VALÈNCIA. Sanciones y lesiones se acumulan para la visita del domingo del Valencia CF a Vigo el próximo domingo. Nada nuevo en un equipo que afronta un largo campeonato como la liga, 38 partidos dan para afrontar muchas vicisitudes de todo calibre.
Sin embargo, en el Valencia la presencia de estos problemas se multiplican debido a la descompensación que estas ausencias provocan en una plantilla mal confeccionada y con evidentes lagunas en dos lugares en particular: el de central y el de medio centro.
De manera muy directa, ambos lugares apuntan a resentirse en la visita a Balaídos. Por un lado, Bordalás acumula la baja de Dimitri Foulquier por tarjetas en el lateral diestro y la de Thierry por lesión. Y por otro, al entrenador alicantino se le resiente la zona de centrales al quedarse sin Diakhaby por tarjetas y sin Gabriel por una lesión y posterior recaída en los isquios.
Así que habrá que recomponer la zaga en para enfrentarse al conjunto celeste, y dadas las ausencias sólo caben dos posibilidades. Una sería la de tirar de jugadores del filial, pero se antoja complicado dado que el Mestalla se encuentra en la quinta categoría del fútbol español. Esa es una de las consecuencias derivadas de haber logrado que el filial bajara dos categorías en una temporada.
La otra es la de mover piezas de tu once inicial. Dado que no hay más efectivos en dichas posiciones y que para el lateral parece poco probable poner a Lato o a Jesús Vázquez a pierna cambiada, cuando además se constata que Piccini tampoco está en condiciones de actuar.
Así que a Bordalás sólo le queda una salida: que Guillamón vuelva a la posición de central, y que Wass comparezca en la de lateral derecho. Ambos volverían a las posiciones que ocuparon durante casi toda la temporada anterior y de las cuáles Bordalás les sacó este año para reactivar un doble pivote que no funcionó con Racic y Soler en la sala de máquinas del eje de la zona ancha.
Con Wass en el costado diestro y Guillamón en el eje de la zaga, vistes un santo para desvestir otro, al entrenador valencianista le va a tocar hacer encaje de bolillos para que el equipo dé una versión competitiva. Todo conduce a pensar que va a tener que recurrir a la pareja Racic-Soler aunque muy probablemente la refuerce con algún tercer hombre que ayude a estos dos.
En cualquier caso las evidentes carencias de la plantilla obligarán a Bordalás a renunciar a su invención más ingeniosa desde su llegada en el verano, la del doble pivote Guillamón-Wass, imprescindibles hasta ahora para el a la hora de saltar cada partido al terreno de juego.