Lo deportivo funciona si funcionan otras cosas

VALENCIA. "Voro no vende humo. No dice una cosa en el vestuario y otra diferente en sala de prensa. Va de cara. No habla a las espaldas". Esto dijo Enzo Pérez, el capitán del Valencia, tras la victoria en el estadio de la Cerámica. Tras estas declaraciones, lo que uno puede imaginar es que el equipo va a muerte con Voro. Sin embargo, los jugadores han realizado partidos verdaderamente decepcionantes. No me refiero a nivel futbolístico, sino a nivel actitudinal.

Voro no descarta ser entrenador la temporada que viene, sus números han sacado al Valencia de una situación muy complicada, pero se quedan cortos para un proyecto que aspira a estar arriba. Con Voro el equipo ha sumado 24 puntos de 48 posibles, justo la mitad. Por lo tanto, son números de equipo de mitad de la tabla. Y eso que, supuestamente, los jugadores le quieren mucho.

Uno ya no sabe cuál es la fórmula para sacar rendimiento deportivo al Valencia. Desde la primera campaña de Nuno, que nadie ha dado con la fórmula. Han ido cayendo tanto los entrenadores duros, como los más cercanos y amables con los jugadores.

Djukic quedó sentenciado cuando en la segunda jornada contra el Espanyol dijo sentir vergüenza del partido que habían realizado. Nuno, a pesar de haber sacado lo mejor de muchos de los jugadores en la campaña de los 77 puntos, perdió el control de la plantilla la temporada siguiente. Dejar apartados a Negredo, Orban y De Paul no sentó bien a los compañeros y el portugués también pasó por la quilla. El caso de Prandelli es el más flagrante. No hay más que volver a escuchar las declaraciones de Enzo.

Ayestarán también dejó una serie de perlitas en diversos medios de comunicación que no gustaron a los futbolistas. Sin embargo, tampoco es que con los entrenadores más proteccionistas el equipo haya respondido. Ni con Neville ni con Voro se ha visto un equipo que lo dé todo en el campo.

Rufete ya hizo una gran limpieza en dos mercados. Pitarch sacó el verano pasado a 16 futbolistas. Sin embargo, parece que no es suficiente. Este invierno tanto él como Prandelli planteaban otra nueva revolución. ¿Tan difícil es tener un entrenador que llegue a la plantilla y unos jugadores medianamente comprometidos? Igual, como dijo esta semana Alemany, “lo deportivo funciona si funcionan otras cosas”. Curiosamente, hace unos meses, el discurso de Lay Hoon era antagónico al del nuevo director general.