VALÈNCIA. Marta Maicas Pérez (Valencia, 03/03/1993) ha estado el fin de semana en Barcelona viendo al CN Sabadell revalidar el título de la Champions femenina de waterpolo al imponerse al Olympiacos por 16-10. Con ella estuvieron varias jugadoras del equipo Absoluto Femenino de Waterpolo de la Universidad Politécnica de València (UPV) que se proclamó en marzo campeón de liga y optó a disputar la fase de ascenso a Primera Nacional. "Te diría que somos favoritas, pero es realmente complicado hacer frente a las vencedoras de la liga madrileña y a las terceras de la catalana", relata Marta sobre la inminente apertura de la fase de ascenso".
Dominador absoluto en su liga, el Waterpolo UPV Absoluto Femenino, se juega el ascenso en el "grupo fuerte". "El 5 de mayo jugamos en casa contra el Ciudad de Rivas y el 11 de mayo lo hacemos en Granollers". El grupo que prepara Nacho Alós jugará la baza de la "experiencia" de sus veteranas. "Incluso las más jóvenes llevan muchas temporadas a sus espaldas. Desde luego, la presión no va a jugar en nuestra contra en esta fase", advierte la jugadora del UPV.
Marta Maicas recuerda como la lanzaron por primera vez a una piscina "con menos de un año". Aquella experiencia bautismal "fue nefasta". "Mi familia siempre me lo ha contado; al parecer no fue una buena experiencia ni para mí ni para la monitora o monitor que estuvo en aquellas primeras sesiones acuáticas", cuenta. Luego aprendió a nadar y llegó al waterpolo por consejo de su prima Paula. "Cuando estaba ya cansada de la natación decidí ir a probar, y la verdad creo que fue una gran decisión".
Desde entonces suma 14 años en la práctica de este deporte acuático. "La acogida en el equipo fue magnífica. Aquel equipo en el que empecé creo que ha sido muy importante para mi identidad, quien soy dentro y fuera del agua, ¡les quiero muchísimo!", dice Marta, que se considera "una activista waterpolista, porque la verdad es que en el mundo del waterpolo sólo nadamos a contracorriente".
- Venís de proclamaros campeonas de liga con una única derrota que llegó por un gol de diferencia. ¿Habéis sido muy dominadoras de la competición, verdad?
- Así es, este año hemos hecho prácticamente pleno de victorias. Creo que hemos dominado bastante la competición autonómica femenina absoluta.
- ¿Qué equipo logró la proeza de derrotaros?
- El Turia B nos ganó en casa por un gol y en su piscina les ganamos nosotras por 4 o 5 goles, creo.
- ¿Qué balance haces de la temporada regular?
- Ha sido una temporada que nos ha ayudado a conocernos más como equipo y a consolidar un poco más el juego y nuestros roles en el agua. Sin embargo, creo que la liga valenciana femenina necesita un empujón más para subir el nivel en general de todos los equipos. Al irse Elche y Turia a Nacional, se ha notado el bajón.
- Y ahora estáis preparando la fase de ascenso a Primera División Nacional. ¿La preparación es la misma que la que habéis hecho durante la temporada o es más exigente?
- Prácticamente es la misma. No podemos hacer grandes cambios con tan poco margen. Hicimos un poco de pretemporada en Pascua metiendo más nado y ahora algo más de gimnasio, pero los entrenes siguen siendo parecidos. Nuestro entrenador, Nacho, en eso no ha incorporado muchos cambios. Eso sí, estamos haciendo partidos contra los chicos del club, los cadetes, algún amistoso contra el Turia A femenino etc.
- ¿Sois candidatas al ascenso?
- Te diría que lo somos, al estar compitiéndolo, pero es realmente complicado hacer frente a las vencedoras de la liga madrileña y a las terceras de la catalana. Ellas vendrán con un gran ritmo de partidos, sobre todo el Granollers, mucho más intenso y alto que nosotras. Somos conscientes del nivel de la liga catalana.
- ¿Cuáles son los puntos fuertes del equipo que os pueden conducir al ascenso?
