El Valencia se ha encaramado a la tercera plaza de la clasificación de LaLiga tras siete jornadas disputadas en esta competición con un rendimiento muy superior al ofrecido en las dos últimas campañas
VALENCIA. El Valencia se ha encaramado a la tercera plaza de la clasificación de LaLiga tras siete jornadas disputadas en esta competición con un rendimiento muy superior al ofrecido en las dos últimas campañas y que podría tener su explicación en diez claves:
1.- Marcelino García Toral.
Después de tres temporadas con entrenadores sin apenas recorrido y de 'experimentos' arriesgados que desembocaron en la ausencia de un patrón de juego, el Valencia recurrió a un técnico que unía dos apuestas seguras: la experiencia y un estilo de juego definido.
2.- El orden táctico.
Además, en la elección del técnico, el motivo que quizá decantó la balanza definitivamente en favor de Marcelino fue su fútbol compacto que parte de la necesidad de no recibir goles para encontrar la victoria, una fórmula que, además, acompañó tradicionalmente al Valencia en sus épocas de esplendor.
3.- La salida de jugadores que restaban en el vestuario.
Tanto Marcelino como club asumieron que, al margen de la lógica necesidad del 'dejen salir antes de entrar' era necesario para renovar la plantilla que se fueran determinados jugadores que, se consideraba, contaminaban el ambiente en el vestuario, por lo que se consideró prioritaria su salida.
4.- La calidad de los recién llegados.
Para mejorar los resultados, lo primordial era acertar con incorporaciones de jugadores que tuvieran un mayor nivel que el de los que habían llegado en las últimas temporadas. En esa línea se enmarcan Geoffrey Kondogbia, Gonçalo Guedes, Andreas Pereira, Gabriel Paulista o Jeison Murillo, con un perfil que mezcla calidad con ganas de crecer deportivamente.
5.- El liderazgo de Parejo.
Uno de los supervivientes de la renovación del vestuario es Dani Parejo, quien lejos de ser el jugador falto de motivación en varios momentos de las últimas temporadas, ha sufrido una metamorfosis total. A su calidad para dirigir el juego le añade un rol poco conocido como líder del equipo. De ser la diana de las críticas por parte de la grada de Mestalla ha pasado a ser uno de los jugadores más reconocidos.
6.- El criterio de la dirección deportiva.
Quizá la falta de un estilo propio de juego estuvo unida a la de criterio por parte de la dirección deportiva que se remonta a varias temporadas atrás. La sorprendente llegada a la dirección general de Mateu Alemany y su difícil arranque con una pausada confección de la plantilla ha derivado en la confección de un bloque que tras siete jornada es tercero en LaLiga.
En este sentido, Alemany ha contado con una mayor libertad de movimiento y una menor injerencia por parte del propietario del club, Peter Lim, respecto a anteriores campañas.
7.- Presencia de la cantera.
Tras un tiempo de apariciones esporádicas de jugadores de la cantera, a la consolidación de Carlos Soler y Toni Lato tras su irrupción en la pasada temporada, se añaden este año jugadores como Nacho Vidal, Nacho Gil o Javi Jiménez (ahora lesionado) que ante una plantilla corta pueden tener protagonismo durante la Liga y la Copa del Rey.
8.- El gol.
Con la sobriedad defensiva por bandera, al Valencia de Marcelino se le achacó una cierta falta de solvencia en ataque en los primeros compases de la temporada que de pronto quedó mitigada con la irrupción goleadora de jugadores como Simone Zaza o Rodrigo Moreno hasta acumular quince goles en las siete jornadas celebradas.
9.- Una sola competición a la espera de que llegue la Copa.
En el buen arranque del curso también ha contribuido la concentración de fuerzas en una sola competición al no jugar en Europa y a la espera de que llegue la Copa del Rey, un torneo que el Valencia podría fijarse como objetivo, pero que también será un banco de rotaciones y de dosificación de jugadores para Marcelino.
10.- La comunión con Mestalla.
La mutación experimentada al pasar de ser un equipo anodino y endeble en su juego y en su mentalidad para convertirse en un bloque competitivo al margen de la entidad del rival ha conllevado la recuperación de la comunión con Mestalla, una grada exigente y que no perdona la falta de compromiso y entrega de su futbolista y que actualmente se muestra satisfecha.