VALENCIA. Inglaterra, con el equipo más joven en casi medio siglo, afronta esperanzada su debut en una gran competición, este sábado ante Rusia en el Velódrome de Marsella, donde debe demostrar qué hay tras las enormes expectativas abiertas en una fase de clasificación perfecta.
Pocas veces los "pross" han acudido a un torneo con tanto apoyo. Acostumbrados a ver defraudada su esperanza, la hinchada inglesa siempre desconfió de su selección, la única campeona del mundo que no ha pasado de la ronda de semifinales en una Eurocopa.
Pero ahora es distinto. Tras sumar 10 victorias en otros tantos partidos de clasificación y mostrar al mundo a una nueva generación de jugadores, Inglaterra vuelve a soñar, por lo menos, con recuperar el espíritu de 1996, cuando como anfitriones sólo una tanda de penaltis frente a Alemania los alejó de la final, en pleno apogeo de la generación liderada por Paul Gascoigne.
Curiosamente ha sido Roy Hodgson, un técnico veterano -en agosto cumplirá 69 años- el que ha emprendido la regeneración, apoyado en la impresionante recua de juveniles que ha impulsado el argentino Mauricio Pochettino en el Tottenham.
Tras jubilar a Steven Gerrard y Frank Lampard sin los honores que ameritaba su talento, la nueva Inglaterra, con un promedio de edad ligeramente superior a los 25 años, busca su consagración, con Delle Alli, un exquisito centrocampista ofensivo, y el goleador Harry Keane, al frente.
La primer prueba que debe superar Hodgson es acertar con un equipo en el que, parece, que no combinan juntos Wayne Rooney, Harry Keane y Jamie Vardy.
Pese a que Rooney se ha reconvertido casi en centrocampista, cuando ha alineado a los tres, al contrario de lo que se esperaba por su enorme potencial ofensivo, Inglaterra no ha encontrado vías de penetración en la zaga rival.
Por eso, parece que el descartado será el último en llegar; Vardy que con 29 años debuta en una gran competición tras su explosión esta temporada con el Leicester. En su lugar podría entrar Adam Lallana o Raheem Sterling, que aporta más juego por las bandas.
La selección rusa es la antítesis. Cuenta con un entrenador muy joven, Leonid Slutski (45 años) que recurrió a parte de la vieja guardia para asegurar, con cuatro victorias consecutivas, una clasificación que se había puesto casi imposible en la etapa de Fabio Capello.
Slutski, que con 38 años sustituyó al español Juande Ramos al frente del CSKA Moscú, ha perdido por lesión a dos de los jugadores que debían marcar la diferencia; el madridista Dmitry Chéryshev y el delantero del CSKA Alan Dzagoev, a los que se ha unido la lesión en el último momento de Igor Denisov, otro hombre vital en el centro del campo y las dudas sobre Glushakov, con molestias musculares.
El técnico ruso apuesta por el orden, a la espera de que Aleksander Kokorin o Artem Dzyuba aprovechen su oportunidad, con el objetivo de pasar de ronda, algo que no consigue la selección rusa desde 2008.
El encuentro es calificado de alto riesgo, tanto por la amenaza terrorista como por los posibles choques entre las aficiones de los dos países, a las que se pueden unir los ultras del Olympique de Marsella.
Alineaciones probables:
Inglaterra: Hart; Walker, Cahill, Smalling, Rose; Lallana, Dier, Milner, Alli; Rooney, Kane.
Rusia: Akinfeev; Smolnikov, Ignashevich, Berezutski, Kombarov; Glushakov (Yusupov), Ivanov; Shatov, Golovin, Kokorin; Dzyuba.
Árbitro: Nicola Rizzoli (Italia)
Estadio Velódromo de Marsella. 21.00 (19.00 gmt)