VALÈNCIA. A la espera de los partes médicos oficiales sobre Diakhaby y Thierry Correia (y contando con sus lesiones) son ya un total de siete las dolencias musculares por problemas fibrilares en los aductores que han aquejado a la línea defensiva del conjunto de Mestalla desde que comenzara la temporada. Sumadas el resto de lesiones de la misma índole del resto de la plantilla, no alcanzan ni la mitad de futbolistas aquejados de esta lesión que los "caídos" en la zaga.
Ya en la primera jornada los de Javi Gracia perdieron a Mangala ante el Levante, y en la segunda jornada añadieron a Gabriel en Vigo por otro pinchazo muscular. Tras cinco jornadas de tregua, Diakhaby se rompió en Elche, y tres jornadas más fueron los isquios de Gayà en Vitoria quiénes dijeron "basta". A esta lista se añadió una semana más tarde ante el Atlético en Mestalla, Hugo Guillamón. Y el domingo, ante el mismo rival, pero ya en la segunda vuelta cayó nuevamente Diakhaby y se añadió Correia en la última jugada del encuentro. Además (y por diversos motivos) cabe añadir la baja de Toni Lato (Covid) y la del propio Gabriel quien se lesionó en la espalda ante el Sevilla.
En el resto del terreno de líneas, el pinchazo muscular en los isquios no se ha cobrado tantas víctimas. Todo comenzó tras la jornada 1 para Cheryshev, aunque en pretemporada Jason, Gameiro y Cillessen, también subieron a ese barco. Además Yunus cayó en la jornada 14 ante el Barça en el Camp Nou y Gameiro en la 17 ante el Cádiz. Por otros motivos también acumularon bajas médicas futbolistas como Soler (tobillo), Racic (vértigos), Kang In (Covid), Cillessen (rotura del cuádriceps) y Maxi (problemas con su rodilla).
Al final parece que el equipo va sumando bajas de manera aleatoria. Pero que siete de las mismas sean en la misma línea (la defensa) y el mismo tipo de dolencia (pinchazo muscular en isquios) quizá puedan indicar algo más que una mera casualidad.