Machín dice "no" y Bragarnik sopesa la vuelta de Almirón al banquillo del Elche

ALICANTE. Pablo Machín no será el que suceda a Fran Escribá en el banquillo del Elche. 

El propio Christian Bragarnik era el encargado de desvelar a los medios este jueves, en el transcurso de un almuerzo, que sigue buscando técnico. Lo anterior después de que el preparador soriano le trasladase horas antes una respuesta negativa a la oferta presentada por el club franjiverde, toda vez que tiene contrato en vigor con el Al-Raed, un vínculo que solo se puede romper a cambio de una compensación económica que nadie está dispuesto a desembolsar y, aunque Machín no descartaba la posibilidad de desvincularse sin necesidad de abonar esa suma, le había dejado claro también que nunca lo conseguiría dentro de los plazos que el Elche exige. 

Eso sí, esos plazos no parecen ser tan cortos como en principio cabría esperar, toda vez que el propietario del club franjiverde, en el mismo almuerzo, daba por hecho que el equipo estará dirigido por un técnico interino el lunes en Pamplona, en el choque liguero que ha de disputar ante el Osasuna (el primero de tres en siete días, que le llevarán el jueves a Leioa a jugar la Copa y a recibir el domingo siguiente en el estadio Martínez Valero al Cádiz).

Bragarnik, que no escondía la posibilidad de repescar a Jorge Almirón (hizo varios guiños hacia él, apuntando que, pese a cometer errores también ofreció cosas buenas, como la vocación ofensiva del equipo, y que no quiso cobrar su finiquito) o a José Rojo 'Pacheta' (de estar libre), precisaba que busca a un entrenador que conozca LaLiga Santander.

El propietario del Elche insistía en que Machín había sido su primera opción e incluso que el acuerdo parecía cerrado el miércoles, pero también que en ese momento ya detectó dudas en el técnico soriano, así como las había visto en otros candidatos, como Francisco Rodríguez, con el que reconocía haber negociado (el almeriense es el favorito para asumir el banquillo del Granada, si Robert Moreno es destituido). 

Más tiempo

Bragarnik explicaba que la importancia de la decisión a tomar le llevaba a darse un poco más de tiempo y que se iba a reunir personalmente con al menos dos entrenadores más, insistiendo en que serían conocedores del fútbol español.

El empresario argentino precisó que no había valorado la contratación de Jorge Hernán Crespo (preparador argentino al que conoce muy bien) por no conocer LaLiga, pero también porque habría tenido problemas para obtener la licencia (algo que ya le pasó a Almirón la pasada campaña) y que una prueba de que no tenía decidida la destitución de Escribá hasta la derrota con el Betis era que precisamente no había encontrado aún un sustituto. Por cierto, no escondió su disconformidad con la famosa frase de "se puede comprar un club, pero no el cariño de la gente" que el técnico valenciano pronunció en sala de prensa tras su destitución (y que obviamente le había espetado antes a él, cuando le dio a conocer su decisión).