VALÈNCIA. “Corona sólo recopila información. En el club no están autorizados a hacer más. Saben que antes de moverse tienen que vender. Tienen las manos atadas”. La reflexión es de un agente de futbolistas que ha tratado con la secretaría técnica del Valencia en las últimas semanas. “Nos han dicho a todos lo mismo. No pueden gastar”, agrega este representante a Plaza Deportiva, que recuerda algo que ya se ha convertido en un latiguillo en los medios de comunicación y también en el mundillo del fútbol. “Todo pasa por Lim. Si él no lo autoriza no se mueve nada. Tienen que vender primero antes de decidirse a gastar, pero es que lo que compren serán oportunidades de mercado. No va a haber un gran gasto en futbolistas”, aclara.
El verano del Valencia, como se intuía, va a ser largo. Miguel Ángel Corona ha hecho los deberes, pero lleva puesta la camisa de fuerza económica que le ha abrochado Singapur, circunstancia que repercute negativamente en su margen de maniobra, muy limitado en un mercado restringido para la mayoría de clubes y, especialmente, para el de Mestalla, por sus condicionantes económicos.
Desde el pasado mes de noviembre, aproximadamente, Corona puso a sus scouts a recopilar información sobre todos los jugadores que finalizaban contrato el 30 de junio, es decir, mañana miércoles. La idea, bien tirada, era anticiparse y estar preparados para conocer las oportunidades que liberaban los clubes en la ventana del verano. Los técnicos del club manejan mucha información sobre este mercado y, concretamente, sobre el rango de precios en los que están obligados a moverse. Conocen condiciones contractuales, peticiones de pluses y temporadas que demandarían diferentes futbolistas que se encuentran dentro de las características que determina Peter Lim. Tienen conocimiento e información sobre un número elevado de futbolistas pero no tienen poder decisión para concretar y ejecutar acuerdos ni excesivo dinero.
Corona estuvo a principios de junio en la localidad malagueña de Marbella en un torneo de preparación para los Juegos de Tokio de este verano. Participaban las selecciones olímpicas de Argentina y México, junto a las de Arabia Saudí, Australia, Rumanía y Dinamarca, más la sub-21 de la República de Irlanda. Su misión fue la de recabar información en un mercado, más asequible, que también se reveló caro para el club de Mestalla.
La tendencia que marca Singapur es la de esperar. Meriton confía en que conforme se acerque el final del periodo de fichajes estival, más se abaratará el precio de los jugadores prescindibles. El problema es que si el jugador tiene un determinado caché, el club vendedor o lo saca antes o se lo queda en plantilla antes que regalarlo.
Los inconvenientes que se encuentran los técnicos para fichar desde el verano pasado son numerosos. Corona y su equipo están limitados a fichar en un coto de caza muy restringido. Jugadores libres o gangas, que realmente, son saldos con un riesgo muy alto de que no den resultado.
A esas directrices se une otro escollo. La prima por fichaje, una retribución económica que el futbolista que llega en estas condiciones añade a su sueldo y que supone una comisión para su agente, hay que ahorrársela si es posible. El Valencia, además, tampoco puede comprometerse a incluir una obligatoriedad de compra en ninguna operación. Así ese cebo, que podría acercar a un jugador en concreto bajo unas determinadas condiciones asequibles, gracias a esa compromiso de compra aplazado para el año siguiente, tampoco se puede emplear.
En estas fechas, de momento, Singapur tampoco acepta pagar, ni siquiera, cantidad alguna en concepto de cesión; es decir, la cesión tiene que ser 'a pelo' sin otra cifra adicional a pagarle al club en concepto de alquiler. En este caso, solo se puede acordar el pago del importe correspondiente a la ficha de una temporada, nada más.