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Madrid 1, España 0

“Esto es un Mundial”, dijo Lopetegui hace 15 días en rueda de prensa, mosqueado, queriendo desviar cuestiones ajenas al combinado nacional, enfurruñado con que la atención se desviara de lo importante: Mundial, Mundial, Mundial. Pero sin embargo no ha tenido reparos en hacer que explosione la concentración mundialista de España a falta de dos días para su debut...

14/06/2018 - 

VALÈNCIA. Qué demonios hacemos hablando de esto, lo de Lopetegui, el Madrid y la Selección, en lugar de analizar a Uros Racic (qué bien se asocia). Es nuestro propio fracaso: la balsa de aceite en la que se ha convertido el Valencia. Somos víctimas de la virtuosa capacidad del Madrid para captar la atención incluso cuando no le corresponde. Su pachorra es admirable, esa mirada por sobre todas las cosas, esa soberbia puntiaguda, tan excepcional, ese desahogo incomparable para decir: si tenemos que destrozar a la selección española a tres días del Mundial, pues oye, qué remedio, se hace y ya está, ¿no?

Se hizo y ya está, sí. Y no pasa nada, porque nunca pasa nada. Solo que a la hora del reparto de cataduras y sensibilidad para con la Selección, recordaremos frustrados este nuevo episodio. Pero no ocurrirá nada y volverán las lecciones morales a volar.

“Esto es un Mundial”, dijo Lopetegui hace 15 días en rueda de prensa, mosqueado, queriendo desviar cuestiones ajenas al combinado nacional, enfurruñado con que la atención se desviara de lo importante: Mundial, Mundial, Mundial. Pero sin embargo no ha tenido reparos en hacer que explosione la concentración mundialista de España a falta de dos días para su debut. Ya se sabe, hay trenes que solo pasan una vez en la vida. Y si el tren debe arrollar, que arrolle. 

El Madrid, en esa atalaya inalcanzable desde la que todo resulta pequeñín, se explicó a sí mismo que si llama el Madrid, España se sacrifica. Son los daños colaterales por acabar a la vera de Florentino Pérez. Nos lo explican y, claro, lo tenemos que entender. Anunciarlo en el zaguán del Mundial, con un aviso 5 minutos antes a Rubiales, son detalles irrelevantes que no deberían apartarnos de lo importante: quien de verdad hace que la Selección salga adelante es Madrid y es el Madrid, no los pérfidos periféricos.

Entiéndase que el Madrid tenía un problema de planificación por resolver de inmediato. Y si bien Pochettino interesaba, no iban a molestar al propietario del Tottenham. Tampoco a Löw, en compromiso en vigor con Alemania. Pero por qué no a España… Madrid 1, España 0.

Lopetegui -eso solo puede acabar con su destitución del Madrid antes de turrones- ha sido un inesperado ejemplo de que para una élite futbolística en el país todo lo demás sabe a poco cuando llama Chamartín. Un Mundial, un contrato renovado con España… minucias que justifican darle al botón rojo y boooom.

La pachorra supremacista del Madrid me da una envidia que me corroe por dentro. Qué lujo mirarse al ombligo y acabar viendo el corazón de la Tierra. 

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