VALÈNCIA. La transformación del portero Giorgi Mamardashvili, que se ha convertido en los últimos meses en uno de los referentes del Valencia y que estrenó brazalete de capitán ante el Osasuna, se constata también a través de los penaltis, pues ha pasado de no parar ninguno de los 17 primeros lanzamientos recibidos a atajar tres de los últimos cuatro.
El guardameta georgiano acumula cuatro 'porterías a cero' en sus últimos cinco encuentros con el Valencia y sólo ha encajado un tanto en sus últimos siete partidos entre el Valencia y Georgia, una selección en la que se convirtió en héroe al atajar una pena máxima en la tanda de penaltis que propició que el combinado nacional accediera por primera vez en su historia a una Eurocopa.
Pero esa mejoría en los penaltis también se refleja en València: el georgiano no consiguió atajar ninguno de los 17 primeros lanzamientos de penalti que recibió, lo que impidió al Valencia ganar la Copa del Rey en La Cartuja o pasar a la final de la SuperCopa de España hace ahora año y medio en Arabia Saudí.
Sin embargo, tras el penalti marcado por Aimar Oroz en la tercera jornada de Liga, el guardameta ha parado tres de los últimos cuatro penaltis. El último, atajado a Ante Budimir, dio los tres puntos a un Valencia que sigue soñando con Europa en parte gracias al nivel bajo palos del georgiano.
El cambio se ha dado esta temporada, porque de los diecisiete primeros, lanzados entre la campaña 21-22 y la jornada tres de esta Liga, nueve fueron los de las dos tandas de penalti ante Madrid en Supercopa y Betis en Copa y todos ellos acabaron en gol. Por su parte, hay otros ocho que también fueron dentro a excepción del lanzado por el Chimy Avila, de Osasuna, lanzado por encima del larguero.
No obstante, tras el penalti de Aimar Oroz todo cambió. Una jornada después, el valencianista atajó su primer penalti, al alavesista Kike García, que no sólo lanzó uno sino que disparó dos penaltis, ya que el colegiado mandó repetir el disparo porque un defensa se había colado en el área antes de disparar, y Mamardashvili atajó ambos.
Rubén Alcaraz fue el último en anotar un penalti al portero georgiano, aunque su impacto fue poco decisivo para el devenir de un partido que acabó 1-4 en el Nuevo Mirandilla a principios de año. Tras ello, Mamardashvili atajó el penalti lanzado por Álex Baena hace ahora un mes en la derrota 1-0 ante el Villarreal, antes de que también atajara el lanzado por Ante Budimir este pasado lunes.
El propio entrenador del Osasuna, Jagoba Arrasate, confirmó que el lanzamiento tan blando y centrado de Budimir había sido "culpa" de la buena colocación de Mamardashvili, que primero adivinó el lado por el que iba a lanzar el croata y, segundo, no se tiró hasta que el jugador no estuvo a punto de disparar, por lo que Budimir, que no había fallado ningún penalti en la Liga, se bloqueó y lanzó centrado y manso un balón que Mamardashvili paró sin problemas y significó la victoria del Valencia.