- Nuestro punto fuerte es, sin duda, nuestra amplia experiencia. Somos un equipo con muchas veteranas, prácticamente todas. Incluso las más jóvenes llevan muchas temporadas a sus espaldas. La mayoría hemos competido ya muchas Fases de Ascenso y llevamos juntas dos campeonatos de España consecutivos. Desde luego, la presión no va a jugar en nuestra contra en esta fase.
- ¿Cómo se estructura la fase de ascenso? ¿Con qué equipos competís y de cuantos partidos consta?
- Este año, como el pasado la Fase de Ascenso se ha dividido en dos grupos. El grupo A está formado por equipos cuyas federaciones territoriales tienen uno o ningún equipo jugando en Nacional. Aquí están equipos de Canarias, Euskadi, Baleares, Galicia, Murcia y Andalucía. Este año competirán el Ciudad de Palma, el Santiago, Askartza y el Málaga, creo recordar. Este sería un cruce más asumible para nosotras, porque son ligas más parecidas en cuanto a nivel, a la nuestra.
- Y sin embargo.
Sin embargo, nuestro grupo, el B, está formado por aquellos equipos federados en federaciones territoriales con más de 2 equipos jugando en nacional. Por eso, nos toca en el grupo “fuerte” con Madrid y Cataluña. Competiremos únicamente dos partidos. El 5 de mayo a las 12 horas jugamos en casa contra el Ciudad de Rivas y el 11 de mayo a las 16 horas jugamos en Granollers. Esperemos, al menos, poder llenar la grada el día 5. De cada grupo subirá un equipo a nacional.
- ¿Cómo os preparáis? ¿Cuáles son los horarios de entrenamiento?
- Actualmente entrenamos cuatro días. Hacemos un día específico de nado, con unos 3.000-3.500 metros que podemos hacer juntas en nuestra hora de nado o cuando queremos, siguiendo el entrene que nos pasa Nacho. También tenemos una rutina de gimnasio y la disponibilidad de una sala para nosotras en el Pabellón de la UPV, que nos facilita mucho poder seguir nuestra rutina de dos días de gym. Además, entrenamos lunes, martes y miércoles en un campo entero sobre las 21:15 o las 21:30 y hacemos el entrene normal (circuito, específico, partidos…). Los horarios han mejorado un pelín respecto a años anteriores, pero aún entrenamos bastante tarde, sobre todo para facilitar a las más jóvenes (12-14 años) que puedan empezar a sumarse a nuestros entrenes.
- A estas alturas y ante el reto que os espera, ¿hay más cansancio físico o mental?
- Yo te diría que no estamos cansadas, la verdad. Ahora es cierto que tenemos mucha carga física, pero la liga no ha sido especialmente dura por lo que no tenemos una gran acumulación ni física ni mental. Vamos a tope a disfrutar esta fase, compitiendo con equipos de gran nivel y a aprender de una experiencia así.
- El waterpolo es un deporte muy completo. ¿Trabajáis coordinación, fuerza, resistencia, potencia, velocidad, equilibrio… ¿Qué más?
- Se trabaja también en equipo. Creo que ese aspecto es crucial para que las cosas funcionen. Si no hay buena comunicación entre todas las piezas del puzle (jugadoras, entrenador, directiva, cantera…) por mucho que tengas unas habilidades personales increíbles –como las que mencionas-, no te van a servir para nada. Hacer waterpolo supone muchas muchas horas de implicación. Te diría que muchas más que en otros deportes de equipo, esto me consta hablando con amigas que juegan a más nivel que nosotras a hockey, balonmano, voley… Por eso también hace que renuncies a otros espacios de socialización y construyas vínculos muy fuertes con compañeras de equipo. A cuidar y forjar estos vínculos también se aprende, y creo que se debería entrenar mucho más y mejor estos aspectos desde la base.
- ¿Cómo mejoráis la resistencia dentro del agua? ¿Muchos abdominales y muchas flexiones?
- Hay una parte muy importante de 'core' en el waterpolo, sin duda. Nosotras hemos trabajado siempre entrenamiento funcional con gomas y ahora en el gym hacemos rutinas globales con peso, pero no específicamente muchísimas flexiones y abdominales. Las piernas son super importantes en este deporte, y tener unos hombros fuertes es crucial para evitar lesiones, por lo que te diría que no hay un foco exclusivo de trabajo de fuerza.
