VALÈNCIA. La selección española de balonmano buscará el más difícil todavía y tratará de alcanzar en el Campeonato de Europa que arrancará este miércoles en Alemania su quinta final continental consecutiva, un reto nunca antes logrado por nadie.
El único camino posible para lograr el billete directo para los Juegos Olímpicos de París en los que sólo tendrá asegurada su plaza el equipo que se proclame campeón o el finalista en el caso de que Dinamarca, vigente campeona mundial, o Francia, organizadora del torneo olímpico, se ciñan la corona.
Para ello, el seleccionador español Jordi Ribera, que renovó el pasado mes de noviembre su contrato con los 'Hispanos' hasta 2028, confiará prácticamente en el mismo bloque que se colgó el año pasado la medalla de bronce en el Mundial de Polonia y Suecia y la de plata hace dos en el Europeo de Hungría y Eslovaquia.
Un equipo al que se incorporá el joven lateral Jan Gurri, una de las grandes promesas del balonmano español, que le ganó finalmente la partida al central Petar Cikusa, de tan sólo 18 años, al que Jordi Ribera no dudó en convocar para la fase de preparación.
Claro ejemplo de que el preparador español, pese a la trascendencia de la cita, no deja de mirar con un ojo al presente de la selección y con el otro al futuro de los 'Hispanos'.
Aunque la principal novedad estará en la portería donde Jordi Ribera dará, por fin, a Sergey Hernández, guardameta del Magdeburgo alemán, vigente campeón de Europa, la oportunidad de defender la meta de los 'Hispanos' en un gran campeonato internacional.
Bien es cierto que el navarro, de 28 años, ya formó parte del equipo español que participó en el Mundial de Egipto 2021 y el Europeo de Hungría y Eslovaquia 2022, pero con un papel subalterno ante la primacía de Gonzalo Pérez de Vargas y Rodrigo Corrales, que descansará en esta ocasión.
Una decisión que no parece ser más acertada visto el rendimiento de Sergey Hernández en el Torneo Internacional de España en el que los 'Hispanos' saldaron con tres convincentes victorias sus compromisos con Polonia (31-25), Eslovaquia (36-18) y Serbia (32-26).
No obstante, como reconoció el propio Jordi Ribera, el conjunto español deberá mejorar su rendimiento en defensa, especialmente en la zona central, donde no contará con el veterano Gedeón Guadiola, que se quedó fuera de la cita lastrado por los escasos minutos de los que goza en su nuevo equipo, el Erlangen alemán.
Una mejoría que se hace más acuciante ante el papel cada vez más preponderante que tiene le pivote Veron Nacinovic en el ataque del conjunto croata, el primer rival de la selección española en el Europeo.
Exigente debut que marcará la trayectoria de España en el campeonato, ya que cualquier resultado que no sea una victoria sobre los balcánicos el próximo viernes (20:30) en Mannheim complicaría notablemente las opciones de medalla de los de Jordi Ribera.
Y es que pese a que ni Rumanía, que dirige el español Xavi Pascual, ni Austria parecen en disposición de arrebatar a los 'Hispanos' una de las dos primeras plazas del grupo que aseguran el acceso a la segunda fase, el equipo español necesita pasar con todos los puntos posibles ante los retos que le aguardan en el siguiente turno.
Una ronda en la que la selección española se enfrentará previsiblemente a rivales de la talla de Francia, la vigente campeona olímpica, y Alemania, los dos claros favoritos del grupo A, así como a la pujante Islandia, o las no menos rocosas Hungría y Serbia, que pelearán por los dos billetes en juego en el grupo C.
Durísimos compromisos que obligarán a España, en la que cada vez tiene mas peso Dani Dujshebaev, magnífico tanto en ataque como en defensa en los encuentros de preparación, si quieren alcanzar unas semifinales a las que no ha faltado en las seis últimas ediciones del Europeo.
Un dato que refleja la fiabilidad de un conjunto español que quiere prolongar en Alemania el idilio que mantiene con la máxima competición continental, un torneo en el que España puede presumir de ser el equipo con más medallas, tras conquistar dos oros, cinco platas y dos bronces.