Zaragoza y Villarreal confiaron su destino a Marcelino en sus peores momentos con la intención de que les hiciera regresar a la élite, algo que el asturiano consiguió en ambas ocasiones
VALENCIA. El Valencia CF confiará su futuro la próxima temporada a Marcelino García Toral. Como dice el refranero a la tercera fue la vencida y después de dos intentos en la temporada venidera será la que el preparador asturiano se ponga al frente del banquillo valencianista con un único objetivo, reflotar el proyecto valencianista y devolverlo a la parte alta de la tabla.
No es la primera vez que Marcelino tiene un encargo parecido al que se le ha hecho en el club de Mestalla, puesto que el asturiano ya ha demostrado en ocasiones anteriores que está perfectamente capacitado para reflotar un equipo puesto que ya lo hizo con el Zaragoza y con el Villarreal, en su última etapa en los banquillos.
Primero fue el conjunto maño quien apostó por Marcelino tras el descenso del año 2007, con una plantilla diseñada para pelar por puestos europeos con jugadores de la talla de Aimar, Ayala, Gabi o Oliveira. El equipo maño venía de haber ganado una copa del Rey cuatro años antes y de jugar una final dos temporadas antes del descenso.
El Zaragoza entonces encargó a Marcelino que reflotara el equipo y lo devolviera a Primera División, algo que consiguió el técnico asturiano que, pese al mal inicio, consiguió enderezar el rumbo de la nave maña y conseguir el objetivo del ascenso a la máxima categoría del fútbol español.
Tras el ascenso, Marcelino volvió a repetir el mal inicio de temporada que había hecho en segunda pero en este caso la paciencia no fue tal y en diciembre fue destituido de su cargo, con su trabajo a mitad hacer ya que consiguió reflotar al Zaragoza y devolverlo a Primera pero no tuvo tiempo de estabilizar el proyecto.
Algo que si que hizo en Villarreal, donde hubo más paciencia para el asturiano. El conjunto amarillo, al igual que el Zaragoza recurrió a Marcelino para que ‘levantara’ al equipo tras el descenso a Segunda División y una primera vuelta mala de Julio Velázquez, entonces entrenador del cuadro amarillo.
El asturiano llegó al Villarreal al inicio de la segunda vuelta con el objetivo de ascender, una posición que se encontraba a seis puntos. Marcelino realizó una gran segunda vuelta, consiguiendo 45 puntos, y logrando el ansiado ascenso directo a Primera División, objetivo marcado por el combinado amarillo.
Pero su labor no quedó ahí ya que en su regreso a la máxima categoría el Villarreal alcanzó la sexta plaza, regresando a Europa, algo que mejoró Marcelino en su última temporada al frente del cuadro amarillo, cuando dejó al Villarreal cuarto, clasificado para la previa de la Liga de Campeones.
El Valencia, como en su día Zaragoza y Villarreal, han confiado en Marcelino para reflotar su proyecto deportivo tras dos años de fracasos. Tanto en el club maño como en el castellonense el asturiano logró el objetivo marcado, ahora tiene un desafío todavía más importante y complicado.