VALÈNCIA. El Levante vuelve a vivir un octubre complicado. Justo un año después de decretar el fin de la etapa de Paco López en Orriols, hoy el club hace equilibrios en pleno terremoto por la mala marcha del equipo en Segunda División con Mehdi Nafti al timón. La entidad granota mantiene al franco-tunecino en el banquillo tras las últimas tres semanas de resultados adversos y el encuentro ante el Racing será especialmente importante para la figura del entrenador: una victoria supondrá un chute de oxígeno para todos; una derrota, abriría una tesitura comprometida en la toma de decisiones. Aunque nadie da por definitivo al marcador del domingo próximo, la realidad es que un descalabro llevaría el foco no solo al técnico, sino también al director deportivo.
Felipe Miñambres vuelve a escenario. Sobre él también están puestas las miradas de la parroquia levantinista, pues asumió plenos poderes del club para armar el proyecto que lograse el necesitadísimo ascenso inmediato a Primera División. El astorgano lideró la contratación de Nafti tras su particular criba de entrenadores y, en caso de que la situación así lo requiera, habrá de ser el responsable de activar su cese. No será el primer despido que Miñambres protagoniza, al menos del que forme parte del órgano decisor de 'cortar la cabeza' del inquilino de su banquillo. En su etapa más reciente ya tuvo que lidiar con situaciones parecidas, aunque en la élite, en el Celta de Vigo.
Entonces Miñambres, con Carlos Mouriño en la presidencia, no ostentaba la bandera de la planificación que le entregó Quico Catalán cuando le contrató el pasado febrero. No obstante, en el currículum Miñambres sí pesan despidos y fichajes como los que se dieron en 2018 en Balaídos. El 'Turco' Mohamed dio nombre a su primera destitución por mal rumbo en medio de toda una temporada. El argentino, quizá el único técnico que se sale del 'perfil Miñambres' desde su inicio en los despachos del Rayo Vallecano, duró 13 partidos como celeste y fue despedido prácticamente por sorpresa. Cuando el Celta cayó goleado en casa ante el Real Madrid un domingo de noviembre de 2018, Miñambres no se mostró tajante en Movistar + tras el encuentro: "Hoy la moneda cayó de otro lado, pero confiamos en seguir así porque tenemos argumentos para tener más puntos", comentó. Al día siguiente el Celta comunicó el cese.
La sorpresa, más que por el camino que había tomado el equipo de Mohamed, se extendió por la tranquilidad con la que parecía actuar la entidad viguesa una vez cayó frente al Madrid. El 'Turco' navegaba muy por detrás de las expectativas tras un gran inicio de temporada, pero tampoco se encontraba en una situación crítica -arrancó 11º aquella jornada- que en la previa presagiara un cambio drástico en el banco. Las reuniones posteriores a la cita terminaron ahogando una relación que en poco tiempo había minado su confianza. La polémica, en el sustituto: Miguel Cardoso, un preparador con escasa experiencia en el fútbol de alto copete. Había sido destituido poco más de un mes atrás en el Nantes francés, en su segunda experiencia como primer entrenador. Duró ocho jornadas, apenas ganó un partido y dejó la Ligue 1 con su equipo penúltimo.
Como la actual de Mehdi Nafti en Orriols, la de Cardoso fue una apuesta de riesgo. El portugués no cumplió, y después de tres meses y 15 choques, Miñambres y Mouriño tuvieron que retroceder sobre sus pasos. Con Cardoso se dio una situación que puede abrir semejanzas con la actual: el Celta recibió precisamente al Levante con el técnico luso en el ojo del huracán y, pese a una derrota sonrojante por 1-4, Cardoso continuó en el cargo. Dijo adiós dos jornadas después, con un bagaje de puntos peor que el de Mohamed: solo 11 de 42 posibles. Tras aquella polémica permuta llegó Escribà, salvó al equipo y fue sucedido por Óscar García cuando la campaña siguiente los resultados tampoco le mantuvieron a flote. Es más, con el valenciano Miñambres protagonizó un curioso cruce de declaraciones cuando el técnico se quejó de la planificación deportiva del club la misma pretemporada en que Santi Mina y Maxi Gómez intercambiaron destinos.
Precisamente el actual director deportivo levantinista se marchó de tierras gallegas tachando de la lista una de sus principales rémoras en el conjunto celtiña: la contratación de entrenadores. Los cuatro casos detallados, más allá de la resultante labor económica de Miñambres en torno a los fichajes de campo, alzaron la relación de técnicos como la gran asignatura pendiente del astorgano. A Mohamed, Cardoso, Escribà y un Óscar García cuya salida se fraguó más allá de los asuntos meramente deportivos, se le unió el anterior, Juan Carlos Unzué, pues en la decisión de no renovación de Berizzo acababa de aterrizar en Balaídos.
Con el navarro no se llegó a un acuerdo de ampliación al concluir la 17/18, la inmediatamente posterior a la dorada etapa del 'Toto'. Sin embargo, Miñambres si llegó al Levante con esa asignatura aprobada. Coudet, la referencia. Mucho antes, la otra gran figura que colorea el currículum de Miñambres como director deportivo es Paco Jémez. La marcha de ambos del Rayo coincidió con el descenso del club a Segunda en la última fecha liguera de la 16/17, pero aún así Martín Presa, todavía con Miñambres en la entidad negociando su salida, le ofreció al canario una renovación a la postre rechazada.