OPINIÓN

Liberad a Rodri

Rodrigo está tan atenazado que, cuando sale de refresco, a veces, no escoge las decisiones correctas. Pero no es por dejadez. Es por agradar. Es por sentirse útil, válido...

2/10/2015 - 

VALENCIA. Rodri tiene estrés. Se le nota porque le aprieta el nudo de la corbata nada más pisar la oficina. Su jefe de sección lo marca de cerca, los informes no salen a tiempo, se resiente la productividad y al encargado de Recursos Humanos le empiezan a pitar los oídos. Encima, sus compañeros están empezando a mosquearse por pequeños detalles. Le tiró por encima un café sin querer a Merche, de Ventas, hubo un correo perdido en el limbo de su bandeja que puso en jaque toda la producción del mes, y un par de despistes a la hora de recoger las llamadas no hacen más que complicar su día a día. Quiere hacer tantas cosas bien que se pierde en detalles, no por dejadez, todo lo contrario, pero no acaba de encajar del todo en el ecosistema de la oficina. Rodri sufre. Cuando llega a casa se derrumba y puede que llore de impotencia en la ducha.

Rodri puede ser usted o yo. En otros sectores o en otra oficina, pero la misma historia. En el fútbol, Rodri es Moreno de apellido, Rodrigo de pila y está igual que nuestro Rodri. Trabaja bien, con voluntad, no lo duden, pero no tiene suerte. De verdad se lo digo, no me miren así. A mí también me desespera a veces, pero recuerden que fue quien marcó el primero ante el Mónaco.

Rodrigo está tan atenazado que, cuando sale de refresco, a veces, no escoge las decisiones correctas. Pero no es por dejadez. Es por agradar. Es por sentirse útil, válido. Para liberarse de esa losa que son los 30 kilos que ha pagado Lim -desde ayer la 'china' en el zapato de Zorío- y romperla una, dos y cien veces. Que lo hará.

Pero Rodrigo, como nuestro Rodri, necesita paciencia. Los treinta kilates no los ha puesto usted, querido lector. No va a sufrir un aumento del precio del pase para pagar este traspaso. Los pone el dueño, Lim. Así que podrá llevar a cenar a un sitio molón a su parienta, o a la del vecino, si le gustan los líos. Pero de verdad le digo que silbar al chaval como si fuera un rival no es bueno. Y más comparando el recibimiento a Joaquín no hace poco. Que se pasó el escudo que usted ama por el capote. No lo olvide, por muchos chistes que cuente y muy simpático que sea. Rodrigo, sobrino de Mazinho, sabe seguro donde venía y el nivel de exigencia. Y no se le puede haber olvidado como se juega a este invento.

De verdad le digo, querido lector. Imploro por primera vez a su cordura de partidor valencianista para que deje de lado el silbido a Rodrigo Moreno por el aliento sentido, como un aficionado al ciclismo en las cuestas del Tourmalet. Todo suma. Si no se lo cree, observe como lo hacen en San Mamés, rugiendo como leones (perdón) hasta el noventa y pico. Y luego, si vienen torcidas, reprimenda, silbidos, almohadillas y txapelas al aire. Se consigue más con la zanahoria que con el palo. Salvo si se trata de Jonas Gonçalves. Pero ahora juega en el equipo hermanado y nos la trae al pairo lo que le pase. 

Pues eso, liberad a Rodri(go). Porque que te silben donde trabajas, no es bueno. #aningúquelipasse

PD: Si. Se que el titular no es muy allá. Pero 'Salvem a Rodri' ya estaba cogido por Molins.

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