sino del contexto socioeconómico que atraviesa el país, la Liga F siempre se mostró firme en su defensa de un proyecto que fuera sostenible en el tiempo y que, sobre todo, respetara el trabajo y esfuerzo de tantas personas que lucharon por él", añadió el organismo.
Este advirtió que, "por mucho que algunos quieran hacer creer, la profesionalización no es una llave que abra un cofre de dinero" sino que aporta "la posibilidad de que el fútbol femenino pueda ser gestionado de manera independiente por aquellos que verdaderamente creen en él, permitiendo así disponer de las herramientas necesarias para hacerlo crecer".
"La unión y firmeza de clubes, futbolistas, aficionados y opinión pública ha conseguido que el colectivo arbitral entrara en razón. Gracias", sentenció la Liga Profesional de Fútbol Femenino.