VALÈNCIA. El Elche CF cerrará 2019 con un buen sabor de boca a nivel deportivo tras haber logrado consolidar el proyecto en el fútbol profesional. A pesar de los movimientos accionariales, el equipo, liderado por su entrenador, José Rojo ‘Pacheta’, supo blindarse y encontrar la estabilidad necesaria para crecer y alcanzar los objetivos con relativa tranquilidad.
En 2019 se han puesto los cimientos para poder aspirar a objetivos más ambiciosos que se pueden resumir en las siguientes claves:
EL ENTRENADOR
Pacheta cumplió en febrero de 2019 un año al frente del equipo. El técnico burgalés, además de haber impreso su sello en el grupo, es mucho más que un entrenador, ya que en ocasiones es portavoz de la entidad y el mejor interlocutor posible con una afición que lo adora. Humilde, trabajador y directo, Pacheta ha hecho del Martínez Valero su casa y un equipo a su imagen y semejanza que sigue evolucionando con el paso de las jornadas. El pasado curso alcanzó la permanencia casi dos meses antes del final y esta temporada el objetivo está de nuevo encarrilado.
MERCADO DE INVIERNO
Pocas veces el mercado de invierno le dio tan buen rendimiento al Elche como el de 2019. Tras unos años en los que el factor corrector había servido de poco, en esta ocasión el Elche encontró varias piezas que han sido determinantes en su camino, como el portero Edgar Badía, que procedía del Reus, el central Dani Calvo, del Numancia, o el delantero Yacine Qasmi, del Melilla. Los tres encajaron a la perfección en los planes de Pacheta y dieron un rendimiento inmediato en el Elche, ayudando a subir el nivel en un tiempo récord.
PLANTILLA CORTA
Lo que parecía una temeridad ha acabado por darle la razón al entrenador. El técnico dijo que por la salud del vestuario y para tener a todos los jugadores activados deseaba una plantilla con pocos efectivos, a pesar de existir el riesgo de sanciones o lesiones. El Elche inició el curso con 20 jugadores y los hechos le han dado la razón al entrenador, ya que casi nunca se han notado las bajas.
EL COLECTIVO POR ENCIMA DE TODO
El veterano Nino es el buque insignia del Elche, pero también el mejor ejemplo de que el grupo está por encima del individuo. Jugadores como Iván Sánchez, el más determinante el pasado curso, o Gonzalo Villar, ahora internacional, se han quedado fuera del equipo en varias ocasiones al considerar el entrenador que el Elche necesitaba en ese momento otras cosas dentro y fuera del césped. También sucedió el pasado año con el colombiano Neyder Lozano, que desapareció del equipo, tras ser titular, por no renovar con el club.
CANTERA
En el caso de Pacheta no es palabrería, sino hechos. El técnico apostó por una plantilla corta y garantizó que si alguna vez se quedaba corto de efectivos recurriría sin temor a la cantera. Desde su llegada ya han debutado con el equipo seis jugadores y uno de ellos, el lateral Óscar Gil, ya se ha consolidado como pieza fundamental del primer equipo. La presencia de jugadores del filial y del juvenil en los entrenamientos del Elche es habitual, lo que sirve de estímulo a la cantera y mantiene alerta a los profesionales.
HAMBRE
El cuerpo técnico del Elche quería una plantilla con hambre e ilusión por jugar al fútbol y hacer historia. “Futbolistas que quieran ser y que no hayan sido”, comentaban desde el club. A excepción de Nino, el Elche disputa la mayoría de sus encuentros con jugadores que o no han competido en Primera o, como mucho, la han rozado. Muchos de los jugadores llegaron al club con cuentas pendientes y ganas de demostrar que son futbolistas hechos para el máximo nivel, como el portero Edgar Badía, el central Gonzalo Verdú, el lateral Juan Cruz o los extremos Iván Sánchez y Fidel Chaves, entre otros casos.
A CORTO PLAZO
La fórmula de no mirar más allá de la próxima cita del calendario le ha dado resultado al Elche, que con su política cortoplacista ha ido alcanzando poco a poco todos los objetivos. El club inicia cada aventura con la idea de la permanencia y solo una vez conseguida se atreve a mirar más allá si queda tiempo y puntos para intentarlo. “No me van a sacar de este carril, lo primero son los 50 puntos. Luego ya veremos”, señala una y otra vez el entrenador castellano cuando se le cuestiona por los límites del Elche.
COMUNIÓN
La relación del Elche con la grada del estadio Martínez Valero es extraordinaria. A pesar de haber sufrido algunas derrotas dolorosas como local, no se recuerda a los seguidores una bronca al equipo, que incluso ha salido ovacionado de encuentros en los que no ha podido ganar. Esa comodidad que siente el equipo como local es lo que hace que juegue sin temor y que se atreva a todo, como ha destacado Pacheta.