El técnico asturiano vivió una situación parecida a la que existe en el Valencia CF hace dos veranos en el Villarreal, cuando cinco incorporaciones llegaron en las dos últimas semanas
VALENCIA. Marcelino García Toral necesita la llegada de un mínimo de cuatro refuerzos antes de que se cierre el mercado estival para confeccionar una plantilla de garantías que pueda pelear por volver a llevar al Valencia CF a la posición que se merece y que ha abandonado en los dos últimos años.
Pese a la tardanza en hacer las incorporaciones y la proximidad del inicio liguero el asturiano mantiene la calma y deja claro que prefiere esperar hasta el 31 de agosto si eso significa que van a llegar a Mestalla los jugadores que él ha demandado y que considera que son los mejores para estar a su disposición a lo largo de la temporada.
Y esto se puede entender porque no es la primera vez que Marcelino vive una situación como la que está atravesando en el Valencia CF, ya que hace ahora dos temporadas el técnico, entonces en el Villarreal, también se encontró con bien entrado el mes de agosto y una plantilla sin definir.
En aquel verano de 2015 fueron cinco los jugadores que llegaron al combinado amarillo pasado el 14 de agosto, es decir, a falta tan solo de poco más de dos semanas para que se cerrara el mercado de verano. Además, las incorporaciones tardías se convirtieron a lo largo de la temporada en jugadores importantes para el asturiano.
Se trata de Roberto Soldado, Bakambu, Denis Suárez, Adrián López y Daniele Bonera, que llegaron al equipo en el tramo final de mercado. El primero en llegar fue Soldado, que se confirmó su fichaje el 14 de agosto. Cinco días después, el 19 del mismo mes llegó Bakambu, mientras que Denis, Adrián y Bonera llegaron los tres últimos días, 28, 31 de agosto y 1 de septiembre.
Esto no impidió que esos jugadores se convirtieran en importantes durante la temporada puesto que Denis Suárez fue el quinto jugador que más minutos disputó, Soldado el sexto y Bakambu el noveno. Bonera llegó como cuarto central mientras que Adrián fue importante para Marcelino en la segunda parte de la temporada ya que la primera se la perdió por una grave lesión que le mantuvo alejado cinco meses de competición.
Además, el técnico ha recordado varias veces cuando se le ha cuestionado sobre la tardanza en los fichajes, que esos cambios en la plantilla de última hora no impidieron que el Villarreal hiciera una grandísima temporada que terminó con el combinado de La Plana en la cuarta posición, clasificados para la previa de Champions que perderían meses después ante el Mónaco, sin Marcelino ya en el banquillo.
Sin embargo, pese a que el número de fichajes pueda ser similar con el que necesita en Valencia, existen dos grandes diferencias entre la situación que atravesaba el Villarreal y la que ahora tiene el club de Mestalla. La primera es que la 15-16 era la tercera temporada de Marcelino en el banquillo amarillo tras completar media vuelta en segunda y un año en primera, lo que le había permitido ir moldeando poco a poco a los jugadores y su idea, no como en Mestalla donde todo parte de nuevo.
Y la segunda gran diferencia es en el perfil de refuerzos que llegaron. El Villarreal tenía una columna vertebral bien definida con una pareja de centrales formada por Bailly y Victor Ruiz, con Bruno como mediocentro, jugadores que llevaban ya tiempo juntos y que se conocían bien. Los refuerzos del combinado amarillo fueron todos de ataque –a excepción de Bonera que fue un complemento-, jugadores menos importantes para el colectivo en lo que a trabajo se refiere, mientras que en Valencia CF tiene que construir una columna vertebral, algo básico en cualquier equipo con dos centrales y un mediocentro defensivo, que empezarán a conocerse con la competición iniciada.
Pese a estos hándicaps Marcelino se encuentra tranquilo y confía en su forma de trabajar y en que será capaz de ensamblar un equipo en una ‘minipretemporada’ que se podrá hacer durante septiembre y octubre debido a la falta de competición intersemanal. Al asturiano los cambios en la plantilla en el tramo final de mercado no le cogerán de nuevas.