VALÈNCIA. El Valencia ha cerrado el 2018 en la octava posición de la clasificación de la liga española. Un proyecto diseñado para volver a acabar en los puestos de Liga de Campeones ha sufrido un severo golpe transcurrida casi la mitad de la temporada. Eliminados de la Champions League y a siete puntos de la cuarta plaza que ostenta el Real Madrid con un partido menos, los problemas se han ido acumulando fruto de una serie de errores desde que se comenzó a confeccionar la plantilla.
1. Reforma en la delantera y fichajes que apenas han dado un salto de calidad:
El primer error llegó con la entrega de casi todo el poder a Marcelino en la faceta deportiva. Su apuesta por reformar la delantera ha resultado un auténtico fracaso y también uno de los principales problemas en los malos resultados. El técnico optó por prescindir de Simone Zaza y apostar por Gameiro y Batshuayi. Cinco meses después, ambos están en la rampa de salida pese a la gran inversión que se efectuó por ellos.
Tampoco los fichajes han dado el rendimiento que se esperaba. La inversión ha sido superior a los cien millones de euros y la realidad es que el equipo no ha dado un salto de calidad respecto a la pasada temporada. Ha mejorado sus números en la faceta defensiva, pero la pérdida de potencial arriba es más que evidente. Al margen de Kondogbia y Guedes que ya estaban el año pasado, de las caras nuevas solo Wass ha conseguido hacerse con un puesto en el once.
2. Rotaciones masivas en el inicio de temporada:
Una práctica habitual en las rutinas de Marcelino cuando tiene que disputar tres competiciones. Con el objetivo de tener a todo el equipo metido en dinámica, el técnico asturiano comenzó el año haciendo masivos cambios en el once jornada tras jornada. Algo que no hicieron ninguno de los otros tres equipos que juegan Liga de Campeones. De hecho, Marcelino ha comenzado a dar continuidad al bloque tras la derrota contra el Girona y pese a que los resultados todavía deben mejorar, es cierto que el equipo parece haber ganado algo más de consistencia.
3. Bajo estado de forma de jugadores importantes como Guedes, Kondogbia, Parejo o Rodrigo:
No toda la culpa del mal momento valencianista la tiene el técnico, ni mucho menos. El proyecto se cimentaba en reforzar la plantilla y también la de conservar a los jugadores que fueron importantes la temporada pasada. Sin embargo, de la columna vertebral del año pasado, solo Neto, Gabriel Paulista y Gayà han estado a la altura de las circunstancias.
El nivel de Guedes no ha sido el esperado, lastrado por los continuos problemas físicos. Tampoco ha aparecido en ningún momento la mejor versión de Kondogbia, cuyo papel es capital para mantener la potencia física en la medular. Parejo y Rodrigo son otros de los grandes señalados en esta primera parte de la campaña. El capitán comenzó en muy baja forma, Marcelino defendió su titularidad a ultranza, y dos errores en forma de penalti en la Champions, junto a su discurso tras caer eliminados, le puso en el punto de mira una vez más. Rodrigo por su parte, sigue sin ver portería desde la primera jornada y su ansiedad por marcar le está haciendo un 'flaco' favor en el aspecto mental.
4. Poca capacidad de improvisación con el 4-4-2:
El muro que quiere derribar Marcelino. El técnico tiene un estilo muy definido y ya ha dejado claro que es inamovible. El 4-4-2 es y va a ser la seña de identidad de sus equipos al margen de los resultados. Cierto sector del valencianismo ha esperado en alguna ocasión una variación táctica para sorprender o bien cambiar un partido en la segunda parte. Su aplicación del juego posicional surte efecto en materia defensiva, pero es cierto que se observa un equipo con muchos problemas para poder atacar con cierto criterio. En varios encuentros, el recurso ha acabado siendo múltiples centros laterales para unos delanteros que no tienen esas características en el juego aéreo.
5. Discurso falto de autocrítica:
El discurso de Marcelino ha sabido muy a poco para una parte de la afición. Cinco meses después ya no es creíble el "cuando entre un gol, llegarán todos de golpe", o el "en cuanto ganemos un partido comenzaremos a ganar varios seguidos", porque tras cinco meses de competición no ha ocurrido. No han ayudado en exceso expresiones del técnico como: "Estamos orgullosos del partido que hemos hecho" tras la derrota en Turín que apeaba al equipo de la Champions o el "hicimos un gran segundo tiempo" del sábado en el Bernabéu para mostrar que se había mejorado lo hecho en la primera mitad cuando el equipo no apareció en el Bernabéu. Las explicaciones de las lesiones, los jugadores fuera de forma por falta de pretemporada o por factura del Mundial y la "simple" falta de puntería son argumentos gastados y que no convencen a nadie tras cinco meses de temporada. Cuando hay tantos futbolistas lejos de su mejor nivel, hay una responsabilidad directa del técnico.
6. Plaga de lesiones:
Otro de los lastres que ha azotado al equipo desde el inicio de temporada. El enfermería del Valencia ha tenido inquilinos prácticamente toda la temporada. Jugadores como Garay, Gabriel Paulista, Piccini, Lato, Kondogbia, Cheryshev, Guedes, Parejo o Santi Mina han tenido que perderse varios encuentro por lesión. Las lesiones musculares ha sido el contratiempo más frecuente. En estos momentos, Kondogbia, Coquelin, Gabriel Paulista y Guedes están lesionados y no van a estar disponibles para cuando se retome la competición el próximo 5 de enero en Vitoria.
7. Poca fiabilidad en Mestalla:
La paciencia que ha tenido Mestalla no se puede obviar. Atlético, Betis, Celta, Barcelona, Leganés, Juventus y Girona han sacado petróleo de Mestalla. No fue hasta la jornada 13 cuando el Valencia cosechó su primer triunfo como local en liga contra el Rayo Vallecano. La incapacidad para sacar los partidos de casa también es una de las asignaturas pendientes que debe rectificar cuanto antes. Solo dos victorias y una de ellas agónica en la última jornada contra el colista.