- ¿A qué te dedicas lejos del agua?
- Trabajo en la universidad. Ahora combino docencia e investigación en la UPV y la Universidad de Valencia, je je,je, ya te he dicho que éramos veteranas… También dedico parte de mi tiempo a organizaciones sociales, activismo. A nivel laboral y social me mueven mucho los feminismos.
- ¿Cuál es tu rutina diaria para compaginar trabajo y entrenamientos?
- Cada año se hace más complicado conforme asumes más responsabilidades… Cuando tenía 18 años podía entrenar, estudiar, militar y además salir de fiesta todas las semanas ja, ja, ja. Ahora me cuesta compaginar el trabajo, no faltar a ningún entrene y también cuidar a mis amigas, mi familia y a mí misma. Mi rutina es levantarme a las 7 y sobrevivir hasta las once y media de la noche que llego a casa… Para ello es crucial comer muy bien e intentar descansar los fines de semana y el día que no entrenamos por la noche. En épocas de mucho trabajo, me cuesta más, claro, pero intento no faltar nunca a los entrenes, ya que también es un espacio para relajarme, cuidarme, y salir de la rutina productivista.
- ¿Cuánto tiempo llevas jugando al waterpolo?
- Empecé con 17 años a jugar en el equipo en el que sigo jugando con 31 años. Antes estuve desde los 10 federada en natación y entrenando todos los días. Podríamos decir que he crecido en una piscina…
- ¿Recuerdas la primera vez que te lanzaste al agua?
- No lo recuerdo porque tenía menos de un año. Mi familia siempre me lo ha contado, al parecer no fue una buena experiencia ni para mí ni para la monitora o monitor que estuvo en aquellas primeras sesiones acuáticas.
- ¿Llevabas manguitos?
- Lo dudo… En la enseñanza de la natación se desaconsejan los manguitos. Recuerdo mucho los veranos en el chalet de mis abuelos que buceaba cogida de la espalda de mi padre… quizás es de los primeros recuerdos que tengo de pequeña en el agua.
- ¿Quién te enseñó a nadar?
- Un amigo de mi padre me enseñó en la piscina del Bosco, en Valencia. Él era monitor allí y me apuntaron ya con 5 o 6 años imagino, tras la nefasta primera experiencia en la piscina de Alboraya ja,ja,ja. Desde esa edad estuve yendo a cursillos en Bosco y Fonteta. Recuerdo que con 6 o 7 añitos le dijeron a mis padres en Fonteta, que si quería probar waterpolo porque era innatamente bracista. Así fue, ya que en mis años como nadadora competí principalmente en braza. A veces pienso en porqué no empecé antes el waterpolo… Si hubiera aceptado aquella invitación seguro que me lo hubiera pasado mejor que nadando, me parece un deporte mucho más divertido, la verdad.
- ¿Y quién te acercó al waterpolo? ¿Por influencia de quién juegas a este deporte?
- Siendo nadadora, es bastante fácil dar el salto, pero en mi caso fue por mi prima Paula. Creo que ella al empezar la universidad (ambas estudiamos en la UPV), empezó probando y me lo dijo… Un año después, cuando estaba ya cansada de la natación decidí ir a probar, y la verdad creo que fue una gran decisión. La acogida en el equipo fue magnífica y para mí, compartir espacio con chicas más mayores me ayudó muchísimo. Aquel equipo en el que empecé creo que ha sido muy importante para mi identidad, quien soy dentro y fuera del agua, ¡les quiero muchísimo!
- De tanto zambullirte en el agua, ¿en tus vacaciones te vas a la montaña?
- Que va, soy de agua 100%. La montaña me gusta, pero la verdad que no he salido tanto… ahora con la furgoneta si que he hecho algún viaje, pero soy la típica dominguera clásica en la montaña.
- ¿Eres de playa o, pese a lo que te desgasta el waterpolo, de piscina?
