VALÈNCIA. El entrenador asturiano Marcelino García Toral, que hasta el principio de esta campaña y en las dos anteriores fue entrenador del Valencia, explicó que en su formación como entrenador tuvo como referente al Milan de Arrigo Sacchi y que cree que un entrenador debe participar en la confección de su plantilla, porque así hay más posibilidades de éxito.
“Crecí como entrenador con la idea de Sacchi”, señaló el que con anterioridad ha sido también técnico del Villarreal durante cuatro campañas en una charla virtual con entrenadores de la Federación de Fútbol de la Comunitat Valenciana (FFCV), en la que también justificó la elección de su sistema de juego predilecto aunque dijo no darle demasiada importancia porque se trata de una cuestión de matices.
“Elijo-1-4-4-2 primero porque es el sistema que menos especificidad necesita en los jugadores y segundo porque me gusta que mis equipos tengan automatismo en todas las fases del juego”, señaló.
“Hay muchos equipos que juegan 1-4-3-3 o ahora muchos con tres defensas pero cuando tienen que ir a ganar pasan a jugar 4-4-2 porque meten dos delanteros, así que si cuando estoy perdiendo tengo que pasar a esto, pues juego directamente así”, añadió.
Además dijo puede cambiar y puso como ejemplo su paso por el filial del Sporting de Gijón con el que jugó un 1-5-2-1-2. "Ganamos muchos puntos pero a mí no me gustaba, no disfrutaba. Lo ponía porque era la forma de ganar y de poner a los mejores”, explicó.
Marcelino dijo que la base de un entrenador para lograr resultados es el equilibrio. "Si eres equilibrado, eres solvente y vas a ganar. Si no, o te deshaces por atrás o por arriba porque no tienes lo que necesitas”, continuó.
También recordó que un entrenador no sólo depende de su capacidad sino también de la capacidad humana y futbolística de los grupos y que por eso es fundamental tu manera de actuar o convencer para que los futbolistas practiquen una determinada idea de juego, ya que si lo hacen con convencimiento, normalmente se consiguen resultados.
“La relación humana es muy importante y la capacidad de transmitir coherencia, una idea clara y que el futbolista te entienda, también”, señaló el técnico asturiano, quien recomendó a los técnicos que no tengan prisa y explicó que a las dos semanas de estrenarse en un banquillo amateur con un equipo de Tercera División se dio cuenta de que no estaba preparado, ni seguro a la hora de entrenar.
"Por eso renuncié y empecé a entrenar con juveniles porque creía que era el paso necesario. Me sirvió mucho no tener prisa porque cuando estás seguro de ti mismo, transmites seguridad”, señaló.