VALÈNCIA. El seleccionador español, Luis Enrique Martínez, estaba exultante por la clasificación de su equipo para la fase final de la Liga de Naciones, después de su agónica victoria ante Portugal en “la final” de Braga, un refuerzo anímico de cara al Mundial Qatar, donde está convencido de que “todos” los rivales van a sufrir para vencer a La Roja.
“La sensación que tenía en la segunda parte era que íbamos a marcar gol. Luego nos ha mantenido Unai con una gran parada. Esta victoria es una alegría muy grande, sobre todo para nuestra gente. Ya estamos en otra Final Four, la segunda consecutiva. Sólo España e Italia hemos repetido”, declaró el técnico español.
Asumió su culpa porque al equipo le faltó “profundidad” y “atrevimiento” en la primera parte, elogió a Gavi y Pedri porque reactivaron al equipo en el segundo tiempo y confesó que esta victoria ayudará a que haya “más tranquilidad” en el entorno de la selección las semanas previas al Mundial.
“Hace mucho tiempo que sé que el ruido del entorno no es por mi presencia. Con todos los entrenadores ha pasado. Con Javier Clemente, Camacho, Del Bosque... esto es el fútbol profesional, que está sujeto a los resultados. A mí no me afecta lo más mínimo”, apuntó.
En este sentido, el entrenador asturiano dijo que la selección viajará a Catar “mucho mejor” tras la victoria en Braga, aunque no será “determinante” porque “vamos a una competición muy corta, muy difícil y en la que están los mejores”.
“Era una prueba, una final fuera de casa, y la ganamos. Hemos vuelto a demostrar que no es fácil jugar contra España, que para ganarnos en el Mundial nuestros rivales van a tener que hacer las cosas muy bien”, subrayó.
No quiso hablar de su futuro, “el objetivo es el Mundial”, e insistió en que “ningún” jugador de los que han participado en esta concentración tiene asegurado su presencia en la lista definitiva.