EL ENTRENADOR ASTURIANO HA DEVUELTO AL SUBMARINO AMARILLO A LO MÁS ALTO EN SÓLO 12 MESES

Marcelino cumple un año al frente del Villarreal: 'Salvador Milagros' lo ha vuelto a hacer

13/11/2024 - 

VILA-REAL. Este miércoles 13 de noviembre se cumple un año del regreso de Marcelino García Toral al banquillo del Villarreal. Doce meses en los que el entrenador asturiano, con la sencillez, humildad y exigencia que le caracterizan, ha dado un vuelco a la situación del club amarillo como quien da la vuelta a un calcetín para devolverlo a su posición original. Marcelino aterrizó en un vestuario hundido en lo deportivo y muy tocado en lo psicológico, y lo ha transformado en un grupo unido y cohesionado que vuelve a disfrutar sobre el césped. 

A su llegada, el extécnico de equipos como Sevilla, Valencia y Athletic Club de Bilbao quiso rebajar la euforia que desató su nombramiento. La afición grogueta guardaba un recuerdo casi inmejorable de su anterior etapa en el Submarino (entre 2013 y 2016) y no imaginaba un hombre más adecuado para reflotar la compleja situación por la que pasaban. “Ni me llamo Salvador ni me apellido Milagros”, advirtió él mismo en su primera rueda de prensa. 

Pero lo cierto es que, hace un año, después de los sucesivos despidos de Quique Setién y José Rojo 'Pacheta' y con el equipo más cerca del descenso que de los objetivos, sólo los más optimistas podían vaticinar que la situación sería la que es actualmente. El Villarreal, en el mes de noviembre, está asentado en la zona de Champions League y proyecta 76 puntos a final de temporada, lo que supondría quedarse a sólo uno de la mejor campaña de su historia, el subcampeonato que logró en la 2007/2008. 

Sólo pierde dos de cada diez partidos

En total, en este segundo periplo al frente del Submarino, Marcelino acumula 23 victorias, 13 empates y sólo 9 derrotas en 45 partidos. Es decir, únicamente pierde dos de cada diez duelos, mientras que con Quique Setién en el banquillo el equipo caía derrotado en cuatro de cada diez. El técnico cántabro, por su parte, sumó 18 victorias, 6 empates y 15 derrotas en 39 encuentros como groguet. Menos tiempo tuvo 'Pacheta', que registró 5 triunfos, 3 empates y 4 derrotas entre las estancias de Setién y Marcelino. 

Así, las cifras no ofrecen la más mínima duda: Marcelino ha virado 180º el rumbo del Submarino. Sin embargo, no de la forma en la que cabía esperar. Atendiendo a los problemas defensivos que tenía el Villarreal y las características de los equipos made in Marcelino, parecía evidente que el asturiano se iba a centrar en cerrar su propia portería para revertir la situación. Por eso resulta chocante comprobar que el Villarreal recibe más goles desde su llegada (1,6 por partido) que en la etapa de Setién (1,4 por partido). La diferencia, pues, ha llegado en un apartado ofensivo en el que es ahora más prolífico (ha pasado de 1,85 a 1,96 tantos por encuentro). 

En todo caso, más allá de lo que digan las cifras, la fortaleza troncal de este equipo parece estar en la mente. El ambiente ha pasado de ser frío, incluso hostil entre cierto sector de la plantilla y el entrenador, a ser prácticamente familiar. Se observa en las declaraciones, en los entrenamientos y hasta sobre el terreno de juego. Ahora el grupo es mucho más capaz de sobreponerse a goles en contra o a esos días en los que nada parece ir de cara. Se vio, sin ir más lejos, en el último partido frente al Alavés, que terminó con goleada favorable a pesar de no ser un encuentro ni mucho menos brillante. 

La revolución en la plantilla, un factor clave

Más allá de los indudablemente efectivos métodos de Marcelino y su cuerpo técnico, en el que cuenta con Rubén Uría como segundo entrenador y con su hijo Sergio García como técnico asistente, existe un factor clave en la transformación que ha sufrido el Villarreal en el último año: la profunda reestructuración de la plantilla. 

De los 23 futbolistas del primer equipo con los que contaba el Submarino el pasado 13 de noviembre, únicamente 12 continúan en el vestuario. Ya no figuran en el club los traspasados Filip Jörgensen, Jorge Cuenca, Ben Brereton y Alexander Sørloth, ni tampoco Aïssa Mandi, Alberto Moreno, Étienne Capoue, Francis Coquelin, Manu Trigueros y José Luis Morales, que se marcharon con la carta de libertad. 

Por tanto, prácticamente la mitad de la plantilla ha cambiado en un año en el que el Villarreal ha tenido que ponerse las pilas en el mercado de invierno y, especialmente, en el veraniego. Hasta once futbolistas han firmado por el conjunto de La Plana Baixa: Diego Conde, Luiz Júnior, Eric Bailly, Logan Costa, Willy Kambwala, Sergi Cardona, Juan Bernat, Pape Gueye, Nicolás Pépé, Ayoze Pérez y Thierno Barry

Así, con una plantilla rejuvenecida y plena de voracidad, Marcelino y su cuerpo técnico están en proceso de convertir al Villarreal, de nuevo, en un proyecto ganador y afianzado en el medio plazo. Con aspectos todavía por pulir, como reducir los constantes contratiempos en forma de lesiones, mejorar en el apartado defensivo o terminar de sacar todo el rendimiento de algunos talentos jóvenes, el club presidido por Fernando Roig puede estar seguro, un año después de su contratación, que traer de vuelta a "Salvador Milagros" fue una decisión plenamente acertada. 

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