- Soy de playa, claramente. Mis veranos han sido siempre en la playa, en Canet, un pueblo cerca de Sagunto. Además hago surf. Aprendí en Francia hace ya como 10 años y desde entonces es otra de mis pasiones. Intento siempre que puedo escaparme a surfear, hago viajes en torno al surf... digamos que sólo visito playas, de hecho.
- ¿Aconsejas la práctica del waterpolo? ¿Por qué?
- Sí, 100%. Creo que es un deporte completísimo a nivel físico, pero también a nivel social. Pasas muchos fines de semana con el equipo, con otros equipos del club, viendo mucho waterpolo… En verano además está la temporada de torneos. Socialmente es muy divertido. Siempre aconsejo a las familias que apunten a sus hijas a waterpolo porque te ayuda también a trabajar la autonomía, la disciplina y a compaginar desde joven responsabilidades, como los estudios o el trabajo, con la rutina de entrenes y la vida social. Es un gran aprendizaje.
- Además de esto has compaginado el juego con la vicepresidencia del club. ¿En qué consistía esta faceta tuya en el club?
- Este año he decidido dar un paso atrás y dejar de participar con el rol de vicepresidenta. Pero sí, he estado muchos años en la directiva y los últimos tres o cuatro como vicepresidenta. Realmente es un cargo que no ejerces de manera individual, siempre estás acompañada de un grupo de personas voluntarias que quieren aportar su tiempo al club. Ese también ha sido siempre mi caso: mi motivación era que el club pudiera mejorar, y especialmente cuidar la sección femenina. Siempre digo que soy activista waterpolista también, porque la verdad es que en el mundo del waterpolo sólo nadamos a contracorriente…
- ¿Por qué?
- Ha sido muy duro construir un proyecto deportivo sólido para el club. Hemos tenido muchos problemas de presupuesto y de espacio para poder entrenar cantera. Hemos dado grandes pasos, yo creo, y diría que Waterpolo UPV es de los clubes con más proyección de la comunidad Valenciana. Sin embargo, mis últimos esfuerzos en la directiva se centraron en profesionalizar precisamente la dirección, contratar a personas profesionales que compaginen sus capacidades con la ayuda y experiencia de familias y jugadores/as que conocen bien el mundo del waterpolo en València. Así pude dar muy a gusto un paso atrás y dejar ese rol que es superdesgastante. Acabas asumiendo demasiada responsabilidad, y me agobiaba mucho asumir un rol de tanto poder en el club, en el equipo… Ahora estoy descansando un poco, y contribuyendo como socia y jugadora en todo lo que puedo, pero a otro nivel.
- ¿Hasta qué punto es importante el patrocinio de la UPV?
- Es importantísimo para el club. Manejamos presupuestos muy altos con unos gastos muy significativos en piscina. No porque la piscina en sí sea cara (todo lo contrario en nuestro caso), sino porque es un deporte cuyos gastos de alquiler de instalaciones son muy altos y necesitamos subvenciones para poder invertir las cuotas y otros ingresos en nuestro proyecto deportivo. Precisamente la contribución de la UPV es crucial por eso, porque es un gran patrocinio que nos permite profesionalizar el trabajo y fortalecer el proyecto deportivo. Permite aumentar horas y espacio de entrenamiento y dignificar nóminas y las condiciones de las personas que trabajan en el club. Ha sido un gran, gran respiro, y esperamos poder seguir colaborando con la UPV no sólo a nivel de patrocinio, si no también con salas de entrenamiento, de reuniones, con programas de formación, ofreciendo campus de pascua y verano para los peques de la comunidad universitaria… y seguir trabajando codo con codo con el servicio de deportes, que es gente que se lo curra muchísimo.
- ¿Tienes alguna relación con la Federación?
- No, mi relación es como jugadora, la verdad. Conozco bastante las dinámicas, además de por llevar toda la vida como federada, por la visión más cercana que tuve al estar tantos años en la directiva. En los últimos años asumí parte de la coordinación deportiva y estuve en contacto con el coordinador deportivo de la Federación, que se lo curra bastante pero… hacen falta grandes cambios yo creo en la FNCV, no sabría sintetizarlos ahora mismo je, je, je.
- Acaba la frase: El waterpolo significa para mí...
- Un refugio, una pasión y diría que gran parte de mi familia ‘elegida’ .