La deportista del Proyecto FER cayó en los octavos de final de los Juegos Olímpicos de Rio de Janeiro el pasado verano y ya está centrada en el siguiente gran torneo
VALENCIA. Liliana Fernández Steiner (Alicante, 4 de enero de 1987) es una de las principales referencias del voley playa a nivel mundial. La deportista del Proyecto FER viene de competir en una temporada cargada de emociones en la que cayó eliminada en los octavos de final en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro a manos de Rusia y que le impidieron pelear por las medallas en la cita olímpica.
"La temporada pasado fue una de las mejores campañas que hemos tenido a nivel internacional. Conseguimos un total de tres medallas: una plata en el Open de Sochi, un oro en el Open de Cincinnati y una plata en el Grand Slam Long Beach", dijo.
Lilian Fernández también explicó su experiencia en los pasados Juegos Olímpicos de Río de Janeiro: "Competimos muy buen pero nos pusimos un poco nerviosas y jugamos un poco peor y se nos escapó. Jugamos un grupo impecable y ganamos los tres partidos incluso contra las brasileñas que acabaron segundas y eran de las principales favoritas", recordó.
A pesar de no cumplir el reto fijado por la alicantina para los Juegos Olímpicos, Liliana Fernández ya está centrada en un 2017 plagado de nuevas metas por batir. En este sentido, la alicantina se ha vuelto a marcar como principal objetivo luchar por las medallas esta vez en el Campeonato del Mundo que se celebrará en la ciudad austríaca de Viena.
"Los Juegos Olímpicos son lo máximo, es el mayor evento que tenemos como deportista. Sin embargo, los profesionales del vóley playa tenemos un circuito mundial todos los años y es muy importante para nosotros también. Llevamos tres años entre los ochos mejores y pelear por estos objetivos es nuestra máxima aspiración en estos últimos años. Nos vamos exigiendo más cada temporada y estar en Tokio 2020 es uno de los retos a largo plazo pero a corto plazo es hacernos con una medalla en el Mundial de Viena", afirmó la jugadora alicantina.
Por otro lado, Liliana Fernández explica la dificultad que entraña compatibilizar su formación académica con la exigencia que entraña la élite deportiva. "Es duro compaginar los estudios con la alta exigencia deportiva. De septiembre a enero coincide con el final de temporada y es más sencillo pero todo se complica a partir del segundo cuatrimestre cuando hay competiciones fuertes que te exigen viajar y desplazarte. Es difícil pero con esfuerzo hay que ir superando las barreras poco a poco", comentó.
Por último, la alicantina elogió las posibilidades que le otorga la beca del Proyecto FER en su día a día: "La ayuda económica del Proyecto FER te da tranquilidad. Yo la utilizo para pagarme algunos gastos de los viajes para las competiciones y también para contar con un entrenador o un preparador físico como por ejemplo cuando tuve que hacer rehabilitación por una dolencia en el hombro", concluyó.